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Dimisiones en el Sindicato Unificado de Policía por discrepancias con la dirección

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) se enfrenta a una crisis interna sin precedentes tras la dimisión de veintitrés delegados en la provincia de Málaga, encabezados por Mariló Valencia, ex secretaria general provincial.

La salida de estos representantes responde a desacuerdos profundos con la actual dirección del SUP, especialmente en relación con la firma de acuerdos con organizaciones de la derecha policial, como el Club Desokupa, que han suscitado controversia dentro del cuerpo y entre la opinión pública.

En las últimas semanas, el SUP ha experimentado una serie de dimisiones, atribuidas a las crecientes discrepancias con la dirección nacional del SUP, que han puesto en jaque la estabilidad de una de las principales organizaciones sindicales del cuerpo.

En el centro de la polémica se encuentra el acuerdo firmado por la Secretaría General del sindicato con el Club Desokupa, una organización vinculada a sectores de la derecha más radical, que provocó la intervención del Ministerio del Interior y generó un profundo malestar entre afiliados y representantes.

La controversia comenzó cuando la dirección del SUP decidió establecer un acuerdo de colaboración con el Club Desokupa, una empresa conocida por sus intervenciones en desalojos que, según muchos críticos, opera al margen de los principios fundamentales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Este acuerdo, que no fue consultado ni con los comités provinciales ni federales del sindicato, fue considerado como un giro alarmante en la política sindical del SUP, provocando el rechazo de una gran parte de sus miembros.

Malestar en los cuadros sindicales

El malestar se extendió rápidamente por las diferentes provincias, pero fue en Málaga donde se produjo el mayor número de dimisiones. Mariló Valencia, quien ocupaba el cargo de secretaria general provincial, ha sido una figura clave dentro del SUP durante muchos años, habiendo ocupado puestos en el Consejo de Policía y desempeñado un papel esencial en las negociaciones sindicales en Andalucía.

Sin embargo, su renuncia, junto a la de otros veintitrés delegados, refleja el descontento generalizado con lo que consideran una «deriva politizada y ajena a los principios históricos del sindicato», según se desprende de un comunicado difundido por la Agrupación Reformista de Policías (ARP), que ahora cuenta con el apoyo de estos exmiembros del SUP.

El comunicado de la ARP, emitido el 18 de octubre de 2024, subraya que las recientes acciones de la dirección del SUP han traicionado los valores fundacionales del sindicato, al alinearse con intereses políticos ajenos a las verdaderas necesidades de los agentes.

En su lugar, la ARP aboga por un sindicalismo «apolítico, profesionalizado y con una identidad civil», destacando la necesidad de reformar el sistema de representación sindical dentro del Cuerpo Nacional de Policía, haciéndolo más similar al de las policías autonómicas y locales.

Este episodio ha reavivado el debate sobre la libertad sindical en la Policía Nacional, una cuestión que, según los críticos del actual sistema, está restringida en comparación con otros cuerpos de la Administración General del Estado.

La Agrupación Reformista de Policías, que ha ganado impulso tras la llegada de Mariló Valencia y su equipo, tiene como objetivo principal luchar por un nuevo marco legal que permita una plena libertad de afiliación a sindicatos de clase dentro del cuerpo policial.

Las implicaciones de esta crisis no son menores. Además de las bajas en Málaga, se espera que otras delegaciones provinciales también sigan el mismo camino, lo que podría debilitar significativamente al SUP, una de las organizaciones sindicales más importantes dentro de la Policía Nacional.

A nivel político, el acuerdo con el Club Desokupa ha sido duramente criticado no solo por sectores progresistas, sino también por parte de la opinión pública, que considera que el sindicato está desviándose de su función primordial como representante de los derechos laborales de los policías, para alinearse con intereses particulares que no respetan los principios de legalidad y neutralidad que deben regir en la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Por su parte, Mariló Valencia ha subrayado que su salida del SUP no es un fin, sino el comienzo de una nueva etapa dentro de la ARP, donde continuará luchando por mejorar las condiciones laborales, sociales y económicas de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía.

En un comunicado, Valencia destacó la importancia de recuperar la esencia de un sindicalismo responsable, independiente y transparente, que ponga los intereses de los policías por encima de cualquier otro tipo de consideración política o económica.

El camino hacia la reforma del sistema sindical en la Policía Nacional parece estar trazado.

La Agrupación Reformista de Policías ha anunciado que su próximo objetivo será trabajar en la elaboración de propuestas concretas que permitan mejorar el marco legal actual, de modo que los policías puedan contar con los mismos derechos que otros funcionarios de la Administración General del Estado.

Asimismo, se espera que en los próximos meses, la ARP busque alianzas con otros sindicatos y organizaciones que compartan esta visión, para llevar adelante una reforma que muchos consideran imprescindible.

En definitiva, el SUP se enfrenta a una encrucijada. Mientras algunos sectores dentro del sindicato apoyan las recientes decisiones de la dirección, otros, como Mariló Valencia y su equipo, consideran que el SUP ha perdido su rumbo, lo que ha motivado su marcha hacia una nueva plataforma sindical.

Futuro sindical en la Policía Nacional

Lo que es innegable es que el futuro del sindicalismo dentro de la Policía Nacional se encuentra en un momento de cambio crucial, que podría tener profundas repercusiones en la representación y defensa de los derechos de los agentes en los próximos años.

Los sindicatos tradicionales CEP y SUP, han perdido en los últimos años mucho apoyo de los funcionarios, que terminaron pasándose a JUPOL, porque los creyeron los artífices de la negociación para la equiparación salarial.

En las elecciones al consejo de la Policía del 2023, JUPOL también empezó a perder apoyos por su inacción con respecto a temas clave, y porque salieron a la luz ciertos chanchullos con destinos y dinero, hubo expulsados del sindicato.

Todo ello apunta a un desencanto generalizado hacia los sindicatos por parte de los policías.

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