Según datos del Portal de Salud del Gobierno de la Comunidad de Madrid, las listas de espera quirúrgicas, consultas de médicos especialistas y pruebas diagnósticas se han incrementado en un 43 por ciento, lo que quiere decir que 252.615 madrileños y madrileñas más están a la «cola» para que les operen, les diagnostiquen o descarten una enfermedad en hospitales públicos de la región.
Cuando pactaron el PP y Ciudadanos para que Isabel Díaz Ayuso gobernara en la Comunidad de Madrid, en julio de 2019, había 582.385 personas en espera, en julio de 2022 eran 835.062.
CCOO Sanidad Madrid ha hecho este balance de la gestión sanitaria del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, en la recta final de un mandato que, en lo que concierne a la Sanidad Pública, ha sido el «más estéril e inservible» desde que se transfirieron las competencias sanitarias del INSALUD a la Comunidad de Madrid.
Desde entonces, siguen cerradas las dos mil camas hospitalarias que se han ido eliminando con los sucesivos gobiernos del Partido Popular. Las únicas Ofertas de Empleo Público (OPE) que se han convocado para estabilizar empleo están sin resolver desde 2017 (en el SERMAS más de la mitad de sus profesionales son temporales).
Se repiten año tras año los anuncios de nuevas infraestructuras sanitarias que no se cumplen: veintidós nuevos centros de salud, apertura de la Torre cuatro del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, puesta en funcionamiento de múltiples salas de los nuevos hospitales, construcción de un hospital en la Sierra Norte, reconversión del antiguo Hospital Puerta de Hierro, reformas integrales de los grandes hospitales…
Promesas incumplidas
Muchas de esas infraestructuras sanitarias se anunciaron en la época de Esperanza Aguirre y ahí quedaron. Ayuso ha «vuelto a prometer» la construcción de catorce de los mismos centros de salud en los que Esperanza Aguirre puso antaño las «primeras piedras» y su última oferta ha sido el Hospital de la Sierra Norte o los centros de salud de Fuenlabrada y Parla, que llevan años siendo «trending topic» de las promesas electorales del PP en Madrid.
La única infraestructura ejecutada en esta legislatura ha sido el Hospital Isabel Zendal, un proyecto faraónico (para mil camas) con un coste tres veces mayor (170 millones de euros) a lo presupuestado (50 millones de euros) que se ordenó construir cuando estaba casi controlada la pandemia de la COVID-19, sin personal propio y sin prácticamente actividad asistencial.
Sin cita en diez días
En estos tres años de gobierno, la Consejería de Sanidad ha tenido dos ejercicios seguidos de superávit, con un montante total de 1200 millones de euros que deberían haberse gastado en mejorar la sanidad pública madrileña y que se han perdido.
En Atención Primaria, es la primera vez en la historia que para conseguir una cita presencial en el centro de salud hay que esperar de media diez días hábiles y para una cita telefónica, la media, de siete días hábiles. Antes de que llegara Ayuso la demora media era de 48 horas (dos días) y las consultas telefónicas eran anecdóticas.
El Plan «Integral» de mejora de la Atención Primaria que anunció Ayuso prometía que en enero de 2022 se habrían incorporado seiscientos de los 1200 nuevos profesionales que iban a tener los centros de salud de la región antes de 2023, pero aún no se ha contratado ninguno de los efectivos prometidos y siguen cerrados -desde marzo de 2020- los 37 Servicios de Urgencia de Atención Primaria (SUAP), frente a los del resto de España que nunca se han cerrado.
El Gobierno de Dáiz Ayuso es el que menos ha invertido de toda España en Sanidad Pública y el tercero que menos ha invertido en Atención Primaria. Sin embargo, ha incrementado las transferencias para privatizar servicios y ha inyectado, solo en el último año, 1200 millones de euros a las empresas privadas.
Los responsables del SERMAS se quejan de que no encuentran médicos o enfermeras para contratar, y eso se debe a que la sanidad pública madrileña es de las pocas de España en las que aún no se ha recuperado la jornada de 35 horas, ni compensado a los profesionales por su trabajo durante la pandemia.
Y es de las únicas donde el personal temporal no cobra Carrera Profesional (lo que puede significar hasta 14.600 euros menos de salario anual dependiendo de la categoría y el nivel profesional) en una comunidad en la que el coste de la vida es de los más altos de España.
Madrid es la región donde los contratos temporales en la Sanidad Pública superan el 53 por ciento del total de las plantillas.
En el caso del personal de las Fundaciones de Investigación del SERMAS, tampoco ha sido muy fructífera esta legislatura. El 80 por ciento de estos empleados del sector público tienen contratos temporales y todavía no se ha iniciado su proceso de estabilización. Además, ni el personal fijo ni el temporal de los centros de investigación sanitaria de la Comunidad de Madrid tienen reconocida su carrera profesional.