La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) insta a prevenir y prohibir la discriminación basada en la identidad y expresión de género en los sistemas de salud, al conmemorarse este lunes 31 de marzo 2025 el Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, informa la IPS desde Washington.

«Los Estados deben actuar y tomar todas las medidas que sean necesarias para garantizar servicios de salud integrales que atiendan las necesidades de las personas trans, no binarias y de género diverso», indica la Cidh en un comunicado.

Su texto indicó que en la región el acceso de las personas trans y de género diverso a los servicios de salud «se ve gravemente limitado debido a la falta de reconocimiento de sus identidades de género en sus documentos de identidad», y por «perspectivas patologizantes que las consideran personas con enfermedades mentales».

Por ejemplo, el año pasado un decreto supremo de la presidenta de Perú, Dina Boluarte, calificó como «enfermedades mentales», a los fines de atención de salud, a «el transexualismo, el travestismo, el trastorno de la identidad de género en la niñez, y otros trastornos de la identidad de género».

La medida se basó en una versión desactualizada de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades), de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que quedó caduca en 2022 al entrar en vigencia una versión actualizada.

Luego de protestas de la comunidad Lgbtiq+ y organizaciones de defensa de derechos humanos, el Ministerio de Salud de Perú corrigió y estableció en un comunicado que la diversidad de género y sexual no son enfermedades ni trastornos, pero no se derogó el decreto sobre la cobertura de salud al respecto.

La Cidh alude también a «las altas tasas de violencia y discriminación por prejuicios». Según la red transgénero Tgeu, entre octubre de 2023 y septiembre de 2024 al menos 255 personas trans fueron asesinadas en América Latina, 73 por ciento del total mundial durante ese período.

Señala la Cidh que, debido a la discriminación institucional, los malos tratos y el acoso, muchas personas trans y de género diverso temen buscar servicios sanitarios y evitan los centros de salud, lo que aumenta su vulnerabilidad y riesgos para la salud.

Recordó que ya en 2020 en su «Informe sobre personas trans y de género diverso y sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales», los sistemas de salud de la región generalmente no reconocen la identidad de género de las personas trans.

Esa falta de reconocimiento implica que, en público, se las suele llamar con un nombre y género que no corresponde a su identidad de género, lo que genera angustia y sentimientos de discriminación.

Por ejemplo, la falta de instalaciones sanitarias inclusivas, aquellas sin baños neutrales, implica espacios inseguros para las personas trans. Además, los baños excluyentes pueden agravar el riesgo de ansiedad y depresión, la baja autoestima y tener graves consecuencias para la salud del tracto urinario o el sistema renal.

La falta de capacitación adecuada del personal médico provoca que a las personas trans se les nieguen servicios o tratamientos que se perciben como exclusivos de hombres o mujeres cisgénero.

Además, las personas trans enfrentan desafíos como la escasez de hormonas y los altos costos de la atención de afirmación de género que no está cubierta por los sistemas de salud públicos.

En una audiencia pública celebrada en 2024, la Comisión fue informada de que las personas transmasculinas enfrentan grandes obstáculos para acceder a los servicios de salud debido a la falta de información y protocolos de atención.

Por ejemplo, el personal médico no está capacitado para ofrecer tratamientos ginecológicos o endocrinológicos adecuados a los hombres trans y, a menudo, se les niegan estos servicios.

Según la Cidh, en muchos Estados, debido a factores de discriminación estructural, las mujeres trans se encuentran entre los grupos más afectados por el VIH, en comparación con el resto de la población adulta.

Y las personas no binarias y de género diverso siguen siendo invisibles en las políticas de salud pública, datos oficiales y estadísticas.

La Comisión subraya que garantizar el derecho a la salud es una obligación estatal establecida en diversos instrumentos interamericanos.

Además, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que el derecho a la salud está estrechamente vinculado al derecho a la vida y a la integridad personal.

Finalmente, la Cidh insta a los Estados a desarrollar un marco jurídico integral contra la discriminación en los entornos de salud, a elaborar protocolos para la prestación de servicios de salud con enfoque de género y diversidad sexual, y a invertir en la formación adecuada de profesionales médicos para atender esas necesidades.

Asimismo, «los Estados deben garantizar el reconocimiento legal de la identidad de género de las personas trans, ya que esto es esencial para el acceso a la salud y a otros derechos económicos, sociales, culturales y ambientales».

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