Cruz Roja informa de que la pandemia y las distintas medidas de confinamiento y toques de queda impactan especialmente sobre personas sin hogar, y con la llegada del frío está adaptando y reforzando las salidas y recursos de los equipos del programa de ‘Atención a Personas sin Hogar’ en colaboración con los planes y protocolos que ponen en marcha los ayuntamientos.
El Programa de Atención a Personas Sin Hogar se desarrolla con más de 2500 personas voluntarias en 36 provincias. En 32 de ellas se cuenta con las Unidades de Emergencia Social (UES) que se desplazan a los lugares donde viven estas personas, para ofrecer recursos en alojamientos, centros de estancia y del Servicio de Acogida y Acompañamiento Social, además de las Unidades de Emergencia Social.
«Si la sociedad entera se ve arrastrada por la pandemia, la población más vulnerable empieza desde el minuto uno a acusar aún más el impacto», resume Susana Royo, portavoz del Programa de Atención a Personas Sin Hogar de Cruz Roja, la situación de las miles de personas que se encuentran actualmente sin un techo bajo el que cobijarse y, ahora, expuestas al doble filo de la pandemia y del frío.
Según indica Susana, «al inicio de la pandemia, estas personas se encontraban desorientadas, no entendían la situación que estábamos viviendo, todo estaba cerrado, algunos recursos –alojamientos- tenían aforos limitados o incluso habían cerrado; eso les generaba una sensación de incertidumbre y de inseguridad sobre su propia supervivencia en las calles».
Por estos motivos, tras la declaración del Estado de Alarma, Cruz Roja habilitó albergues provisionales en 110 localidades, gestionó recursos de alojamiento adaptándolos a las nuevas necesidades y reforzó y dotó de más recursos a las Unidades de Emergencia Social y distintos dispositivos de atención. En total, durante este año 2020, la organización humanitaria ha atendido a 16 500 personas sin hogar.
Las Unidades de Emergencia Social (UES), actualmente desplegadas en 32 provincias, están conformadas por equipos que integran distintas disciplinas como el trabajo social, la asistencia sanitaria, la psicología, etc. La clave es ofrecer a las personas sin hogar un servicio de proximidad que garantice una respuesta rápida, frente a situaciones de emergencia social, actuando como puente entre la calle y la red de atención.
Café, comida, abrigo, materiales de aseo e higiene, atención sanitaria y escucha, mucha escucha, son pautas que siguen los integrantes de las Unidades de Emergencia Social de Cruz Roja en sus labores de apoyo a las personas que viven en la calle, en colaborando con las administraciones y el resto de oenegés que conforman la red de atención de personas sin hogar.
Programa de atención a personas sin hogar
La exclusión residencial abarca diferentes situaciones carenciales respecto a la vivienda, que pueden ir desde estar en una situación de vivienda inestable hasta no tener un lugar dónde ir.
El proyecto Atención Integral a Personas Sin Hogar pretende afrontar la realidad de estas personas que, por carecer de una vivienda, desarrollan su vida en la calle o en alojamientos temporales.
Busca reducir los daños y riesgos a los que diariamente se enfrentan estas personas, y buscar soluciones a las diferentes necesidades y situaciones que presentan, que son especialmente duras en el caso de las mujeres.