Según datos recientes de la Fundación de Alquiler Seguro (FAS), en 2023 aumentó el número de inquilinos que dejaron una deuda de impago de alquiler. Este es uno de los principales riesgos que corren los propietarios que no cuentan con un seguro de impago de alquiler en España.

El riesgo de impago medio se ubica en 7600 euros

Actualmente, en España, el número de hogares que poseen su vivienda ha disminuido, mientras que el de aquellos que optan por el alquiler ha experimentado un crecimiento considerable (Instituto Nacional de Estadística). Desde el punto de vista de los propietarios, esta tendencia de la vivienda en España subraya la importancia de mitigar de manera activa el riesgo de impago de alquiler.

En efecto, el riesgo de impago se ha convertido en una preocupación creciente para los propietarios de viviendas. Según un informe reciente de la Fundación Alquiler Seguro, en 2023 los inquilinos dejaron una deuda media de 7600 euros a sus arrendadores, lo que representa un incremento del 1 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.

Esta cifra, modesta en términos porcentuales, se condice con la disminución de la disponibilidad de viviendas en alquiler en el mercado. La reducción drástica en la oferta de inmuebles disponibles y el escenario inflacionario que atraviesa la economía, reduce el poder adquisitivo y la capacidad de los inquilinos de saldar el alquiler. Así, el coste de dicha morosidad debe ser absorbido por los propietarios, lo que se suma a otros riesgos que deben afrontar.

¿Qué riesgos corren los propietarios?

En un escenario donde el alquiler se ha vuelto una opción más frecuente, los propietarios enfrentan una serie de riesgos que podrían comprometer su estabilidad financiera y la integridad de sus propiedades. Uno de los riesgos más preocupantes es el impago por parte de los inquilinos, situación que puede desencadenar dificultades financieras significativas para los arrendadores.

La ausencia de un seguro de alquiler que cubra este riesgo puede exponer a los propietarios a la incertidumbre y a la posibilidad de enfrentar pérdidas financieras considerables: la hipoteca, el mantenimiento, los impuestos y otros gastos asociados a la propiedad pueden convertirse en una carga financiera difícil de sobrellevar en caso de impago por parte del inquilino.

Además del riesgo de impago, los propietarios también deben considerar la protección de sus propiedades contra posibles daños. Disponer de un seguro de alquiler que incluya una cobertura de este tipo puede aumentar la resiliencia del propietario ante la negligencia o el mal uso por parte del inquilino, lo que de otro modo podría resultar costoso en términos de refacción, renovación y puesta en valor del inmueble.

En este sentido, contar con un seguro de alquiler es una solución viable para mitigar los riesgos asociados con el arrendamiento de viviendas. Estos cubren tanto el impago del alquiler como también los daños a la propiedad. Su coste —entre el tres y el cinco por ciento del valor total de la propiedad— resulta marginal en comparación con la protección que ofrece a un bien que suele ser una parte fundamental de la economía del propietario.

El riesgo de impago se ha convertido en una tendencia creciente en España, por lo que la contratación de un seguro de alquiler se vuelve cada vez más importante como medida preventiva para proteger el patrimonio de los propietarios y reducir los riesgos inherentes al negocio del alquiler residencial en España.

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