En una histórica sesión de investidura celebrada el 8 de agosto de 2024, Salvador Illa, del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), fue elegido presidente de la Generalitat de Cataluña con el apoyo clave de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y En Comú Podem (Los Comunes).
Illa, en su discurso de investidura, destacó la necesidad de restablecer el diálogo entre el gobierno catalán y el gobierno central, y propuso un plan para reactivar la economía, mejorar los servicios públicos y fortalecer la cohesión social.
Illa subrayó la importancia de un gobierno que trabaje para todos los catalanes, sin distinción de ideologías, y que promueva la convivencia y el respeto mutuo.
Se comprometió a liderar un ejecutivo que busque soluciones pragmáticas a los problemas que enfrenta Cataluña, alejándose de la confrontación y priorizando el bienestar de la ciudadanía.
El éxito de la investidura de Illa fue posible gracias a los acuerdos alcanzados con ERC y Los Comunes.
Con ERC, Illa acordó mantener un diálogo abierto sobre el futuro político de Cataluña, incluyendo la posibilidad de un referéndum pactado, aunque con un enfoque más inclusivo y menos polarizante que el de anteriores gobiernos.
Además, se comprometió a mejorar una «financiación singualar» para Cataluña y a reforzar el uso del catalán en la educación y la administración, así como a aumentar las inversiones en infraestructuras.
Con Los Comunes, Salvador Illa pactó un incremento significativo en las partidas presupuestarias destinadas a políticas sociales, incluyendo vivienda y sanidad, además de un impulso a las energías renovables y la transición ecológica.
Asimismo, se acordó priorizar la lucha contra la desigualdad y la pobreza en Cataluña.
Este acuerdo multipartito refleja un giro hacia la estabilidad y la moderación en la política catalana, con Illa como líder de un gobierno que busca superar la fractura social y avanzar en la construcción de un futuro común para todos los catalanes.