La experiencia de comprar una primera vivienda está muy arraigada en la sociedad y resulta un trámite relativamente fácil porque suele hacerse a través de agentes de la propia inmobiliaria que guían a las personas interesadas hasta conseguir la firma de la hipoteca y la entrega de las llaves.
Distinto es vender la casa que ya tenemos a otro particular, porque además de las gestiones comunes a la venta de cualquier inmueble, habrá que sumar el conocimiento necesario de las repercusiones que tendrá dicha venta en las declaraciones de impuestos del año corriente y sucesivos.
En algunas redes sociales se indica que vender sin intermediarios permite obtener el máximo beneficio por no tener que pagar comisiones, y de hecho en Housage ayudan vender tu casa entre particulares, dando de alta el inmueble en la sección de viviendas de particulares a la venta, a la que podrán acceder compradores interesados.
Aunque advierten de la necesidad de tener en cuenta varios aspectos que valorarán los compradores potencialess, como tener el piso o la casa con la mejor presencia posible antes de concertar las visitas con los posibles compradores.
Para atraer personas interesadas hay que diseñar un anuncio de venta atractivo, con una buena descripción que incluya un plano que ayude a que los compradores tengan una mejor idea de la distribución de la vivienda, superficie útil, número de habitaciones e instalaciones comunes, con fotografías o vídeos de calidad.
También se recomienda conocer los mayores datos posibles sobre la situación del mercado inmobiliario y cómo se valoran las casas y apartamentos en la zona en que se encuentre el que queremos vender, para destacar sus condiciones más apreciadas por el mercado en cada época y puedan justificar un precio algo más elevado.
En todo caso, un primer paso es conocer el precio que tienen casas, pisos o apartamentos en la misma zona o urbanización, y encargar una tasación a una empresa especializada, que para indicar el valor real de la propiedad evaluará el estado de mantenimiento y hará una calificación energética.
Conocida esa tasación se podrá optar por mejorar el precio de venta mediante adecuaciones concretas de defectos o fallos que nos puedan detectar, como pintarla o arreglar posibles averías, y también puede resultar de interés presentarla con soluciones decorativas que permitan visualizar las posibilidades que ofrece para nuevos propietarios.
Una tasación profesional también permitirá situar el precio por debajo de esa tasación para acortar plazos.
Y respecto a la documentación que necesitaremos manejar con los posibles compradores no hay que olvidar el certificado de eficiencia energética, la cédula de habitabilidad, la escritura de la vivienda, una nota simple del Registro de la Propiedad para certificar las cargas que afectan al inmueble, un certificado de deuda cero con la comunidad de vecinos y el último recibo del IBI.
Una recomendación final es, aunque la disposición inicial sea hacer una venta directa, consultar las tarifas de una inmobiliaria por llevar a delante todo el proceso, porque puede ser que compense el tiempo que vamos a ocupar en todas las gestiones, especialmente si se trata de zonas donde hay una demanda pujante y puedan tener ya una cartera de clientes interesados.
Esta recomendación puede ser especialmente útil si el proyecto es vender la casa para comprar otra, como está sucediendo actualmente por las situaciones de confinamiento, en que muchas personas y familias han descubierto que su vivienda actual no les ofrecía las prestaciones necesarias para pasar más horas en algunas habitaciones, para aceptar fórmulas de teletrabajo, con acceso a zonas exteriores más amplias, en urbanizaciones o ciudades más alejadas de las capitales.