Marcel Berthomé, el alcalde más viejo de Francia, quien a punto de cumplir 98 años es candidato a un décimo mandato en las elecciones municipales de los próximos 15 y 22 de marzo de 2020, dirige desde hace cerca de medio siglo la vida de Saint-Seurin-sur-l’Isle, un pueblo de la Gironda que cuenta con 3200 habitantes.
Según la información publicada en el diario L’Obs, «conoció a Saint Exupéry (el aviador autor de «El principito»), bombardeó la Alemania nazi, presidió un club de fútbol profesional (…) y no posee ni teléfono móvil ni ordenador».
Alcalde independiente «sin etiquetas pero no sin opinión», hace declaraciones del tipo «La edad no tiene nada que ver: se pueden tener veinte años y ser un gilipollas y tener 98 y estar en forma».
Con los cabellos teñidos y amante del güisqui, licor que descubrió en Escocia cuando «sirvió como radionavegante en los bombarderos de la Royal Air Force durante la Segunda Guerra Mundial», Marcel Berthomé se enroló como soldado a los dieciocho años.
Acabada la contienda se fue de Francia «para continuar la guerra» en Indochina y Argelia. Posee tres Cruces de guerra y, en su despacho, además un pequeño busto de Napoleón, «los generales golpistas de Argelia ocupan tanto lugar como De Gaulle»
Finalizada la carrera militar, el alcaldé Berthomé llegó a la política a través del fútbol, que es su gran pasión, desde la presidencia del AS Saint-Seurin.
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