El más que milenario juego del ajedrez también forma parte de la exposición ‘Comuneros: 500 años’ que se muestra en las Cortes de Castilla y León desde el pasado 22 de abril y que se desarrolla en Valladolid.
Hay que recordar que en ese periodo histórico, segunda década del siglo dieciséis, se acababa de producir el cambio en la figura de la dama en el tablero, dando origen a las actuales normas tal y como se conocen hoy en día.
Así, se muestran cajas de juego provenientes del Museo Arqueológico Nacional así como el ‘Tractatus de ludo scacorum’, un tratado extraordinario de ajedrez, que entonces era muy popular en la minoría culta de la España de entonces.
Hay que recordar que la nobleza jugaba al ajedrez, entre ellas, la reina Isabel la Católica (1451-1504) y María Pacheco (1496-1531), la mujer del líder comunero Juan de Padilla.
El manuscrito ‘Tractatus de ludo scacorum’ se inicia con el origen del juego de ajedrez y trata del significado de sus figuras como alegoría de dos reinos enfrentados, e incluso de cómo el movimiento de las piezas simboliza las obras rectas y loables. Cuenta con un total de ocho capítulos y quince miniaturas de brillante colorido.
El tratado se encuentra en la Biblioteca Nacional desde 1869, procedente de la librería del Cabildo de la Catedral de Toledo. Anteriormente había pertenecido al cardenal bibliotecario del Vaticano, Francisco Javier Zelada (1717-1801), por lo que también es conocido como Códice Zelada. Precisamente, fue expuesta en la exposición ‘AjedreZ. Arte de Silencio. Ocho siglos de cultura’, en la Biblioteca Nacional de Madrid, del 10 de octubre de 2018 al 27 de enero de 2019.
Cuatro pilares temáticos
‘Comuneros: 500 años’ se sustenta sobre cuatro pilares temáticos: ‘Contra traydores y desleales’, centrado en los orígenes y los protagonistas del movimiento; ‘Castilla en la Encrucijada: la ruptura del equilibrio’, dedicado al desarrollo de la contienda bélica acaecida en el marco de las Comunidades; ‘El Tiempo Habitado’, que abarca el arte, juegos, economía, vida cotidiana y música de la Castilla del siglo dieciséis, y ‘La Memoria Recuperada. Memoria Creada’, que muestra los diferentes movimientos e interpretaciones posteriores al episodio histórico.
El primero, ‘Contra traydores y desleales’, se centra en los protagonistas del conflicto y su título viene de cómo unos y otros se acusaron de lo mismo. Los personajes históricos quedan representados a través de piezas y objetos que han pertenecido a grandes familias (Maldonado, Juan Bravo, Fadrique, Enríquez…), con objetos como el paño reclinatorio de Juana de Castilla, el amito del cardenal Cisneros, que nunca se había expuesto, o la medalla de Carlos V diseñada por Alberto Durero (1471-1528), una joya espléndida.
El segundo bloque, ‘Castilla en la encrucijada: la ruptura del equilibrio’, que refleja lo que aconteció en la guerra de las Comunidades, con armas de la época que pertenecieron a personajes como Felipe el Hermoso o Carlos V, o piezas similares a las utilizadas por los comuneros y los realistas.
El tercer apartado es ‘El tiempo habitado’ y narra cómo estaba Castilla en aquella época, hasta el año 1522; se refleja la transición entre el gótico y el renacimiento con obras importantísimas de los grandes artistas del momento, como Juan de Flandes (1465-1519) o Diego de Siloé (1495-1563), abordando otros aspectos como la economía, religión, música o juegos (donde se encuentra la referencia al ajedrez).
El último bloque es ‘Memoria recuperada. Memoria creada’, con las reivindicaciones del movimiento comunero que se produjeron desde el gran movimiento artístico y cultural que evocó de forma muy romántica a los comuneros en el siglo diecinueve, siendo su recuperación y evocación a través de los liberales de la Constitución de Cádiz de 1812.
Así, se recorren grandes obras de la pintura, teatro o poesía, como el cuadro ‘Ejecución de los comuneros de Castilla’, de Antonio Gisbert (1834-1901), ubicada en el capítulo titulado ‘Memoria recuperada, memoria creada’ y que proviene del Congreso de los Diputados.
En el siglo veinte se recogen aportaciones como la obra teatral de Ana Diosdado, el romance de Luis López Álvarez y su adaptación musical a cargo del grupo segoviano del Nuevo Mester de Juglaría.
En total se pueden contemplar más de 150 piezas del primer tercio del siglo dieciséis provenientes de más de medio centenar de instituciones, entidades, iglesias y colecciones que las han cedido.
La muestra, organizada por la Fundación de Castilla y León, en el marco del proyecto conmemorativo ‘El tiempo de la libertad. Comuneros V centenario’, podrá contemplarse en la sede de las Cortes castellanoleonesas hasta el próximo 20 de septiembre, de lunes a domingo, en horario de 10:00 a 13:30 y de 17:00 a 20:00 horas.