
En una gran cantidad de edificios antiguos de nuestro país sigue quedando amianto, lo cual es un peligro para la salud de sus habitantes y de las personas que viven cerca. Este material lleva prohibido en la UE dos décadas, de manera que si está presente en nuestra finca o en nuestra vivienda, lo mejor es llamar a una empresa de retirada de amianto en Madrid, o de la provincia en la que vivamos.
¿Qué peligro presenta el amianto?
Durante años, el amianto (que también se conoce con el nombre de asbesto) fue un material muy apreciado en la construcción. Su coste era muy bajo, tenía propiedades aislantes aceptables para la época y no ardía.
Su forma más reconocible es la “uralita”, unas planchas con las que se cubrieron miles de tejados, en especial los de los garajes, fábricas, almacenes, etc., pero que también se empleó para hacer tuberías para las bajantes o los desagües.
El problema del amianto es que es un mineral fibroso, y esas fibras pueden terminar en el aire. Cuando lo hacen, si la exposición a ellas es prolongada, provocan enfermedades respiratorias graves del tipo de la asbestosis o el cáncer de pulmón.
¿Qué dice la ley sobre su retirada en nuestro país?
Para saber cómo proceder a la hora de quitar el amianto hay que leer el Real Decreto 396/2006. En él se establecen las normas de seguridad que hay que aplicar.
Lo más importante es que el trabajo no lo puede hacer cualquiera, sino que es necesario recurrir a una Empresa especializada en servicios de eliminación de sustancias tóxicas, la cual debe estar inscrita en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (RERA).
La empresa elegida tiene que ser capaz de gestionar los residuos de una manera adecuada, además de contar con todas las certificaciones especificadas en el Real Decreto.
¿Cómo se lleva a cabo la retirada?
Con el fin de quitar el asbesto hay que establecer un plan de trabajo que tiene varias fases. Es importante seguirlas todas, pues de esa manera se evitan sanciones y riesgos para la salud.
Preparación
Aquí se hace una evaluación previa de cuánto amianto hay y de su estado. Con la información que se obtiene se elabora un plan de trabajo, notificando lo que se va a hacer un mes antes a la autoridad laboral. Además, se avisa a las personas que viven en el edificio.
Ejecución
Llegado el día de la retirada, se señaliza la zona de trabajo y se moja el material. De esa manera se previene el que las fibras se dispersen por el aire.
Es necesario retirar la uralita con cuidado, pues se debe evitar romperla por todos los medios. Cuando se lleva a cabo esto, hay que embalarla de modo que quede herméticamente cerrada.
Fase final
Ya embalada la uralita, aún no se ha terminado el trabajo. Hay que aspirar la zona, para después hacer unas mediciones. En ellas se ve si hay presencia de fibras en el aire.
Todos los equipos contaminados se eliminan y se documenta el proceso, terminando con el transportista autorizado llevándose los residuos a un vertedero en donde puedan guardar materiales peligrosos.