Cientos de contribuyentes tienen que marcharse cada día, tras hacer largas colas, en las oficinas de la Agencia Tributaria del Ayuntamiento de Madrid, sin poder hacer los trámites que solicitan, recibiendo como única respuesta la indicación de que presenten un escrito por registro y esperen contestación. Los escritos de reclamación presentados por los contribuyentes se cuentan ya por decenas de miles

Para UGT Servicios Públicos Madrid, la causa de esta situación se encuentra en el nuevo sistema informático para la gestión tributaria, adjudicado por el Ayuntamiento a una conocida empresa tecnológica. La nueva aplicación informática se ha puesto en marcha con retrasos sobre el calendario previsto, sin todas las funcionalidades contratadas y con multitud de fallos e incidencias.

Los empleados municipales de estas oficinas llevan semanas, entre otros problemas, sin poder tramitar correctamente infinidad de temas relacionados con el IBI, Tasa de residuos… y gestionar multitud de domiciliaciones, además de tener que liquidar cientos de plusvalías al no funcionar correctamente la página web del Ayuntamiento que impide a los contribuyentes autoliquidar el citado impuesto.

Estos trabajadores sufren un alto grado de estrés, impotentes ante unas aplicaciones informáticas que no les permiten atender adecuadamente a miles de ciudadanos enfadados con toda la razón. Esta situación genera una gran preocupación a las empleadas y empleados públicos que ven que no pueden prestar un buen servicio público.

Ante la prolongación de una situación insostenible, que no tiene visos de resolverse en el corto plazo, los trabajadores han reclamado a sus representantes sindicales que promuevan medidas en defensa del Servicio Público, de la ciudadanía y de los empleados públicos, y en los próximos días se celebrarán asambleas para decidir las medidas a tomar.

Emilio García Gay, secretario de la Sección Sindical Agencia Tributaria UGT Servicios Públicos de Madrid, explica que la situación se ha ido deteriorando desde que se implantó un nuevo sistema informático «que no funciona», y los contribuyentes que acuden a las oficinas municipales para hacer frente al pago de sus obligaciones se sienten frustrados.

Con miles de operaciones sin poder cerrarse por los fallos informáticos, esa frustración se vuelve contra los propios trabajadores municipales, explica Emilio García, cuando precisamente son los más interesados en que todo funcione correctamente y comprenden el enfado de las personas a las que no pueden atender debidamente.

Añade que los representantes sindicales han instado a resolver los problemas técnicos desde junio pasado, después en septiembre y de nuevo en noviembre, sin resultado, y «ahora el fantasma del fracaso se cierne sobre el Ayuntamiento»

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