Cuando en Madrid nos enteramos de que, víctima colateral de la pandemia, el Cine Paz, uno de los más antiguos de la capital instalado en la calle de Fuencarral, anuncia el cierre «temporal» de sus salas por falta de asistencia, y vemos como a su lado lo que fueron las dos salas de los Cines Roxy –A y B- se van convirtiendo poco a poco en un hipermercado alemán, nos enteramos de que Cineworld, el gigante mundial de la distribución cinematográfica, hace lo mismo y anuncia el cierre temporal, a partir del 8 de octubre de 2020, de las 536 salas que tiene en Estados Unidos y las 127 del Reino Unido; una medida que va a afectar a un total de 45.000 empleados.
El comunicado de Cineworld explica que los continuados retrasos en los estrenos que estaban previstos para la primavera y el otoño de este año, le obligan a adoptar la decisión de cerrar sus salas para, ya que no tienen ingresos generen al menos menos gastos.
Mooky Greidinger, director general de Cineworld ha dicho que cuando las productoras se decidan a volver a estrenar películas, su compañía «anunciará que volvemos a la actividad».
El cierre de las salas –leemos en una información de France Télévisions- «es un golpe duro para Cineworld cuya salud económica estaba ya muy afectada por los meses de confinamiento y la lenta recuperación posterior de la actividad».