Un informe presentado por CCOO confirma que la Comunidad de Madrid combina un alto nivel de riqueza con una preocupante desigualdad salarial y un estancamiento de los ingresos laborales que arrastra desde 2008.
El análisis revela que una de cada cuatro personas trabajadoras madrileñas percibe salarios por debajo del umbral de pobreza laboral, mientras que mujeres, jóvenes y población extranjera figuran entre los colectivos más castigados por un modelo económico fuertemente polarizado.
Radiografía de los salarios en Madrid
El Informe sobre la Estructura Salarial en la Comunidad de Madrid elaborado por el Gabinete Técnico de CCOO Madrid recoge que el salario medio anual en 2023 fue de 32.220 euros, situando a la región como la segunda con mayores ganancias tras el País Vasco.
Sin embargo, el salario medio (26.100 euros) revela la brecha entre la media y lo que realmente percibe la mitad de la población, evidenciando la fuerte desigualdad interna.
La pobreza laboral afecta a uno de cada cuatro trabajadores
El umbral de pobreza laboral se situó en 19.332 euros en 2023, según la Carta Social Europea. Una de cada cuatro personas trabajadoras madrileñas —unas 832.000 personas— ingresó por debajo de esa cifra.
En el diez por ciento más bajo de la escala salarial, los ingresos anuales apenas alcanzaron los 13.160 euros, un 46,9 por ciento menos del umbral.
CCOO Madrid denuncia que «los ingresos salariales no cubren las necesidades de una parte importante de la población trabajadora madrileña».
Brecha de género persistente
La desigualdad salarial entre mujeres y hombres en Madrid alcanza el 19,8 por ciento, por encima de la media estatal (19,2 por ciento). El salario medio de las mujeres se sitúa en 29.250 euros, frente a los 35.052 euros de los hombres.
La diferencia se amplía en los salarios más bajos: en el primer decil, la brecha llega al 38 por ciento. Además, los menores ingresos de las mujeres impactan en sus pensiones y prestaciones sociales, reforzando la dependencia económica y aumentando el riesgo de exclusión.
Jóvenes y mayores de 55 años: la precariedad cronificada
El salario medio de los menores de veinticinco años fue de 15.622 euros, cifra situada por debajo del umbral de pobreza laboral. Estos niveles dificultan la emancipación y la construcción de un proyecto de vida estable.
Por otro lado, las personas mayores de 55 años también sufren una caída de ingresos respecto a los tramos de edad previos, siendo las mujeres las más afectadas.
Nacionalidad y salarios: las personas extranjeras en desventaja
Las personas trabajadoras extranjeras ganaron en 2023 una media de 23.542 euros, es decir, un 29,4 por ciento menos que las de nacionalidad española (33.336 euros). La situación es especialmente grave entre las mujeres extranjeras, cuyo salario medio fue de solo 21.639 euros, apenas un 11,9 por ciento por encima del umbral de pobreza.
Polarización del mercado laboral madrileño
El estudio evidencia que Madrid es la región con mayor diferencia entre el 25 por ciento que más gana y el 25 por ciento que menos ingresa: los salarios más altos son 2,3 veces superiores a los más bajos.
Esta polarización se explica por el predominio del sector servicios, donde los sueldos son más bajos que en la industria, y por un modelo económico que favorece la desigualdad estructural.
Estancamiento salarial desde 2008
A pesar del crecimiento del PIB regional, los salarios reales no han recuperado los niveles de 2009. En 2023, el salario medio era aún un 2,6 por ciento inferior al registrado en aquel año.
Solo los incrementos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) desde 2019 han permitido cierta mejora en los tramos más bajos, aunque insuficiente frente a la inflación de 2021-2022.
Las propuestas de CCOO
Ante este panorama, CCOO subraya la urgencia de fortalecer la negociación colectiva para establecer un suelo salarial mínimo por encima del umbral de pobreza laboral, y aplicar políticas que reduzcan la parcialidad y la temporalidad.
También reclama reformas productivas que diversifiquen el modelo madrileño, con más industria y empleo público, así como políticas fiscales progresivas que reduzcan la desigualdad.