La Red de Ayuda Mutua se constituyo en abril de este año 2020, poco menos de un mes después de la declaración oficial de la pandemia. Esta formada por numerosas asociaciones vecinales de Leganés que se coordinaron con el fin de suministrar comida, material de higiene y asesoramiento burocrático a los afectados por los resultados de la pandemia que han perdido sus puestos de trabajo debido al confinamiento. Se pusieron en marcha con la idea de dar tiempo a que las administraciones, y en primer lugar el ayuntamiento, pudieran organizarse para atender a las necesidades de la población.
Casi en ese mismo momento plantearon al equipo de gobierno municipal, compuesto por PSOE y Mas Leganés, ocho propuestas para afrontar la emergencia social en Leganés, pero pasados más de ocho meses, no solo no se ha puesto en marcha ninguna de las medidas solicitadas sino que cunde entre los voluntarios de la Red la sensación de que el Ayuntamiento, lejos de aprovechar el tiempo para organizar las respuestas necesarias, se ha acomodado a que las entidades ciudadanas cubran un papel que, según la Red de Apoyo Mutuo y otras organizaciones que siguieron su ejemplo, sólo corresponde a la Administración.
Por este convencimiento y por el paulatino agotamiento de los recursos que hasta ahora habían podido reunir mediante la colaboración ciudadana, la Red de Apoyo Mutuo dejara de proporcionar ayuda alimentaria en enero del próximo año. De esta manera, más de 130 familias con casi trescientos adultos y alrededor de doscientos menores de dieciséis años quedaran casi sin fuente alguna de alimentos desde el próximo mes de enero. Estos datos corresponden solo a los atendidos por la Red de Apoyo Mutuo, que utilizara sus ultimas existencias para efectuar un reparto equilibrado de todas ellas con objeto de que las personas a las que atendían dispongan de un tiempo algo mas largo para resistir.
En Leganés, la crisis económica provocada por la pandemia está resultando catastrófica: un número importante de familias se ha quedado sin ingresos y no pueden hacer frente a las necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda y suministros. Agrava la situación el que muchas de estas familias han trabajado sin contrato, y están realquiladas en habitaciones y carecen por tanto de derecho a prestaciones, lo que agrava su situación y dificulta su acceso a ayudas.
Por parte del Ayuntamiento de Leganés se habilitó hace meses una subvención para Caritas de 250.00 euros que, a la vista de que los necesitados han seguido acudiendo a organizaciones como la Red de Apoyo Mutuo, no han bastado para remediar la situación. Se da la circunstancia de que los propios servicios municipales de Asistencia social han estado derivando hacia la Red de Apoyo y a Manos solidarias a muchos solicitantes de Ayuda.
Se cumple en Leganés, como en el resto del país, el que la pobreza afecta fundamentalmente a mujeres solas con menores a su cargo. La pobreza en Leganés es, mayoritaria y abrumadoramente, pobreza infantil. Para la Red de Apoyo Mutuo es urgente establecer medidas públicas que protejan a las familias trabajadoras, a los y las menores, y garanticen la cobertura de sus derechos fundamentales. Y a este reto deben responder en primer lugar los servicios públicos.
En estas circunstancias mantienen su vigencia las ocho medidas propuestas en su momento y a las que el Ayuntamiento de Leganés no ha dado respuesta. Se pedía el reforzamiento de los Servicios Sociales, la simplificación de la documentación necesaria para acceder a las ayudas alimentarias, que se establecieran procedimientos para hacer efectiva la ayuda alimentaria de forma urgente y que esta ayuda tuviera un carácter inclusivo sin depender de la situación administrativa de los solicitantes…..entre otras cosas.
Ocho meses, doscientos cuarenta días después, todo sigue igual. O peor.