El Parlamento Europeo aprobó el pasado martes 8 de julio la propuesta de Bulgaria para unirse a la moneda común, el euro, a partir del 1 de enero de 2026.
Bulgaria será el 21 de los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) en tener el euro como moneda sustituyendo a la leva cuyo cambio fijado hasta ahora es de 1,95 leva por cada euro; Croacia fue el último país en unirse en 2023.
En el caso de Bulgaria, la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento preparó un informe en junio en el que recomendaba a los eurodiputados que aprobaran la oferta del país.
El Pleno del EuroParlamento lo aprobó el 8 de julio por 531 votos a favor, 69 en contra y 79 abstenciones.
A continuación, los estados miembros toman una decisión, teniendo en cuenta la recomendación del Parlamento. El Consejo adoptó la decisión sobre la oferta de Bulgaria ese mismo día 8 de julio.
El euro ya cuenta con 26 años desde su implantación y forma parte integral de más de 350 millones de europeos. Se puso en marcha en 1999, inicialmente con fines contables y para pagos electrónicos.
El 1 de enero de 2002, doce países (España, Portugal, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica, Irlanda, Austria, Grecia y Finlandia) comenzaron a utilizar el euro como moneda de cambio cuando entraron en circulación las monedas y los billetes de banco.
Posteriormente diferentes países europeos adoptaron el euro a lo largo de los años: Eslovenia (2007), Chipre y Malta (2008), Eslovaquia (2009), Estonia (2011), Letonia (2014), Lituania (2015) y Croacia (2023).
Del mismo modo, cuatro microestados europeos han adoptado el euro, Andorra, Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano. También, y aunque no forman parte de la UE, fue adoptado de manera unilateral por Montenegro y Kosovo.
Tras la incorporación de Bulgaria, quedarían tan solo cinco países de la UE (Hungría, Polonia, República Checa, Rumanía y Suecia) por adherirse, ya que el sexto, Dinamarca, tiene una cláusula de exclusión que le permite quedarse al margen de la moneda única europea.
El Banco Central Europeo y la Comisión Europea evalúan si un país está dispuesto a unirse a la zona del euro. Posteriormente hay que consultar al Parlamento Europeo.
Las encuestas a escala de la UE muestran que los ciudadanos valoran positivamente el euro. El 71% de los encuestados que viven en la zona del euro piensan que tener la moneda común es algo bueno para su país, mientras que el 79% piensa que tener el euro es algo bueno para el conjunto de la UE.
La proporción de personas que ven el euro positivamente ha crecido constantemente a lo largo de los años.
La moneda común hace más fácil viajar entre países europeos sin preocuparse por las tasas de cambio y las personas pueden comparar los precios con mayor facilidad. Así, es más fácil vivir, trabajar, estudiar o jubilarse en diferentes países de la zona del euro.
Los precios en los países euro son más estables desde que se introdujo la moneda, lo que es positivo para empresas e inversión.
Es la segunda moneda más negociada y utilizada en transacciones internacionales y para pedir prestamos, lo que supone una de las economías más grandes y fuertes del mundo.