
En la obra de Patricia Fabre se percibe una gran cultura en la que se pueden rastrear múltiples influencias, amén de un hondo conocimiento de la historia de su país natal, México.
De ahí que al contemplar sus creaciones, todas en blanco y negro, se sienta el impulso de lanzar al aire nombres de artistas del siglo veinte, pertenecientes a todas las vanguardias europeas y americanas (Picasso, Juan Gris, Gauguin, Tapies…), para acabar exclamando: no, no!
BN FABRE es originalísima y sus figuras están pobladas de un mundo que le es propio, lo que recuerda a Goya, un mundo que tan pronto se origina en el inconsciente y enriquece sus sueños como se nutre de la realidad más genuina que ha mamado de su propia cultura. Todo ello sin desdeñar nada de lo ajeno que pueda enriquecer su espléndida cosmogonía.
Es así como surgen esas pinturas, negro sobre blanco como reza el título, junto a relieves metalizados, para contar una historia que ojalá pudiéramos como espectadores capturar en toda su intensidad. pero que ya el mero hecho de contemplarlas enriquece el alma y sosiega el espíritu, puesto que en Patricia Fabre, lo lineal nos lleva a la música.
En el Instituto Cultural de México se muestra, además de los dibujos en blanco y negro, una serie de platos producidos en la cerámica de Talavera.
«Esto -subraya el folleto de la exposición- es tan solo un ejemplo del poder visual de su alfabeto, que radica en la posibilidad de aplicación en cualquier soporte. El grupo de estos platos adquiere de inmediato el valor con el que sueña todo objeto: gustar y emocionar».
El número de exposiciones de Patricia por todo el mundo, así como el de las bienales a las que ha acudido, es inabarcable.
Dónde: Instituto de México en España (Carrera de San Jerónimo 46)
Cuándo: hasta el 6 de junio de 2025