Un reciente apagón generalizado que dejó a Chile a oscuras por más de una semana ha puesto en evidencia las graves deficiencias del sistema eléctrico privatizado.

Las empresas distribuidoras, incapaces de responder a fenómenos climáticos y sin inversiones adecuadas, han expuesto la fragilidad de un modelo que prioriza las ganancias sobre la calidad del servicio.

Con millones de personas afectadas, crece la indignación y se cuestiona la sostenibilidad de la privatización en sectores estratégicos.

Un artículo publicado por Pressenza analiza el contexto de este apagón en Chile como un síntoma del fracaso del modelo de privatización en el sector eléctrico. La falta de inversión en infraestructura y la incapacidad de las empresas privadas para gestionar crisis climáticas han resultado en cortes de energía prolongados, que afectaron a millones de personas y causaron pérdidas económicas millonarias.

El artículo señala que, a pesar de las promesas de eficiencia y mejor servicio que justificaron la privatización, la realidad ha sido muy diferente.

Las empresas privadas, bajo un modelo que busca maximizar beneficios, han descuidado las necesidades básicas de los consumidores, dejando al país vulnerable frente a fenómenos climáticos y con un servicio eléctrico deficiente.

Este apagón pone en cuestión la narrativa de que la gestión privada es superior a la estatal en sectores estratégicos como la energía.

Además, se destaca que el monopolio de las empresas privadas en el sector eléctrico ha dejado a los ciudadanos sin alternativas. No solo han enfrentado largos periodos sin electricidad, sino que también han sido víctimas de una gestión que prioriza las ganancias sobre el bienestar social.

La indignación se ha intensificado debido al uso de inteligencia artificial por parte de las empresas para gestionar las quejas, lo que ha sido percibido como un acto de deshumanización y desprecio hacia los consumidores.

El texto también aborda la problemática de la soberanía nacional. La privatización de ENEL, ahora en manos italianas, limita la capacidad del Estado chileno para intervenir en la gestión de un recurso tan vital como la electricidad. Este control extranjero sobre un recurso estratégico ha reavivado el debate sobre la necesidad de recuperar la soberanía energética en Chile.

Finalmente, se menciona que este caso ha llevado a la presentación de una demanda colectiva por parte de la Multigremial Nacional contra las empresas eléctricas. El artículo sugiere que el modelo neoliberal que ha prevalecido en Chile, favoreciendo a las élites empresariales y políticas, debe ser revisado y reformado para evitar que situaciones como esta vuelvan a repetirse.

Las paradojas de Milei

Por otro lado, en un contexto internacional, la reciente visita relámpago del presidente argentino Javier Milei a Chile ha generado controversia. Durante su visita, Milei alabó el modelo económico chileno, destacándolo como un ejemplo a seguir en Argentina, particularmente en términos de sus exportaciones y liberalización económica.

Este respaldo al modelo chileno, en medio de un apagón generalizado, ha sido percibido como una contradicción y ha intensificado el debate sobre los beneficios y limitaciones del neoliberalismo. Mientras Milei elogia la economía chilena, la realidad del apagón cuestiona la sostenibilidad y equidad de este modelo, generando dudas sobre su aplicabilidad en otros países de la región.

En conclusión, el apagón en Chile no solo ha dejado al país sin luz, sino que también ha iluminado las falencias de un sistema que prioriza el lucro sobre el servicio público, generando un amplio malestar social y una urgente necesidad de revaluar las políticas de privatización en sectores clave para el bienestar de la población.

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