La Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra) rechaza la subida del IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas del diez al veintiuno por ciento tal y como proyecta el Gobierno de España.
Esta medida, según la asociación, dará la puntilla a la hostelería y afectará seriamente a las rentas más bajas y a los consumidores en general. Según informa a Servimedia, la hostelería, que sería la más afectada con esta medida, a pesar de ser un sector clave, supone el 6,2 por ciento del PIB y genera 1,7 millones de empleos, y que a su vez es uno de los más afectados por esta crisis, con constantes restricciones y cierres.
Frente al aumento fiscal que el Gobierno ha desvelado en el Plan Presupuestario enviado a Bruselas, Anfabra señala que la hostelería viene reclamando una bajada del IVA al 4 por ciento “que ayude a paliar las pérdidas provocadas por las constantes restricciones y cierres, tal y como están haciendo en otros países”.
En concreto, apunta que la “tendencia general” que se está siguiendo en Europa es precisamente a bajar dicho IVA para reactivar el consumo, algo ya han anunciado Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Grecia, Reino Unido y Lituania. En este sentido indica que el propio sector de bebidas refrescantes apuesta ya por la promoción de hábitos saludables y por compromisos voluntarios, entre los que se incluye la reducción del contenido de azúcar puesto en el mercado procedente de estas bebidas, “que ya ha alcanzado un 35 por ciento, entre 2005 y 2018”.
Frente a la tesis de que la subida tributaria busca alentar hábitos más saludables, Anfabra sostiene que “no tiene ningún rigor científico querer gravar a las bebidas azucaradas o edulcoradas” cuando “son productos seguros y evaluados por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa)”.
El alza del IVA a los refrescos, cuyo objetivo es favorecer «hábitos más saludables», se sumará a otros cambios fiscales ya conocidos, como la entrada en vigor de los nuevos impuestos digital y financiero, la creación del impuesto sobre envases de plástico de un solo uso -que ya ha superado el trámite de información pública- o las medidas incluidas en el proyecto de ley frente al fraude fiscal aprobado esta semana.
En el día mundial de la alimentación el gobierno ha puesto el foco en el azúcar y en todas las muertes que se pueden evitar regulando su ingesta.
Este día, marca el 75 aniversario de la Organiazación de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que debido a la crisis sanitaria ha visto a qué retos se enfrenta el mundo y el consumo sostenible para que no exista carestía. El contraste radica entre el hambre y la obesidad, el desperdicio y el cambio climático, factores todos que evidencian el desequilibrio que existe en el mundo.
Actualmente, 690 millones de personas pasan hambre en el mundo; 381 millones están desnutridas y 750 está expuesta a niveles severos de inseguridad alimentaria. Dos mil millones no tuvieron acceso regular a alimentos y una vez más, la brecha de genero, supuso que es mayor en mujeres que en hombres.
Conseguir el ODS 2: Hambre cero para 2030 es complicado si continúan las tendencias potenciadas por la pandemia COVID-19.