Priorizar nuestra salud intestinal es una de las mejores maneras de eliminar para siempre la hinchazón y el malestar después de las comidas. Para este objetivo, la introducción de los alimentos fermentados en nuestra dieta puede tener un gran impacto en el bienestar general del organismo.
Los alimentos fermentados son generalmente ricos en probióticos y prebióticos, por lo que pueden equilibrar el microbioma del intestino, mejorando las capacidades digestivas, además de potenciar el sistema inmunológico.
Hoy hablaremos de cuatro alimentos fermentados que deberías probar para mejorar la digestión y tener un intestino más sano, y que seguro querrás añadir a tu próxima lista de la compra.
¿Cómo se fermentan los alimentos?
El proceso de fermentación se produce cuando las bacterias y las levaduras descomponen los azúcares de los alimentos en dióxido de carbono y etanol o ácido láctico. Por ejemplo, la fermentación del alcohol se utiliza para hacer cerveza, pan y vino.
Tras la fermentación, estos alimentos se llenan de bacterias beneficiosas que favorecen la salud del sistema digestivo y que expulsan de él a otras bacterias patógenas. En general, el proceso de fermentación también sirve para atrapar los nutrientes saludables de los alimentos, lo que los hace excelentes para el cuerpo y la salud intestinal.
¿Cuáles son los mejores alimentos fermentados?
Kéfir
El kéfir es un yogur fermentado conocido por ayudar al sistema inmunitario e incluso reducir la gravedad de la intolerancia a la lactosa. De hecho, es el más popular como probiótico en la familia de los lácteos, pero cualquier yogurt que tomemos tendrá en mayor o menor medida estas propiedades.
Un estudio descubrió hace poco tiempo que el consumo de seis porciones de alimentos fermentados al día, como el yogur, condujo a una mejor diversidad del microbioma y redujo los marcadores de inflamación intestinal. Estos factores pueden reducir el riesgo de sufrir numerosas afecciones, incluidas las autoinmunes, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas o algunos otros trastornos como la depresión y la ansiedad.
Kombucha
Quizás uno de los productos fermentados más populares de esta lista, la kombucha cuenta con multitud de probióticos para mejorar la salud intestinal, reforzar el sistema inmunitario e incluso proporcionar al cuerpo energía natural sustituyendo al café o a los refrescos.
La gran cantidad de tipos y sabores de kombucha que existen la hacen ideal prácticamente para cualquier persona. Desde la kombucha de cerveza, pasando por la que tiene sabor de mojito o la kombucha de jengibre y limón, es difícil no encontrar alguna que sea de nuestro gusto.
Además, la kombucha tiene propiedades antibióticas y antiinflamatorias, no tiene grasas ni colesterol y es fuente de minerales y azúcares de origen natural, lo que resulta ideal para combatir problemas de exceso de peso u obesidad.
Natto o tempeh
Tanto el natto como el tempeh son ejemplos de soja fermentada, lo que los convierte no sólo en excelentes fuentes de proteínas de origen vegetal, sino también en ingredientes ideales para mejorar la salud intestinal.
El natto se sirve a menudo con arroz, lo que lo convierte en un plato saciante y respetuoso con el aparato digestivo, mientras que el tempeh puede complementar una serie de opciones de salteados y ensaladas para darles más volumen.
Chucrut
El chucrut, también conocido como col fermentada, es una de las opciones más fáciles de integrar en la dieta como acompañamiento de las comidas. La col picada fermentada reduce la presión arterial y protege los vasos sanguíneos.
Bajo en calorías y rico en probióticos, este alimento clásico alemán es maravilloso para reducir el riesgo de aparición de multitud de enfermedades, a la vez que proporciona un montón de beneficios para tu salud digestiva.