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Alerta vecinal por una planta de biogás entre Colmenar Viejo y Tres Cantos

Planta-de-biogas-con-quemador-@123RF

El proyecto de instalación de una macroplanta privada de biogás entre los municipios de Colmenar Viejo y Tres Cantos ha generado una creciente preocupación entre los vecinos de ambas localidades.

A pesar de los permisos obtenidos para su construcción, la falta de información y la amenaza de graves consecuencias para la salud, el medio ambiente y la calidad de vida de los residentes han movilizado a diversas asociaciones y plataformas vecinales.

La planta de biogás: ¿Qué implica?

Una planta de biogás es una instalación industrial que convierte restos orgánicos, como purines de granjas o residuos de mataderos, en biogás mediante un proceso de digestión anaeróbica. El biogás generado puede utilizarse como fuente de energía, mientras que el digestato resultante se utiliza como fertilizante.

Sin embargo, la planta que se planea instalar cerca de Colmenar Viejo presenta características que no son habituales en proyectos de este tipo.

Impacto en la salud y el medio ambiente

La planta proyectada está ubicada a menos de dos kilómetros de áreas habitadas, incluyendo colegios y centros de salud, y a menos de tres kilómetros de la zona urbana de Tres Cantos.

Según los expertos, una instalación de estas dimensiones puede tener graves consecuencias para la salud pública, debido a la emisión constante de gases tóxicos y partículas nocivas, además de los posibles malos olores.

«El riesgo de incendios, explosiones y otros accidentes es elevado», advierten los vecinos afectados.

Aumento del tráfico y la contaminación

Uno de los temores que genera este proyecto es el aumento significativo del tráfico pesado en la M607, que conecta ambos municipios. Se estima que entre ocho y dieciséis tráileres recorrerán esta vía diariamente, transportando residuos desde otras provincias, lo que incrementará las emisiones de CO2 y la degradación de las infraestructuras locales.

Este tráfico intensificado también afecta la calidad del aire y contribuye al cambio climático.

Una planta innecesaria para la zona

Uno de los puntos más polémicos del proyecto es la falta de transparencia sobre el tipo de residuos que tratará la planta.

La ausencia de grandes granjas en los alrededores implica que los desechos tendrán que provenir de otras zonas, lo que aumenta la incertidumbre sobre los impactos ambientales.

Además, los residuos domésticos de los municipios cercanos no serán procesados en esta instalación, lo que plantea dudas sobre la necesidad real de una planta de estas características en la región.

Protestas vecinales y falta de información

La oposición a la planta es contundente.

Los vecinos de Tres Cantos y Colmenar Viejo denuncian la falta de información sobre el proyecto y la ausencia de procesos participativos que permitan que los residentes se expresen sobre las implicaciones del proyecto.

En una reciente asamblea abierta, organizada por la Asociación Vecinal de Tres Cantos, se expusieron los principales problemas que enfrentan los vecinos, como la devaluación de las viviendas cercanas, que podría llegar hasta un cuarenta por ciento debido a los olores y riesgos asociados.

Iniciativas ciudadanas

A lo largo de las últimas semanas, las asociaciones vecinales y plataformas de defensa del medio ambiente han intensificado sus esfuerzos para frenar la instalación de la planta de biogás.

Se han organizado marchas y protestas, y se está llevando a cabo una recogida de firmas a través de plataformas como Change.org.

Además, se ha creado un canal de comunicación en WhatsApp para mantener a los vecinos informados y coordinar acciones conjuntas.

¿Por qué la falta de transparencia?

A pesar de la magnitud del proyecto, los ciudadanos de ambos municipios han sido excluidos del proceso. Ni los gobiernos locales de Colmenar Viejo ni Tres Cantos, ambos del Partido Popualr (PP) han convocado asambleas o consultas públicas sobre el impacto de la planta.

La respuesta de las autoridades de Tres Cantos, al afirmar que el proyecto se encuentra en el término municipal de Colmenar Viejo y escapa de sus competencias, ha enfurecido aún más a los residentes, quienes exigen mayor claridad y participación.

La falta de alternativas

Los vecinos y organizaciones sociales afirman que en lugar de una macroplanta de biogás, lo que realmente necesita la región es una instalación de menor escala, que esté mejor adaptada a los residuos que se generan localmente y que esté gestionada por las administraciones públicas.

Los residentes también demandan una mayor regulación sobre la ubicación y las condiciones de funcionamiento de proyectos industriales de esta magnitud, para evitar impactos negativos irreversibles sobre el medio ambiente y la calidad de vida.

Acciones y protestas futuras

El 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, se prevé una marcha para seguir concienciando a la ciudadanía sobre los peligros del proyecto.

«No vamos a permitir que este tipo de instalaciones nos afecten sin que nuestras voces sean escuchadas», afirman los organizadores de las movilizaciones.

Con el respaldo de diversos municipios cercanos que también se ven afectados por la instalación de plantas industriales similares, la lucha por frenar la planta de biogás continúa ganando fuerza.

Este proyecto ha dejado claro que las preocupaciones medioambientales y la protección de la salud y el bienestar de los ciudadanos deben ser una prioridad.

Sin una mayor claridad y un proceso participativo adecuado, el futuro de la planta de biogás sigue siendo incierto, pero la oposición ciudadana es firme y decidida a impedir que se lleve a cabo sin las garantías necesarias.

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