Un brote de hepatitis A se está propagando alarmantemente en Gaza, con entre ochocientos y mil nuevos casos semanales, según la UNRWA.

Las deplorables condiciones de vida, la falta de agua potable y el colapso del sistema sanitario tras meses de violencia y restricciones están agravando la situación.

Hasta ahora, cuarenta mil personas han sido diagnosticadas desde octubre 2023, principalmente debido a la escasez de productos de higiene y saneamiento básico.

La doctora Ghada Al-Jadba, jefa del Programa de Salud de UNRWA en Gaza, destaca que las familias desplazadas viven en condiciones inhumanas, lo que facilita la propagación de enfermedades transmisibles.

La distribución de ayuda humanitaria y medicamentos se ha visto severamente obstaculizada, especialmente con la llegada del verano y las altas temperaturas, complicando la respuesta efectiva de los equipos médicos.

A pesar de esto, UNRWA continúa con esfuerzos de diagnóstico, prevención y asesoramiento para mitigar el impacto del brote.

La situación se ve agravada por la falta de infraestructura médica adecuada y la sobrecarga de los pocos hospitales operativos, que luchan para atender a los pacientes en condiciones extremas.

La comunidad internacional ha sido llamada a brindar apoyo inmediato, suministros médicos y recursos financieros para evitar una catástrofe de salud pública mayor.

Las autoridades locales y organizaciones humanitarias están trabajando en conjunto para implementar campañas de vacunación y mejorar las condiciones sanitarias, pero el camino hacia la contención del brote sigue siendo desafiante.

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