Uno de los valores esenciales de Alambre, la novela de Alberto Gil, es el manejo de los datos históricos que le interesan, y que nos debieran interesar a todos, perfectamente incrustados en el armazón de la trama. Una historia que contiene tanto trama policial como tramas sentimentales.
Cientos de miles de refugiados en los improvisados campos de concentración en las playas francesas, en condiciones inhumanas, íntegramente abandonados a la intemperie por el estado del país vecino.
Un éxodo iniciado antes del parte de victoria de las fuerzas franquistas, cuando el ejercito golpista iba arrinconando contra los Pirineos a la España republicana.
De ahí que la novela recoja cuando la guerra termina y un camión convoca a los que quieran volver a la patria, encontrándose con pedradas y gritos insultantes. El centro de la novela, la playa alambrada de Argelès-sur-Mer.
Pau Casals, el genial violoncelista y compositor catalán, cruzando la frontera y estableciéndose en Prades, en el departamento de los Pirineos orientales, antes de exilarse a Puerto Rico, país origen de su madre, y donde estableció la residencia hasta su muerte. Casals, realizando un continuo trabajo solidario, por ejemplo, recaudando fondos para sus compatriotas. O vos omnes su partitura encontrada en el cuerpo de un suicida.
La Maternidad de Elna, institución fundada en 1939 por la enfermera suiza Elisabeth Eidenbenz, quien consiguió facilitar el nacimiento de cientos de criaturas de refugiadas republicanas de los campos, en condiciones adecuadas.
También hay música, como cuando el autor cita a Django Reinhardt, ese guitarrista de jazz, aquel músico blanco, de origen gitano, haciendo la música de negros que el nazismo prohibió.
Jugando con esos hechos y personajes de nuestro pasado, Alberto Gil ha construido varias tramas que se entrecruzan, o finalmente se unen, explicando el sentido de cada una.
El detective Blanchard, un bicho raro dentro de la gendarmería de Marsella, investiga varias muertes que se suceden en la localidad, y que tienen en común llagas sangrantes en el cuello y laceraciones en los pies, provocadas por el uso de un particular alambre de espino.
Tal vez no pueda acabar el procedimiento porque su origen lo delata frente a las fuerzas de ocupación alemana, incluso viviendo en la supuesta Francia Libre gobernada por el colaboracionista Petain.
Las primeras víctimas: una mecenas judía, coleccionista de arte, y un armador fascista. Si el inspector terminase detenido, tal vez el comisario terminaría la investigación, siguiendo la hipótesis de aquel, averiguando la razón del porqué de los asesinatos, y demostrando que la ética sí está presente en gentes, aunque otras carezcan de ella, como ocurre habitualmente.
Walter, un periodista que trabaja en un medio alemán, y para otro en Suiza, con seudónimo. Un tipo cuya apariencia puede revelarse con una doble cara, y que podría llegar a ser chantajeado.
La vida en una playa convertida en escenario sepulcral por la noche, por la humareda de las fogatas con las que se busca un mínimo de calor, donde sólo rige la desesperada lucha por el alimento, por la supervivencia. Ahí se conocen Inés, la enfermera que luego trabajará en la Maternidad, y Sergi, el idiota anarquista del que se enamora y que trabajaba en una imprenta de cuadernos musicales.
Asesinatos, algún suicidio, amor, mucho amor, resistencia cívica, música, historia en ocasiones casi leyenda… la novela de Alberto Gil, Alambre, es un edificio construido con una diversidad de elementos perfectamente engarzados para ofrecer una lectura bien amena, emocionante, apasionante.
Argelès-sur-Mer, Elna, Prades, Marsella. Y la clave está en el alambre, de ahí el título de la novela. Alambre usado para los asesinatos, alambre para arrinconar miserablemente a los huidos de la masacre franquista, alambre símbolo de la inhumanidad de la mayor mezquindad moral de todos los tiempos, el nazismo, el fascismo, el franquismo, que sigue campando por sus respetos en la actualidad, y que es de agradecer que haya autores, como Alberto Gil, que lo adviertan mediante la ficción, convenciendo, entreteniendo.
- Alambre.
- Alberto Gil
- Almud Ediciones
- Coleción Literaria 2; nº 15
- 168 páginas
- Precio: 20 €