Era el veintitrés de abril. Apenas dos semanas antes había muerto por coronavirus su compañero Esteban Peñarrubia. Ese veintitrés de abril los miembros de la Junta de Personal del Hospital Severo Ochoa recibieron la información sobre las consecuencias que su trabajo contra la pandemia había provocado en la plantilla del centro.
Según los datos que entonces les facilitó Domingo del Cacho, gerente del Hospital, «sin un papel, todo dictado, como si fuera una clase..» explican los miembros de la Junta, 563 trabajadores de la plantilla del Hospital, entre ellos al menos cien médicos y doscientas enfermeras, se habían contagiado por el virus. En total, un 27 por ciento de las aproximadamente dos mil personas de la plantilla del Severo Ochoa se había contagiado a mediados de abril. Hace ahora un mes.
Falta de EPI
Los miembros de la Junta de Personal achacan este índice de contagios a la falta de equipos de protección individual (EPI); la falta de medidas de seguridad en la Urgencia, a causa del hacinamiento de pacientes que no permitía la distancia de seguridad; la negativa de la Dirección del centro a entregar mascarillas de protección al personal administrativo y a los celadores/as por considerar que «no estaban expuestos y alarmaban a la población».
Dentro de esta negativa, a la Junta de Personal le llama la atención que el centro no quisiera entregar mascarillas a los celadores de urgencias que son quienes reciben a los enfermos cuando se presentan en el hospital ya con los síntomas de la enfermedad muy desarrollados.
La Junta de Personal del Hospital Severo Ochoa de Leganés, uno de los centros con mayor colapso asistencial de la Comunidad de Madrid durante la pandemia, ha denunciado estos hechos mediante un escrito hecho público recientemente, en el que resaltan las situaciones críticas que se han vivido en el centro y las deficiencias con las que se han enfrentado durante la pandemia de COVID-19 debido a la «gestión inadecuada» que cargó sobre los profesionales «todo el peso de la crisis y sus consecuencias» y permitió que los pacientes afrontaran la enfermedad en situaciones «indignas».
Todos de acuerdo
En su escrito, los sindicatos CCOO, UGT, CSIT-UP, SATSE, SAE, AMYTS, CGT y CSIF relatan que las Urgencias Generales soportaron una presión asistencial tres veces superior a su capacidad durante al menos dos semanas, y no se gestionaron los traslados necesarios para aliviar, tanto a pacientes como a profesionales.
Los equipos de protección individual fueron insuficientes para dar la cobertura necesaria y su distribución se hizo discriminando a categorías y unidades de atención. En distintos momentos se distribuyó material inadecuado que no protegía de posibles contagios. Los miembros de la Junta de personal piensan que, más que escasez de material, hubo una administración restrictiva por parte de la dirección
En este sentido destacan el importante alivio que supuso la llegada de material de protección donado por las organizaciones vecinales que se organizaron para comprar alimentos e incluso batas y mascarillas de protección y hacerlas llegar a los profesionales del Severo Ochoa.
Sin información
Desde aquel veintitrés de abril no ha existido mas información. No se sabe cuántos más de los trabajadores del Severo Ochoa han sido contagiados. La Junta de Personal también denuncia la «opacidad y la falta de transparencia» que ha imperado por parte de la Dirección del hospital desde el inicio de la crisis, negando la información tanto a los representantes de los trabajadores como al Comité de Seguridad de Salud, un órgano formado también por delegados de salud laboral.
En tales circunstancias los trabajadores del Hospital Severo Ochoa esperan que su plantilla se refuerce suficientemente para poder hacer frente a un rebrote del virus, si este se produce.
Tras conocerse esta denuncia, Unidas Podemos-Izquierda Unida Leganés ha exigido la comparecencia del gerente del Hospital Severo Ochoa de Leganés, Domingo del Cacho, ante el consejo sectorial de Salud del Ayuntamiento de Leganés: «Creemos que es necesario que conozcamos todos los detalles de la gestión, con el único objetivo de aprender de los errores y que los hechos acontecidos, no vuelvan a repetirse», afirman desde la formación.
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