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Advertencias internacionales sobre un desastre «inimaginable» en Rafah

Las llamadas a la moderación de Israel se han multiplicado desde las capitales de Occidente y sedes de las Naciones Unidas

Decenas de miles de familias palestinas, desplazadas de sus hogares en Gaza, improvisaron campamentos en la ciudad de Rafah, en el extremo sur de la Franja © Wafa

La Organización Mundial de la Salud (OMS) teme que un ataque israelí a la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, donde se hacinan más de un millón de palestinos desplazados de sus hogares, produzca una gran matanza y el colapso de la asistencia hospitalaria, informa la IPS desde Ginebra.

«Las actividades militares en esa zona densamente poblada serían, por supuesto, una catástrofe insondable, y ampliarían aún más el desastre humanitario más allá de lo imaginable», declaró Richard Peeperkorn, representante de la OMS para Gaza y Cisjordania, los territorios palestinos ocupados por Israel.

El ejército israelí ha cubierto con sus operaciones la mayor parte del norte y centro de la Franja, de 365 kilómetros cuadrados y 2,3 millones de habitantes, 85 por ciento de los cuales han debido desplazarse en busca de refugio, principalmente hacia Rafah.

El actual curso del conflicto se inició después de que el pasado 7 de octubre milicianos del movimiento islamista Hamás atacaron el sur de Israel, dieron muerte a más de 1100 personas y tomaron unos 240 rehenes, según fuentes israelíes. Decenas de atacantes también perecieron en la incursión.

Como respuesta, Israel lanzó una operación militar que ya arrasó parte de la Franja, y han muerto cerca de veintinueve mil personas, en tanto unas setenta mil han resultado heridas. La mayoría son mujeres y niños, según fuentes palestinas que no detallan quienes entre los fallecidos son combatientes que enfrentan a los israelíes.

La mayor parte de la infraestructura hospitalaria, así como las instalaciones para acceder a agua potable, alimentos, electricidad, comunicaciones, escuelas y otros bienes y servicios quedaron inutilizadas.

Los pocos hospitales que aún funcionan están sobrecargados, al borde del colapso, los trabajadores humanitarios corren grave peligro ante la falta de seguridad y las instalaciones, así como las escuelas y otros refugios, están rodeadas de tiendas de campaña improvisadas por cientos de miles de desplazados.

En ese contexto, Peeperkorn destacó que «todas las miradas» están puestas en una temida ofensiva a gran escala en Rafah, que el gobierno y el ejército israelíes consideran imprescindible para liquidar a Hamás y rescatar a decenas de rehenes.

Las llamadas a la moderación de Israel se han multiplicado desde las capitales de Occidente y sedes de las Naciones Unidas –en Nueva York y Ginebra-, y además se negocia una posible tregua en los combates, para permitir la liberación de rehenes y llevar más auxilios a la población gazatí.

«Necesitamos un sistema completo de distensión para poder hacer nuestro trabajo. La ONU y la OMS están preparadas para llevar a cabo más y más misiones, al norte, al centro, al sur» de la Franja, destacó Peeperkorn.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, agregó la preocupación por informes que dan cuenta de la destrucción de las instalaciones de almacenamiento de equipos y suministros médicos del complejo médico Nasser, en el sur de Gaza, el cual «lleva sitiado alrededor de una semana».

El complejo Nasser «es la columna vertebral del sistema sanitario del sur de Gaza. Debe ser protegido y permitirse el acceso de la ayuda humanitaria», dijo Tedros.

«Los hospitales deben salvaguardarse para que puedan cumplir su función de salvar vidas. No deben ser militarizados ni atacados», insistió Tedros.

Por su parte, Teresa Zakaria, gestora de incidentes de la OMS en la zona, rechazó firmemente las acusaciones sobre una confabulación de la entidad con socios no sanitarios en los hospitales de Gaza, pues Israel sostiene que los hospitales escudan ataques de palestinos sobre sus unidades.

«Definitivamente, no podemos ser más firmes al decir que no, no hay confabulación entre la OMS y ninguna otra entidad del sector sanitario, de los socios sanitarios, del Ministerio de Sanidad (palestino) con los que estamos colaborando», afirmó Zakaria.

Sin embargo, «no estamos en condiciones de investigar ninguna otra actividad que se esté llevando a cabo en los hospitales o lo que está ocurriendo debajo de ellos», agregó para responder al señalamiento de que bajo algunas de esas instalaciones hay túneles construidos por milicias palestinas para sus operaciones.

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