Hago esta entradilla para contar la historia de la crónica que sigue. En julio de 2012 se estrenó en el Teatro Real de Madrid, la ópera de Osvaldo Golijov, «Ainadamar, fuente de lágrimas», sobre la pasión y muerte de Federico García Lorca.
Por entonces yo publicaba en el digital Periodistas en Español. Y ahí estuvo esta crónica, hasta que a finales de ese año, Periodistas fue hackeado y se perdieron sin remedio todas las publicaciones hasta ese momento.
Claro que yo siempre guardo los originales en Word, pero el archivo fue tan bien guardado, que reencontrarle para que forme parte de mi próximo libro Lorca y Yo, ha sido toda una aventura. Al final apareció, en un pendrive, dentro de una carpeta con otro nombre. ¡Qué alegría y qué alivio, cielo santo!
También ha sido una alegría encontrar videos originales de toda la ópera. Algunos de ellos van insertos aquí. Kelly O’Connor es Federico. Nuria Rial es Mariana Pineda y Nuria Espert la musa de Federico, Margarita Xirgu. Interesados pueden encontrar todos los vídeos de la ópera en internet.
Y ahora disfruten de lo que reseñé hace doce años.
Tenía mucha curiosidad ante el estreno mundial en España de la tercera versión del drama lírico Ainadamar, acerca de la pasión, muerte y resurrección de Federico García Lorca.
Ópera con música de Osvaldo Golijov, libreto de David Henry Hwang, y la dirección de escena de Peter Sellars. Nunca antes, y llevo vistos muchos Lorcas, había sentido una tal emoción, una tal sensación de estar allí,tan profunda como la que sentí anoche en el Real. Estoy volviendo a sentirla al escribir estas palabras.
Ya la puesta en escena, con ese inmenso mural surrealista pintado por el artista chicano nacido en Los Angeles, Gronk, transmite, desde el momento de ocupar la butaca, toda la gama posible de sentimientos, metáforas y fantasmas.
En cada momento, los cambios de luz en cada escena van produciendo sensaciones cambiantes y ascendentes. No recuerdo haber visto nunca una cosa igual; aunque ya estábamos avisados previamente por la revista del Real, una cosa es leer y otra ver, sentir. Imposible olvidar en algún momento lo que va pasando por el suelo y por las paredes. Los fantasmas están vivos, se incorporan a los personajes que se mueven por la escena, aportando una masa coral sin fin.
La dirección musical del director de orquesta, pianista y compositor argentino Alejo Pérez, que ya habíamos disfrutado en Yolanda y Rienzi, esexquisita, ajustada, emocionante, especialmente cuando marca los hitos que van viviendo los personajes a su paso por la escena, que dejan de ser escena para transmutarse en el tiempo real de los dramas de Mariana Pineda, Federico y Margarita Xirgu. Tres pasiones y muertes.
¡Ay Marianita Pineda, que a las piedras hacías llorar.
Muriendo en el cadalso por no declarar!
¡Campanas! ¡Campanas!
¡Oh que día tan triste en Granada,
que a las piedras hacía llorar!
Mariana/Margarita/Federico: Tres dramas en uno, con un eficacísimo acompañamiento coral lleno de belleza que representa a los miles y miles de personas que a lo largo de setenta y seis años han vivido y llorado con Federico y por Federico, en muchas partes de este mundo.
Excelente Nuria Rial, quien con su voz y movimiento vive a fondo la pasión de Mariana en dos tiempos. Magistral y emocionante Kelley O’Connor –Federico- quien desde su primera aparición en escena, de espaldas, con ese traje gris claro estilo años veinte, con ese movimiento como lo habría hecho el mismísimo Federico, la postura negligente de los hombros, ese cierto balanceo corporal, con el que ha conseguido desde el primer momento impersonar al Federico real.
Punto y aparte para Nuria Espert, su aportación a la obra para esta versión de Madrid, con la presencia constante de Margarita Xirgu a lo largo de las tres escenas. Nuria vive, llora, sufre, goza, se indigna cuando recita las Gacelas y Casidas del Poema «Diván del Tamarit» escrito por Federico entre 1934 y el año trágico de 1936, del que nuestro poeta comentó algo que pudo ser uno de los detonantes de la sinrazón de arrebatarle la vida poco más tarde: «La culta y rica Granada nazarí desapareció con la llegada de los Reyes Católicos, la ciudad se empobreció y hoy en día alberga a la peor burguesía de España».
Pero volvamos a Nuria Espert. Sencillamente, ella aporta el almaa todo lo que se va desarrollando en el espacio escénico. A partir de ahora no podría entenderse este poema lírico dramático que es Ainadamar sin ella. El público lo entendió así y sus aplausos y bravos fueron los más intensos.
En el acto tercero aparece el fantasma de Federico. Más que fantasma, es su espíritu eterno, que jamás nos dejó. Mataron al hombre, crearon el mito. Le privaron a él de su vida, a nosotros de toda su maravillosa obra de madurez.
Vivo, jamás hubiera recibido los homenajes que se rinden al mito, jamás este homenaje de Ainadamar, la fuente grande o fuente de lágrimas cerca de Víznar, donde lo ejecutaron. Federico está presente en su mito, ¡lástima que no pudiera vivir su propio mito!
Pero los dioses, de un modo u otro, casi siempre se llevan pronto a sus elegidos.
Casida del herido por el agua
Quiero bajar al pozo,
quiero subir los muros de Granada,
para mirar el corazón pasado
por el punzón oscuro de las aguas…
Casida del llanto
He cerrado mi balcón
porque no quiero oír el llanto,
pero por detrás de los grises muros
no se oye otra cosa, que el llanto…
NOTA de la autora
La Fuente Grande cerca de Alfácar, que ofrecemos como foto de cabecera, aún existe y es la fuente de lágrimas, o Aynadamar en árabe, que da título a esta ópera. Cerca de esta fuente tuvo lugar la ejecución de Federico García Lorca en la madrugada del 19 de agosto de 1936.