Alrededor de cincuenta activistas ocuparon esta tarde la escalinata del Cuartel General del Ejército del Aire y del Espacio, en Madrid, para reclamar al Ejecutivo español un embargo «integral, inmediato y efectivo» de todo tipo de material militar con destino a Israel.
Durante la acción –pacífica y sin incidentes– desplegaron una pancarta con la leyenda «Firma real decreto. Embargo de armas ya», tiñeron de rojo banderas de España y de la Unión Europea y extendieron sobre la calzada un listado de víctimas palestinas de más de cincuenta metros de longitud, símbolo de la creciente cifra de muertes en la Franja de Gaza.
El llamamiento, coordinado por Extinction Rebellion Spain (XR) y otros colectivos solidarios, llega un mes después de que el Congreso aprobara, el 20 de mayo, la toma en consideración de una proposición de ley que vetaría la venta de armas a Estados investigados por genocidio por la Corte Penal Internacional.
La iniciativa, impulsada por RESCOP y respaldada por más de quinientas organizaciones, aún debe superar varios trámites parlamentarios, por lo que el movimiento ecologista insta al Consejo de Ministros a adoptar la medida por decreto y sin más dilaciones.
«Esta decisión es solo cuestión de voluntad política; el próximo martes el Gobierno podría aprobarla», subrayó una portavoz de la protesta, recordando que «ya van 87 Consejos de Ministros sin acción real» desde el inicio de la ofensiva sobre Gaza.
Más de 50.000 muertos identificados en Gaza
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), el Ministerio de Salud gazatí contabiliza 50.144 personas palestinas muertas y 113.704 heridas entre el 7 de octubre de 2023 y el 25 de marzo de 2025; aproximadamente un tercio de las víctimas mortales son menores de edad, según agencias de la ONU sobre el terreno.
El dato coincide con la cifra de «más de 50.000 personas asesinadas» que los colectivos mostraron junto al listado de nombres desplegado en la avenida.
Las cifras del comercio militar español
Pese a la posición oficial del Ejecutivo de Pedro Sánchez de «suspender» las licencias de defensa a Israel, los registros de comercio exterior reflejan exportaciones por algo más de un millón de euros en noviembre y diciembre de 2023, último periodo con datos consolidados.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, reiteró la pasada semana en el Congreso que desde el estallido de la guerra «no se ha autorizado ningún envío» de material letal, afirmación puesta en duda por las oenegés que participan en la campaña de embargo.
Argumentos de la sociedad civil
Para las organizaciones convocantes, la continuidad de las ventas y la simple autorización de tránsito por puertos y aeropuertos españoles convierten al Estado «en cómplice de un genocidio» y contradicen el reconocimiento diplomático de Palestina aprobado a finales de mayo.
Sobre la escalinata, activistas ataviadas con kufiyas y chalecos con el logotipo de XR escoltaban las columnas de papel con los nombres de los fallecidos mientras megáfonos reproducían testimonios procedentes de hospitales gazatíes.
Desde la plataforma RESCOP recuerdan que España ya aplicó un embargo total a Israel entre 2014 y 2015, tras la operación «Margen Protector», y que varios socios europeos –entre ellos Bélgica o los Países Bajos– han tomado medidas similares motivadas por sentencias judiciales internas que invocan el riesgo de crímenes de guerra. Alemania, por el contrario, ha triplicado la autorización de material bélico en las últimas semanas, lo que ilustra la falta de una posición común dentro de la Unión Europea.
Escalada de la protesta ecologista y pacifista
La acción frente al Ministerio de Defensa forma parte de la campaña «Palestina libre, embargo de armas ya», con la que Extinction Rebellion ha bloqueado carreteras, irrumpido en ferias de seguridad y protagonizado sentadas en las principales factorías del sector militar del Estado.
Portavoces de XR insisten en que la lucha contra la crisis climática y la denuncia del «apartheid» israelí son inseparables, al señalar que los mismos bancos y empresas de combustibles fósiles financian el complejo industrial-armamentístico que alimenta el conflicto.
Además de las organizaciones ecologistas, participan en las protestas sindicatos de enseñanza, colectivos feministas y asociaciones de estudiantes palestinos residentes en España. «La solidaridad internacional no puede quedarse en declaraciones simbólicas –alertó otra de las oradoras–; necesitamos cortar el flujo de armas y reclamar un alto el fuego permanente». El público coreó consignas como «Del río al mar, Palestina vencerá» y «Ni un euro para el genocidio».
Desenlace sin incidentes
Tras veinte minutos de ocupación, los manifestantes se dispersaron de forma ordenada, alzando pañuelos palestinos mientras entonaban una canción de despedida. La Policía Nacional custodió la entrada del edificio pero no practicó detenciones, según confirmaron fuentes de Delegación del Gobierno.
Próximos pasos
Los colectivos anuncian nuevas movilizaciones si el Ejecutivo no actúa antes del receso estival. Paralelamente, preparan una querella contra las empresas españolas que continúen suministrando componentes susceptibles de ser usados por el Ejército israelí y han solicitado una reunión con los grupos parlamentarios para agilizar la tramitación de la proposición de ley.
Mientras tanto, la cifra de víctimas sigue creciendo y los hospitales de Gaza colapsan, recuerdan, «ante la pasividad de la comunidad internacional».