Más de un centenar de activistas del movimiento Rebelión o Extinción han desarrollado este 17 de noviembre 2025 una acción noviolenta en las oficinas de Indra, en el barrio madrileño de San Blas, bajo el lema «El rearme nos cuesta la vida».

El colectivo ha arrojado pintura roja a la entrada y ha instalado réplicas de misiles para denunciar el aumento del gasto militar y exigir que los recursos públicos se orienten a políticas climáticas y sociales, en un contexto de creciente emergencia ambiental.

La protesta se ha producido coincidiendo con la celebración de la COP30 en Brasil, una cita que Rebelión o Extinción considera «decisiva» para contener el avance de la emergencia climática.

Según la organización, el sector militar es responsable de al menos un 5,5 por ciento de las emisiones globales, una cifra que —afirman— contrasta con la falta de compromisos vinculantes para reducir la huella climática del armamento y las operaciones castrenses.

Los activistas han accedido a la sede de Indra a primera hora de la mañana y han desplegado una gran pancarta con el mensaje «Aquí se carga la maquinaria de la muerte». Varias personas han simulado ser ejecutivos que derramaban pintura roja sobre las escaleras, en alusión a la responsabilidad de la industria armamentística en conflictos internacionales. En la entrada también se han colocado dos misiles simbólicos «para traer la guerra de vuelta» y evidenciar —según denuncian— el vínculo entre rearme y deterioro ecológico.

Rebelión o Extinción subraya que Indra es la principal beneficiaria de los más de 14.000 millones de euros del Plan de Rearme de la Unión Europea, adjudicados «a dedo» por los gobiernos europeos. La organización recuerda que el Estado español es el mayor accionista de la compañía y demanda que esos fondos se orienten «a mejorar la calidad de vida de la población y a proteger el planeta, no a su destrucción».

La portavoz del colectivo insiste en que «la temperatura global ya ha superado el límite de 1,5 ºC del Acuerdo de París» y advierte de que las consecuencias ya son visibles: «la DANA que arrasó Valencia» o los incendios forestales que «han devastado medio país este verano» . En su opinión, el aumento simultáneo de gasto militar y retroceso climático conforma «una deriva peligrosa que coloca el beneficio económico por encima de la vida».

La acción reivindicativa se suma a otras movilizaciones recientes que alertan del auge de la industria militar en España. En Aquí Madrid se han publicado como «Trump amenaza con aranceles si España limita el gasto militar»; y en Periodistas en Español se informó de cómo «El gasto militar mundial se dispara por la guerra de Ucrania».

Organizaciones como Amnistía Internacional España llevan años reclamando un mayor control de las exportaciones de armas y un alineamiento de la política exterior española con estándares internacionales de derechos humanos. Desde SUMAR, distintos portavoces han abogado por redirigir parte del presupuesto militar hacia políticas de transición ecológica y vivienda, mientras que sindicatos como CCOO y UGT mantienen posiciones críticas con la precariedad generada en industrias auxiliares vinculadas al sector armamentístico.

En el comunicado difundido, Rebelión o Extinción hace un llamamiento a la sociedad a organizarse «contra un sistema que ha declarado abiertamente la guerra a la vida» y a exigir «asambleas ciudadanas permanentes y vinculantes» que permitan transitar hacia «un modelo que priorice la vida por encima del beneficio económico» .

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