Greenpeace ha hecho público el informe Coren contra Manuel. Un caso de SLAPP en la campiña gallega en el que denuncia las prácticas a las que el gigante cárnico recurre para silenciar a las personas críticas con su modelo de negocio y con la ganadería industrial, principal causante de la grave e histórica contaminación que sufren los acuíferos de la comarca de A Limia, en Ourense.
El caso más visible es el de la denuncia por daños y perjuicios que el propio Grupo Coren ha interpuesto en febrero de 2020 contra el agricultor y activista medioambiental Manuel García, por la que le exigen un millón de euros por unas declaraciones en las que denunciaba la contaminación del embalse de As Conchas y señalaba a Coren entre los responsables.
Este tipo de demandas millonarias (SLAPP, por sus siglas en inglés) son una forma de intimidación legal y acoso judicial cada vez más habitual en todo el mundo, a través de las cuales las grandes corporaciones tratan de silenciar a periodistas o activistas, especialmente en asuntos relacionados con la corrupción y malas prácticas empresariales, como la contaminación medioambiental.
Greenpeace trabaja para regular el uso de este tipo de demandas en la UE, por la amenaza que suponen para la labor de las organizaciones y activistas ecologistas.
«Estamos ante unas empresas todopoderosas, que manejan mucho dinero e implican a muchas familias y resulta difícil denunciar sus malas prácticas», ha declarado Manuel García, agricultor ecológico y miembro del Movimiento Ecoloxista da Limia, para quien «era necesario, porque estábamos llegando a un punto de colapso total de los recursos hídricos de A Limia».
El Grupo Coren, dedicado fundamentalmente a la producción en avicultura de carne y puesta, porcino y vacuno, es la primera sociedad cooperativa española y la décima en el sector de las carnes en el conjunto de la Unión Europea. Está entre las 35 empresas productoras de carne y lácteos más grandes del mundo por volumen de producción. El grupo ourensano cerró 2019 con un beneficio de 4,4 millones de euros tras disparar sus ventas en el exterior y ahora pone el foco en China para seguir creciendo.
El crecimiento exponencial de la cuenta de resultados del Grupo Coren está asociado a su apuesta por la ganadería industrial y es parejo con la degradación ambiental que padece la comarca de A Limia donde, principalmente, desarrolla su actividad. Varios estudios científicos y los resultados oficiales del seguimiento de la calidad de las aguas en la zona muestran que la contaminación de las aguas por nitratos, fósforo y otros compuestos se debe principalmente a la ingente cantidad de residuos que origina la ganadería industrial y la absoluta falta de control de su vertido en los campos gallegos.
Galicia es la única comunidad autónoma que hasta la fecha no ha designado ninguna Zona Vulnerable a los Nitratos, tal como exige la Directiva de Nitratos. El incumplimiento reiterado de esta directiva por parte de España hizo que la Comisión Europea enviara un dictamen motivado el 2 de julio 2020. La contaminación histórica del agua, el incumplimiento de varias normativas, el modelo agroindustrial imperante en A Limia y la mala gestión de los residuos ganaderos es algo que viene siendo denunciado desde hace años por colectivos como la Sociedade Galega de Historia Natural, el Movimiento Ecoloxista da Limia (MEL), al que pertenece Manuel García, y la plataforma vecinal Auga Limpa Xa!
«El crecimiento desorbitado de la ganadería industrial en A Limia está provocando un aumento continuo de las concentraciones de nitratos en las aguas superficiales y subterráneas, dejando incluso a poblaciones sin agua potable», ha afirmado Serafín González, doctor en biología, investigador científico del CSIC, experto en nitratos y presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural y gran conocedor de los problemas medioambientales de la comarca.
La situación en la comarca de A Limia es ya insostenible y exige actuaciones inmediatas por parte de las autoridades competentes y una transformación del modelo de producción del Grupo Coren. Por otro lado, es el claro ejemplo del falso mito, defendido por la industria cárnica, de que la ganadería industrial es una solución al despoblamiento rural. Entre 1999 y 2019, según datos del Instituto Gallego de Estadística y estimaciones de Greenpeace, la carga ganadera de la comarca de A Limia se incrementó un 114 por ciento mientras que la población disminuyó un 19 por ciento.
«El modelo de concentración del Grupo Coren genera numerosos riesgos para el medio ambiente y las personas que defienden los valores medioambientales de la comarca de A Limia, y ha resultado ser el paradigma de un desarrollo rural con un impacto perjudicial para las personas y el planeta» ha declarado el experto en derechos humanos de Greenpeace, Javier Raboso.
«Coren se comporta como una empresa con mucho poder y pocos escrúpulos, dispuesta a silenciar a quien se cruce en su camino. Como hacen las mejores empresas agroalimentarias, Coren debería apostar por responsabilizarse de los impactos que tiene su actividad, además de asumir las críticas como una oportunidad de mejorar su desempeño en el entorno social y medioambiental en el que la desarrolla», ha concluido Raboso.
El Informe Coren es parte de la campaña #hablaRural de Greenpeace, lanzada el lunes 16 de noviembre de 2020, para dar voz a las personas que trabajan por un mundo rural vivo así como garantizar un fortalecimiento de la España rural «abandonada», clave para mitigar la emergencia climática y la crisis de biodiversidad.