La llamada guerra de Marruecos, que se extendió durante casi dos décadas, entre 1909 y 1927, marcó la historia de España durante las primeras décadas del siglo veinte, donde se vivieron dos desastres, el de barranco del Lobo (1909) y el de Annual (1921).
El llamado Desastre de Annual cumple cien años. Hay que aclarar que no se produjo en un solo día. El 21 de julio se inició prolongándose hasta el 9 de agosto, la mayor tragedia militar española en el norte de Marruecos. La guarnición de Melilla, que contaba con unos 18.000 efectivos, sufrió unas 11.500 bajas (9000 peninsulares y 2500 de las unidades indígenas).
El general Manuel Fernández Silvestre (1871-1921) tenía la intención de ocupar Alhucemas, donde predominaban las cabilas de las tribus rifeñas, para hacerse con el control total de la zona, llegó a la llanura de Annual, sin encontrar resistencia y pensó que el objetivo estaba a su alcance.
Annual es una depresión cerca de un pueblo de unos cientos de habitantes, a treinta kilómetros de Alhucemas, cincuenta kilómetros de Nador y sesenta de Melilla.
Hace un siglo en este lugar olvidado del Rif marroquí, en el espacio de dieciocho días, entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, según algunas fuentes, entre 8000 y 11.500 soldados españoles murieron ante las tribus rifeñas.
Tras varios ataques a distintas posiciones, los soldados españoles huyeron sin disciplina en un caos y confusión hacia Melilla. Aquí murió el general Silvestre, el general más joven del ejército español a la edad de 49 años. No se sabe si recibió un disparo o se suicidó. El camino estaba sembrado de miles de cadáveres. La mayoría de los muertos eran soldados humildes, que no podían dejar el servicio militar pagando una suma de dinero.
En medio de esa confusión y huyendo las tropas hacia Melilla, apareció el Regimiento de Cazadores de Alcántara número 14 de Caballería. Su jefe era el teniente coronel Fernando Primo de Rivera (1879-1921), hermano del futuro dictador Miguel Primo de Rivera (1870-1930). Este oficial y sus 691 hombres cubrieron la retirada de más de tres mil soldados con el sacrificio de los que sabían que iban a morir ya que fallecieron un total de 471 militares. Lucharon muchas veces contra un enemigo más fuerte que ellos y todos murieron.
El fuerte de Monte Arruit fue el lugar donde el desastre de Annual tuvo la forma más trágica. Allí, los soldados supervivientes y los que custodiaban el cuartel, en total unos tres mil soldados, fueron rodeados del 29 de julio al 9 de agosto, esperando que las fuerzas de Melilla los ayudaran, lo que nunca sucedió.
Las tropas españolas, cansados de disparar y sedientos, ya que contaban con escasas provisiones y municiones y sin apenas agua, motivaron la rendición si bien dejando antes su armamento. Pero lo que se produjo fue una auténtica matanza, fueron asesinados y algunos de ellos decapitados tan pronto como entregaron sus armas. Tan solo se salvaron sesenta oficiales, encabezados por el general Felipe Navarro (1862-1936), quienes no salieron en libertad hasta 1923 después del pago de un rescate.
Por parte rifeña lideraba Abdelkrim El-Jattabi (1882-1963), quien trabajó como traductor al servicio de España, luego colaboró en el diario español ‘Telegrama del Rif’, y fue nombrado en 1914 para el cargo de cadí en Melilla, es decir, la máxima autoridad judicial en cuestiones islámicas.
Este rifeño natural de Axdir derrotó al ejército español y estableció la República Independiente del Rif (Yammahiriya rifiya) entre 1921 y 1926, con su propia administración, justicia y hacienda. En septiembre de 1921, Abdelkrim es nombrado su presidente.
La resistencia de Muhammad bin Abdelkrim El-Jattabi unió a todas las tribus rifeñas, inscritas en las cabilas que, a su vez, en tiempo de guerra, formaban ‘harcas’. La más combativa de todas, la Beni Urriaguel.
La derrota supuso la alianza de las fuerzas coloniales españolas y francesas que llevaron a cabo el desembarco de Alhucemas en 1925, Abdelkrim y sus combatientes pudieron resistir durante todo un año, durante el cual entabló negociaciones y se llevaron a cabo varias reuniones y conversaciones.
Y es que, tras el desembarco de Alhucemas, aceptó la condición de detener la guerra pero sin entregar armas. Después de que quedó claro para Abdelkrim, que esta guerra era desigual, prefirió entregarse al ocupante francés en la mañana del 26 de mayo de 1926 en el cuartel general de Targuist.
Fue deportado por los franceses a la isla Reunión, cerca de Madagascar, cuando en 1947 marchaba hacia Francia recaló en Port Said, Egipto donde se refugió hasta su muerte, rechazó volver al Marruecos independiente porque ya presagiaba lo que ocurrió, la represión en el Rif con bombardeos salvajes sobre las ciudades y la ocupación militar para sofocar la bandera del Rif y el lema que seguían los rifeños masacrados: «No conseguimos la independencia para perder la libertad».
Bombardeos terribles del naciente ejército marroquí a las órdenes del general Mohamed Ufqir (1920-1972), llamado ‘el carnicero del Rif’ y que luego fue ‘suicidado’ en el segundo intento de golpe de estado contra el rey Hassan II (1929-1999) en 1972. El primero, llevado a cabo por oficiales bereberes de origen rifeño tuvo lugar el año anterior, 1971.
Lo cierto es que Abdelkrim es una figura incómoda para la historiografía marroquí, que pretende presentarlo como un defensor de la independencia de Marruecos, cuando nunca combatió bajo esa bandera. Así, en 1996 durante el reinado de Hassan II, quien llamó «escoria» a los rifeños, no se permitió un acto para recordar los 75 años de Annual y este año tampoco se han hecho grandes actos de recuerdo.
La memoria de Annual en Marruecos no es destacada salvo en el Rif, la imagen de Abdelkrim se encuentra en muchas casas pero de puertas para adentro. Nadie recuerda su exilio en Egipto y que no volvió nunca al Marruecos independiente.
En la reciente represión a los activistas del Rif incluso se criticó por parte del poder a los que portaban banderas de la extinta república rifeña. En el juicio a su líder, Naser Zafzafi, se le preguntó por qué no había banderas marroquíes en las protestas y sí amazighs o bereberes y de la extinta República del Rif de Abdelkrim.
El trauma que supuso el llamado desastre de Annual en España se refleja en la literatura con obras como el segundo tomo de ‘La forja de un rebelde’ de Arturo Barea (1897-1957) e ‘Imán’ de Ramón J. Sender (1901-1982).
También en el periodismo, el director del diario ‘La Libertad’, Luis de Oteyza (1883-1961) quien en 1922 entrevistó al caudillo rifeño Abdelkrim El-Jattabi, publicó un conjunto de artículos titulados ‘En el campo enemigo’ que hoy se pueden encontrar con el título ‘Abdelkrim y los prisioneros’ en la editorial ‘Ediciones del Viento’.
En España, después del desastre, apareció en la personalidad del general Juan Picasso (1857-1935), hermano del abuelo del célebre pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso (1881-1973). Se le encomendó investigar lo ocurrido, el desastre de Annual y, tras nueve meses de trabajo, presentó al Congreso un informe de 2433 páginas, el famoso ‘Expediente Picasso’, donde dejaba claro la situación de corrupción y dejadez que se vivió en esos hechos militares.
Los numerosos testimonios recogidos llevaron a muchos a señalar al rey Alfonso XIII (1886-1941) como uno de los principales responsables del desastre, quien sintió en peligro la corona y optó por apoyar la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930).
Luego vino el régimen republicano y el rey Alfonso XIII se exilió. Después llegó el golpe de estado fallido y la guerra civil, donde el futuro dictador Francisco Franco (1892-1975) reclutó a unos 80.000 marroquíes para luchar contra los españoles que defendían el régimen republicano y la Constitución de 1931.
La explanada de Annual tiene hoy apenas un pequeño monumento en el que está pintado el rostro de Abdelkrim El- Jattabi y una placa escrita en árabe que dice: ‘Preserva tu historia’.
El pasado mayo se editó el libro colectivo ‘A cien años de Annual. La guerra de Marruecos’, coordinado por el historiador Daniel Macías Fernández, editado por Desperta Ferro Ediciones, 2021, (562 páginas, 26,95 euros), con motivo del Centenario de los acontecimientos históricos.