Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han valorado un nuevo método de detección de la COVID-19 alternativo a las PCR que sea más rápido y menos costoso.
Esta nueva técnica está basada en las balizas moleculares y emplea sensores de ADN que emiten fluorescencia en presencia del ARB diana del coronavirus. El proyecto, que aún deben probar, podría reducir los costes de procesamiento y es uno de los cinco sobre diagnóstico que han sido aprobados por el Instituto de Salud Carlos III dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, y este método tendrá un costo menor.
La PCR es una técnica de reacción en cadena de la polimerasa y es el método que actualmente está detectando casos positivos en presencia de cargas virales pequeñas. El principio de esta nueva técnica de detección está basado en el empleo de balizas moleculares (también conocidas como molecular beacons).
Estos «sensores» están compuestos de una región emisora de fluorescencia integrada en una molécula de ADN que, en condiciones normales, esta señal está apagada. Sin embargo, estas balizas son capaces de activarse y emitir fluorescencia en presencia del ácido nucleico diana, lo cual permitiría detectar el ARN del virus en la muestra.
Mediante esta nueva tecnología se tendrá una alta capacidad de escalabilidad y gran flexibilidad y se puede adaptar a diferentes instrumentos de detección, ya sean los equipos de PCR cuantitativa o cualquier dispositivo dotado con un lector de señal de fluorescencia, con lo que se aumentaría considerablemente el número de muestras procesadas por día.
«Además, al no depender los costes asociados a los reactivos necesarios para la amplificación de ácidos nucleicos, esta técnica podría reducir los costes de procesamiento por muestra, entre un 50-70 por ciento de manera aproximada. De resultar satisfactoria, esta técnica de diagnóstico facilitaría el cribado a gran escala de los pacientes con síntomas de COVID-19 de manera rápida, precisa y a bajo coste», indica uno de los científicos, y, por ello, se podría utilizar en varias aplicaciones, incluyendo la citada PCR.
En este nuevo proyecto colaboran el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA), el Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (Ciberer).