La sanidad pública en la Comunidad de Madrid ha atravesado en 2025 uno de los periodos más tensionados de la última década. El deterioro de la atención primaria, el aumento de las listas de espera, la escasez de profesionales y el peso creciente de la gestión privada han situado el derecho a la salud en el centro del debate político y social. Organizaciones sindicales, plataformas ciudadanas y colegios profesionales coinciden en señalar un modelo cada vez más frágil.
A lo largo de 2025, la sanidad ha escalado hasta convertirse en la principal inquietud de la ciudadanía madrileña, por delante del acceso a la vivienda o la inflación, según diversos barómetros y encuestas publicados por medios como Cadena SER, El País o elDiario.es.
El malestar se ha traducido en movilizaciones recurrentes, concentraciones frente a centros de salud y hospitales, y una presión constante sobre el Gobierno regional presidido por Isabel Díaz Ayuso.
La percepción social es clara: el sistema sanitario público madrileño no responde con la agilidad ni la equidad necesarias, especialmente en los barrios del sur y en municipios periféricos.
Atención primaria: el eslabón más debilitado
Centros de salud saturados y plantillas incompletas
La atención primaria continúa siendo el principal punto de conflicto. En 2025, decenas de centros de salud han mantenido agendas desbordadas, cupos médicos por encima de las recomendaciones y dificultades estructurales para cubrir bajas o jubilaciones.
Según datos del Observatorio Madrileño de Salud de la Comunidad de Madrid, persisten ratios de pacientes por profesional muy superiores a la media estatal.
Desde CCOO Sanidad Madrid se ha advertido de que «la falta de inversión sostenida en atención primaria compromete la prevención, el diagnóstico precoz y la continuidad asistencial», una situación que repercute directamente en el resto del sistema.
Impacto en zonas rurales y barrios vulnerables
La desigualdad territorial ha sido otro de los elementos más señalados en 2025. Municipios pequeños y distritos con menor renta concentran mayores tiempos de espera para cita médica, lo que ha generado críticas desde asociaciones vecinales y plataformas por la sanidad pública.
Listas de espera: un problema estructural que persiste
Retrasos en consultas, pruebas y cirugías
Las listas de espera han seguido ocupando titulares durante todo el año. Informes del Ministerio de Sanidad y análisis de medios como Público o InfoLibre reflejan que Madrid se mantiene entre las comunidades con mayores tiempos medios para intervenciones quirúrgicas no urgentes y pruebas diagnósticas.
Desde el PSOE Madrid y Más Madrid se ha acusado al Ejecutivo regional de «maquillar datos» mediante derivaciones a centros privados, sin resolver el problema de fondo.
Derivaciones al sector privado
El recurso sistemático a conciertos con clínicas privadas, entre ellas grandes grupos como Quirónsalud, ha sido uno de los ejes del debate.
Aunque desde la Comunidad de Madrid se defiende esta fórmula como una vía para reducir demoras, organizaciones sindicales y partidos de la oposición sostienen que «se cronifica la dependencia del sector privado y se debilita la red pública».
Privatización sanitaria y modelo de gestión
En 2025, la presencia de empresas privadas en la gestión sanitaria madrileña ha seguido aumentando, tanto en hospitales de concesión como en servicios externalizados. Quirónsalud continúa siendo uno de los actores centrales del sistema, con una relación contractual sostenida con el Servicio Madrileño de Salud.
Desde SUMAR se ha denunciado que «la sanidad madrileña funciona como un laboratorio de privatización, con escaso control público y resultados discutibles en términos de eficiencia y equidad».
Críticas desde el ámbito profesional y sindical
UGT Madrid y CCOO Madrid han coincidido en señalar que la externalización no ha mejorado ni las condiciones laborales ni la calidad asistencial. «El modelo prioriza el beneficio económico frente al interés general», han subrayado en varios comunicados conjuntos.
Profesionales sanitarios: precariedad y desgaste
La escasez de profesionales ha marcado 2025. Especialidades como medicina de familia, pediatría, enfermería y urgencias hospitalarias presentan déficits estructurales.
El Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (CODEM) ha alertado de ratios «inasumibles» y de un agotamiento creciente del personal.
Desde el CODEM se ha insistido en que «sin condiciones laborales dignas no es posible garantizar una atención segura y de calidad».
Enfermería escolar y salud comunitaria
La Asociación Madrileña de Enfermería en Centros Educativos (AMECE) ha vuelto a reclamar en 2025 la implantación generalizada de la enfermería escolar. La organización subraya que su ausencia «incrementa riesgos para el alumnado con patologías crónicas y sobrecarga a las familias».
El papel del Gobierno regional y la confrontación política
La estrategia de Isabel Díaz Ayuso
El Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, según la información institucional disponible en la web de la Comunidad de Madrid, defiende que el sistema sanitario madrileño es «uno de los más avanzados de España», destacando inversiones en infraestructuras y digitalización.
Sin embargo, la oposición política y amplios sectores sociales cuestionan esa narrativa, señalando una brecha creciente entre el discurso oficial y la experiencia cotidiana de pacientes y profesionales.
Sanidad como eje del debate electoral
Aunque 2025 no ha sido año electoral autonómico, la sanidad se ha consolidado como uno de los principales campos de confrontación política, con vistas a futuros comicios. Más Madrid, PSOE y SUMAR han situado el refuerzo de la sanidad pública como prioridad estratégica.
Los casos Quirón y Ribera Salud: dos modelos privados bajo escrutinio público
El debate sobre la privatización sanitaria en la Comunidad de Madrid en 2025 no puede desligarse de los casos de Quirónsalud y Ribera Salud, dos grupos empresariales que simbolizan, desde perspectivas distintas, las tensiones entre gestión privada, control público y garantía del derecho a la salud. Ambos modelos han concentrado críticas políticas, sindicales y profesionales, aunque con trayectorias y resultados divergentes.
En el caso de Quirónsalud, su posición dominante dentro del sistema sanitario madrileño ha vuelto a situarse en el centro de la polémica. El grupo gestiona hospitales de concesión administrativa y mantiene conciertos millonarios con el Servicio Madrileño de Salud para pruebas diagnósticas, intervenciones quirúrgicas y derivaciones desde la red pública.
Organizaciones como CCOO Sanidad Madrid han advertido de que «la dependencia estructural de Quirón no reduce las listas de espera, sino que las desplaza fuera del sistema público, debilitando su capacidad propia».
Desde el ámbito político, Más Madrid y PSOE Madrid han reclamado en 2025 mayor transparencia sobre los contratos, los criterios de derivación de pacientes y los mecanismos de evaluación de resultados clínicos. Ambas formaciones coinciden en que «el peso creciente de Quirón consolida un modelo dual, en el que quien puede pagar accede antes y quien no, espera».
Ribera Salud: el precedente de un modelo cuestionado
El caso de Ribera Salud ha reaparecido en el debate madrileño como ejemplo de los riesgos asociados a la gestión privada de hospitales públicos. Aunque su experiencia más conocida se desarrolló fuera de Madrid, especialmente en la Comunidad Valenciana, su progresiva retirada de varios proyectos ha sido utilizada en 2025 como argumento por sindicatos y plataformas en defensa de la sanidad pública.
Desde UGT Madrid se ha señalado que «la experiencia de Ribera demuestra que los modelos concesionales no garantizan ni ahorro económico ni mejora asistencial a medio plazo». Informes sindicales subrayan que, tras años de gestión privada, los hospitales revertidos al sector público presentaban déficits de personal, infraestructuras deterioradas y una pérdida de conocimiento organizativo.
En el contexto madrileño, el caso Ribera ha servido para reforzar las advertencias sobre la externalización sanitaria. Colectivos profesionales recuerdan que «cuando el beneficio empresarial entra en conflicto con la planificación sanitaria, es el interés general el que sale perjudicado», una conclusión que ha calado especialmente entre plataformas ciudadanas y asociaciones de pacientes.
Dos advertencias para el futuro del sistema sanitario madrileño
La comparación entre Quirón y Ribera Salud se ha convertido en 2025 en un argumento recurrente para quienes reclaman una revisión profunda del modelo sanitario madrileño. Mientras el primero ejemplifica la consolidación de un sistema privatizado y estructuralmente integrado en la red pública, el segundo actúa como advertencia de los límites y fracasos de la gestión privada cuando falta control público efectivo.
Para sindicatos, organizaciones sociales y parte de la comunidad profesional, ambos casos refuerzan una misma conclusión: sin una apuesta decidida por reforzar la sanidad pública, aumentar plantillas y recuperar capacidad asistencial propia, la Comunidad de Madrid seguirá dependiendo de soluciones privadas que no resuelven los problemas de fondo y ponen en riesgo el principio de equidad.




