Hace poco más de una década, nuestra colega Mercedes Arancibia informaba en Periodistas en Español de que la Fundación Bill y Melinda Gates ofrecía cien mil dólares a quien desarrollase «el preservativo del futuro», un producto que aumentara el placer y superara los inconvenientes de los modelos ya existentes.

Desde que Bill Gates lanzara en 2023 ese reto para desarrollar el preservativo del futuro, la realidad es que ese futuro ya está aquí. El tradicional método anticonceptivo y barrera contra infecciones de transmisión sexual (ITS) ha experimentado avances significativos: nuevos materiales, texturas específicas, adaptaciones al placer y formatos más personalizados.

Materiales y construcción

Tradicionalmente, el preservativo se fabricaba en látex natural, material que todavía sigue siendo el más habitual gracias a su elasticidad y capacidad de barrera.

Sin embargo, hoy día existen variantes adaptadas a diferentes necesidades:

  • El poliisopreno y el poliuretano ofrecen alternativas sin látex, dirigidas sobre todo a personas alérgicas o sensibles al látex.
  • Aunque menos frecuentes, aparecen materiales sintéticos más avanzados, cuyo objetivo es mantener la protección al tiempo que permiten mayor sensorialidad.
  • Los preservativos internos (o femeninos) fabricados en materiales como el poliuretano o nitrilo, también forman parte del catálogo moderno.

Tipos, formatos y sensaciones

La evolución no solo se ha centrado en los materiales, sino también en la forma de uso y en la experiencia:

  • Existen preservativos ultrafinos destinados a aumentar la sensación de «piel con piel» sin comprometer la seguridad.
  • Modelos con texturas (estrías, relieves, puntos) que buscan estimular durante el acto sexual.
  • Versiones con efectos sensoriales adicionales: sabor, color, efecto calor/frío, lubricantes especiales o retardantes.
  • Diversidad de tallas y formas, incluyendo modelos adaptados a quienes necesitan mayor ajuste o formatos más anatómicos.

Seguridad, eficacia y uso correcto

La normativa para los preservativos impone requisitos que siguen siendo esenciales: adaptarse al cuerpo de modo que no haya deslizamientos, roturas o contactos indeseados. Según fuentes médicas:

  • Si se emplea correctamente cada vez que se practica sexo de riesgo, el preservativo masculino puede reducir notablemente la probabilidad de embarazo y transmisión de ITS.
  • Factores como el tamaño adecuado, el material, el tipo de lubricante (evitando aceites si el fabricante lo desaconseja) y la colocación correcta siguen siendo determinantes.

Consejos prácticos

  • Verifica que el producto tenga marcado CE y cumpla normas como la ISO 4074 o equivalentes: es garantía de que ha sido probado.
  • Si eres sensible al látex, opta por materiales alternativos como poliisopreno o poliuretano.
  • No confíes exclusivamente en la delgadez o lo fino como indicador de menor protección: la clave es que el producto esté certificado.
  • Utiliza lubricante adecuado: los productos a base de silicona o agua suelen ser compatibles con la mayoría de los materiales; evita aceites en modelos de látex si se desaconsejan.
  • Guarda los preservativos en un lugar seco y fresco, lejos de la luz directa y del calor excesivo, para garantizar que no se debiliten.

En suma, el preservativo ha pasado de ser un elemento estándar a convertirse en un producto versátil, tecnológico y adaptado a múltiples cuerpos, sensibilidades y deseos.

Para los ciudadanos, esto significa que hoy pueden elegir con mayor libertad y criterio un preservativo que se adapte tanto a sus preferencias como a su salud sexual. Lo importante sigue siendo: usarlo siempre y usarlo bien.

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