«Esa cosa con alas», drama psicológico sobre el duelo

«La incertidumbre y la vulnerabilidad emocional no forman parte de la imagen del macho alfa o del hombre fuerte; por eso, me hace muy feliz participar en un relato que va en dirección opuesta» (Benedict Cumberbatch, comentando su papel de padre con dos hijos que pierde a su mujer).

Tras pasar por los festivales de Sundance, Berlín (Special Gala) y Sitges (Sección Oficial), esta semana se estrena «Esa cosa con alas» (The Thing with Feathers), primer largometraje de ficción del conocido realizador de musicales Dylan Southern («No Distance Left to Run», «Shut Up and Play the Hits», «Meet Me in the Bathroom),

Está protagonizada por el también británico Benedict CumberbatchEl espía inglés», «Mr. Wain», «The Power of the Dog», «La guerra de los Rose»), Jessie Cave y David Thewlis (conocidos por su participación en la saga de películas de Harry Potter), Sam Pruell («Fargo») y Vinette Robinson («Hierve»).

Entre thriller sobrenatural y drama psicológico, y entre fantasía y realidad, la película «Esa cosa con alas[1]», basada en la novela «Grief is the thing with feathers» («El duelo es una cosa con plumas»), de Max Porter, es una historia sobre el duelo, «inclasificable y diabólicamente conmovedora » (aVoir-aLire.com), que explora los límites de la esperanza y el miedo, a través de la historia de una familia enfrentada a una fuerza invisible que transforma su realidad.

Luchando por procesar la repentina e inesperada muerte de su esposa, un joven padre, que trabaja dibujando historietas, pierde el control de la realidad cuando una presencia aparentemente maligna comienza a acecharle desde los oscuros recovecos del apartamento que comparte con sus dos hijos pequeños.

Menos radical de lo que podría esperarse, sorprendente y convencional a la vez, «Esa cosa con alas» es una pretenciosa tragedia realista sobre la pérdida, bien interpretada – el protagonista llora, grita, dibuja monigotes, utiliza su arte como escapatoria- aunque flaquea cuando intenta encontrar el necesario equilibrio entre la metáfora del horror y el drama emocional.

Igual que la novela, la película está dividida en capítulos (Papá, los niños, el cuervo y el demonio), cuya misión es ir cambiando la perspectiva «del horror devorador del duelo». El relato gana a medida que la narración profundiza en la línea que separa la noción de duelo de la de desesperación.

«Esa cosa con alas[2]» defiende la idea de que hay que aceptar el duelo que se impone como un bastión contra «algo mucho peor, el duelo como baluarte contra la desesperación»

  • Una referencia al poema de Emily Dickinson «La esperanza es una cosa con plumas»
  • «Esa cosa con alas» estará en los cines de Madrid a partir del viernes 31 de octubre de 2025.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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