Según la tradición cristiana la Virgen de Guadalupe fue una de las que se apareció más veces, tanto en México como en España. La primera aparición fue el 19 de diciembre de 1531, a Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un azteca converso, para pedirle que solicitase al obispo de México la construcción de una basílica con su nombre. A esta misma persona se le apareció tres veces más.

Desde mediados del siglo diecisiete se han venido representando los cuatro encuentros entre la Virgen de Guadalupe con este indígena a extramuros de la ciudad de México, en Tepeyac, a donde desde entonces peregrinan millones de fieles.

Después hubo más apariciones de esta Virgen tanto en México como en España, por lo que el culto fue creciendo a través de los siglos en ambos países. La de Guadalupe fue la imagen más reproducida y copiada por artistas novohispanos, que la asociaron a la idea de un «icono revelado».

Una exposición en el Museo del Prado, con casi setenta obras, recuerda ahora el vínculo entre México y España a través del culto a la figura de la Virgen de Guadalupe. Al mismo tiempo, la muestra es una mirada al diálogo artístico ente América y Europa durante los siglos diecisiete y dieciocho y sobre el papel de esta Virgen como símbolo de identidad en el ámbito hispano.

La exposición recibe al visitante con una cartografía que registra los lugares en donde hay actualmente en España imágenes de la Virgen de Guadalupe, que da paso a once secciones temáticas que albergan los materiales distribuidos en un orden que obedece a factores económicos, sociales y políticos, así como a intereses de comunidades, artistas, comerciantes, clero y nobleza, que inclinaron la imaginería de esta Virgen hacia la iconografía mariana europea.

Las piezas de la pintura contemporánea ofrecen un contraste que revela afinidades y disonancias estilísticas de las distintas escuelas.

Además se pueden ver las llamadas «vera effigies», copias del original reproducidas con técnicas especiales, retratos fieles o a escala del Sagrado Original, que enfatizaban su origen sobrenatural e incluían cuatro cartelas que legitimaban su condición de obra non manufacta, es decir: no hecha por manos humanas.

Llama la atención la variedad de materiales exóticos como nácar, marfil y latón que demuestran la globalidad del culto guadalupano.

Hay obras de artistas de ambas orillas, como José Suárez y Juan Correa, quienes ejecutaron las primeras series de las cuatro apariciones de la Virgen a Cuauhtlatoatzin y establecieron el canon iconográfico de la Virgen, que posteriormente sirvió de modelo a Miguel Cabrera, Zurbarán o Velázquez y que comparte elementos identitarios con advocaciones marianas europeas.

La Virgen de Guadalupe se propagó también por Italia, Portugal y los virreinatos del Caribe y Asia (fundamentalmente Filipinas), cuyas familias y personajes se intercambiaban sus imágenes y tejían gracias a ellas redes culturales, económicas y de identidad.

En algunos cuadros se añade una vista del santuario que acoge a la Virgen, lugar de peregrinación, sanación y rezo. La exposición está integrada mayoritariamente por obras del patrimonio español, aunque también cuenta con algunas pinturas y esculturas llegadas de México.

Las primeras imágenes de esta Virgen llegadas a España datan de 1654 procedentes de México, enviadas por indianos, virreyes, obispos y funcionarios.

Las dos primeras expuestas al culto en Madrid llegaron ese año por iniciativa de Pedro de Gálvez, quien las situó en el convento de los agustinos recoletos y en el Colegio de Doña María de Aragón.

Posteriormente llegaron otras vinculadas a fenómenos migratorios, a exiliados o al comercio global. Sus destinos prioritarios fueron catedrales, basílicas, colegiatas, santuarios, conventos y capillas de parroquias y pueblos. Algunas terminaron en colecciones privadas.

Entre las obras aquí presentes destaca la que reproduce, como en el paño de la Verónica, una imagen guadalupana que se ha explicado como una impresión producida por el sol e incluso como una pintura realizada por Dios o por los ángeles.

Desde el último cuarto del siglo diecisiete los médicos, astrónomos, matemáticos y anticuarios establecieron teorías para explicar, conforme a las leyes de la ciencia, el fenómeno de la estampación por medio del estudio de la luz, la óptica, la física y la geometría, encaminadas a consolidar el origen celestial del Sagrado Original e incluso a atribuir su hechura a la Trinidad o a la inspiración de espíritus angélicos.

  • TÍTULO. Tan lejos, tan cerca. Guadalupe de México en España
  • LUGAR. Museo del Prado. Madrid
  • FECHAS. Hasta el 14 de septiembre
Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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