La infancia está llena de respuestas espontáneas y sinceras a una de las preguntas más clásicas: ¿Qué quieres ser de mayor?. Pero más allá de la anécdota, las respuestas también reflejan cómo el entorno, la cultura y la sociedad influyen en las aspiraciones de niños y niñas.
Según la XVIII encuesta ¿Qué quieres ser de mayor? elaborada por Adecco en 2024, persisten diferencias significativas entre las profesiones que inspiran a unos y a otras. Sin embargo, es importante matizar: estos datos no representan a todos los menores ni marcan una regla universal. Cada persona es única, y los gustos profesionales no tienen género, aunque la estadística muestre ciertas tendencias generales.
Niños y niñas: mismos sueños, distintos caminos
En esta edición del estudio, recogida entre más de 1100 menores de entre cuatro y dieciséis años, se observa que los niños siguen mostrando una fuerte preferencia por ser futbolistas, mientras que las niñas se inclinan mayoritariamente por la docencia y las profesiones del ámbito del cuidado.
- Entre los niños, el 36,6 por ciento quiere ser futbolista, seguido a gran distancia por policía, youtuber, científico e informático.
- En el caso de las niñas, el 24,5 por ciento quiere ser profesora, y le siguen veterinaria, policía, médica y cantante.
Estas diferencias no deben interpretarse como una verdad absoluta, sino como una señal de los modelos que siguen dominando el imaginario infantil. Es decir, si los niños ven deportistas masculinos en televisión y las niñas ven maestras como únicas figuras femeninas en su entorno, es probable que repitan esas imágenes.
Desnaturalizar los estereotipos desde la escuela
La escuela tiene un papel crucial para romper patrones y cuestionar los mandatos que se transmiten de forma casi invisible. En este caso, los datos de Adecco no hacen más que confirmar que la cultura sigue empujando a la infancia hacia profesiones marcadas por el género, que debemos desnaturalizar en las aulas.
Por eso es fundamental que el entorno educativo muestre referentes diversos: científicas, entrenadoras, programadoras, bomberas… y también enfermeros, cuidadores, profesores varones o artistas emocionales. Solo desde la visibilidad se puede construir libertad real para elegir.
¿Qué cambia y qué se mantiene?
Aunque las primeras posiciones del ranking han cambiado poco en los últimos años, sí hay señales interesantes:
- La aparición de influencers, youtubers y figuras como Ibai Llanos o Aitana como referentes laborales muestra un giro hacia profesiones vinculadas con el entretenimiento digital.
- También aumenta la presencia de deportistas femeninas como Alexia Putellas, admirada por muchas niñas, lo que señala un avance hacia modelos deportivos más igualitarios.
Además, el hecho de que un 39 por ciento de adolescentes aún no tenga claro qué quiere ser de mayor, según el mismo informe, evidencia que la orientación vocacional debe empezar antes y abordarse con mayor profundidad.
La infancia debe tener derecho a imaginar un futuro sin techos ni moldes. Conocer estos datos no es encasillar, sino reconocer el contexto cultural desde el que parten muchos sueños.
Como educadoras y educadores, tenemos el reto, y la oportunidad, de ampliar ese horizonte de posibilidades, para que cada estudiante descubra su vocación desde el deseo, y no desde la costumbre.
Y eso también es educar en libertad.