Julio Collado Nieto[1]
Sostiene Pereira que anda estos días desolado por lo que la sociedad enseña a los pequeños y a los adolescentes. Le preocupa que el nivel de crispación que se palpa en la calle, en las teles, en las redes y en muchos medios de comunicación influya en su educación ciudadana.
Algunos casos extremos de violencia en los colegios ha llenado de perplejidad a tirios y troyanos y las gentes se preguntan por qué sucede esto. ¿No tendrá algo que ver el ambiente mundial que se está volviendo irrespirable? Siempre hubo el matón (pocas veces, matona) de clase y se soportaba. Pero la sociedad, en general, lo veía negativo. Ahora, sin embargo, el matonismo es seguido gustosamente por muchos y sin complejos, como dicen los susodichos y sus seguidores. ¡Qué extraño es todo!
Mientras ronroneaba estas preocupaciones, vino la casualidad a echarle una mano de la mano del Roto, ese humorista imprescindible, de quien leyó hace algún tiempo esta sentencia: «Los cauces se secan y las calles se desbordan… un mal clima». Una lección de concisión sobre lo que pasa en España y en el mundo aunque el cambio climático haga que los cauces de arroyos y ríos tanto se secan como se desbordan.
Los malos modos, la mala educación, el matonismo y los abusos guerreros no cambian con las estaciones; desgraciadamente. Quizás, estos dos climas se contagian entre sí y destruyen lo esencial en una sociedad humana que se precie: el diálogo, fruto del sosiego y de la lluvia fina, nunca de los rayos y de los truenos.
La cuestión es que la crispación flota y se contagia en la calle y en los institutos de enseñanza; en las plazas y en las procesiones; en el trabajo y en la fiesta. Porque se aplaude a unos para enfrentarse a otros, no para plantear lo que pedía Machado: «Ni tu verdad ni la mía. Vamos juntos a buscarla».
Hay que conseguir que ceje el griterío insultón, que vuelva la conversación a las solanas y a los jardines, que el parlar tranquilo visite de nuevo al Parlamento y que los youtubers y sabelotodo dejen los bulos en sus alacenas aunque hagan menos «caja».
El comportamiento social no debe seguir la ley física de Newton de Acción y reacción sino la más humanizadora de «poner la otra mejilla y perdonar».
Unas declaraciones del escritor Kazuo Ishiguro, premio Nobel de literatura en 2017, pueden iluminar estos días de enfrentamientos permanentes: «En mi carrera he mirado a individuos que sufren enfrentándose a los recuerdos de su pasado, algo aplicable también a las comunidades y a las naciones. Como autor, una de las cosas que me fascinan es determinar cuándo es mejor recordar u olvidar. Todos tenemos la responsabilidad de ser parte de lo que pasa en el mundo. Una de nuestras tareas es determinar dónde empiezan y terminan nuestras responsabilidades públicas. Mucha gente ha perdido la confianza y sufre para encontrar su camino. Confío en que la literatura sirva para ello».
O estas otras de Joyce Carol Oates, autora de la novela Un libro de mártires americanos, retrato de dos Américas feroces en su enfrentamiento, que parte del asesinato de Gus Vorhees, un médico activista que lucha por la causa del aborto. Lo mata un fundamentalista cristiano creyendo cumplir órdenes divinas. Al recoger el premio BBK Ja! en Bilbao, declaró ya en el 2017: «América vive ahora mismo una polarización entre las fuerzas del fundamentalismo y las del laicismo. El laicismo está atacado en todo el mundo por los islamistas y por los fundamentalistas cristianos. El fanático oye voces y lo que para cualquiera de nosotros sería interpretado como un trastorno, para él es la voluntad de Dios. El aborto no era un problema hasta que lo convirtieron en problema manipulando los sentimientos de la gente…».
Que las hogueras sanjuaniegas de ayer purifiquen este clima tóxico y propicien el cambio y la renovación. En eso consiste el rito y esa sería la verdadera fiesta democrática.
- Julio Collado Nieto es maestro jubilado, escritor de libros infantiles, coordinador de Campañas escolares de animación lectora, articulista del Diario de Ávila, colaborador de La 8Ávila CYLTelevisión y monitor del taller Lectura, escucha y memoria de la Fundación Ávila. Ha colaborado también en múltiples antologías poéticas.
- Artículo difundido por José Antonio Sierra