En un contexto en el que la inmediatez y la sobreestimulación parece ganarle partida a la reflexión, la literatura es un refugio imprescindible para los niños y niñas. Leer y escribir no solo son habilidades básicas, sino puertas hacia mundos imaginarios, herramientas para el pensamiento crítico y motores del desarrollo cognitivo y emocional.

En este campo, la literatura infantil y juvenil se convierte en una aliada fundamental para el crecimiento personal y académico de los más pequeños. Los cuentos, tal y como hablamos sobre el amor en todas sus formas, pueden ser una vía poderosa para hablar de emociones, vínculos y diversidad afectiva, permitiendo que los estudiantes comprendan el mundo desde múltiples perspectivas.

La lectura y la escritura como hábitos

Entre los estudios conocidos, la Asociación Española de Pediatría y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, coinciden en que los infantes que leen con frecuencia desarrollan una mayor capacidad de concentración, empatía y comprensión lectora. A través de cuentos, novelas y álbumes ilustrados, los lectores jóvenes descubren otras realidades, interiorizan valores y aprenden a expresar emociones complejas.

La literatura puede abrir debates sobre el medioambiente, la igualdad, el miedo, la amistad o la diversidad familiar, entre otros. Incluir libros adecuados en el aula no es solo una recomendación, sino una necesidad. Elegir títulos variados, con temáticas actuales y voces diversas, fomenta un entorno exclusivo y motivador.

La escritura creativa

La escritura creativa es, a menudo, la gran olvidada en los programas escolares. Sin embargo, es una de las mejores herramientas para el desarrollo de la imaginación, la expresión escrita y el pensamiento divergente. Cuando se escribe una historia, se inventa un personaje y se describe un lugar fantástico lo que requiere organizar ideas, ejercitar el vocabulario y desarrollar una voz propia.

Una propuesta significativa, que además puede adaptarse por niveles, es la creación de «cartelas museísticas del futuro». Inspirada en una experiencia universitaria, consiste en escribir una descripción expositiva de un objeto del presente como si ya fuera historia. Por ejemplo, los estudiantes podrían redactar cómo sería una cartela sobre el teléfono móvil, explicando su funcionamiento y su impacto social, completando una dinámica de redacción, creatividad y análisis crítico.

Feria del Libro: la literatura como celebración

Del 30 de mayo al 15 de junio, el Parque del Retiro se llena de historias, colores y lectores durante la Feria del Libro de Madrid. Más de cuatrocientas casetas, miles de ejemplares y decenas de actividades, convierten este espacio en una fiesta de la lectura.

Para los colegios, esta feria representa una oportunidad única de acercar a los alumnos y alumnas al mundo editorial. Pasear entre libros, conocer autores o participar en cuentacuentos alimenta el entusiasmo lector y permite descubrir novedades adecuadas para el aula.

Este año, entre las obras más recomendadas para la etapa de Primaria destacan títulos como «La niña invisible» de Puño, o «¿Dónde está la luna?» de Anna Llenas. Ambos combinan calidad literaria con valores pedagógicos.

Apostar por la lectura y la escritura en las escuelas no es solo una labor del profesorado. Implica también a las familias, a las instituciones y a los espacios culturales. Eventos como la Feria del Libro permiten que esta red de colaboración se materialice.

No basta con leer por obligación, hay que vivir la lectura como una experiencia. Al igual que una salida al entorno natural favorece una educación vivencial, un paseo entre casetas y conocer al autor/a de su libro favorito, puede transformar el vínculo de un niño con el proceso de leer y el proceso de escribir.

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