El color ha sido el principal ingrediente del arte desde sus orígenes. A lo largo de la Historia han cambiado los estilos, los movimientos, las vanguardias y las modas, pero todo estuvo protagonizado siempre por el color.
Sobre el tema se han venido exponiendo teorías y planteamientos desde Aristóteles a Wittgenstein pasando por Newton, quien en 1704 publicó un tratado sobre su famoso experimento sobre la luz y el color.
Como un homenaje, pero también como un reconocimiento explícito, la Fundación Juan March dedica en su sede de Madrid una exposición exclusivamente centrada en el color.
El color no existe sin la luz. La apariencia con la que se ve depende de la luz que recibe en el momento en que lo percibe nuestro cerebro a través de los ojos. Rudolf Arnheim afirma que el aspecto visual debe su existencia a la luminosidad y al color, y a la capacidad del ojo para distinguirlos
Con el título «Lo tienes que ver. La autonomía del color en el arte abstracto» se han reunido obras de artistas de los siglos veinte y veintiuno, desde 1915 hasta este mismo 2025, en las que el color es el elemento esencial. El título, recogido de un comentario de Walter Benjamín («el color debe ser visto»), se refiere a ese carácter misterioso del color como fenómeno físico y lumínico.
Son pinturas, esculturas, obras sobre papel y videoinstalaciones de grandes obras de creadores como Yves Klein (con una instalación de pigmento de su azul añil característico), Lucio Fontana, Rosa Brun, Teresa Lanceta y otros artistas que han creado itinerarios individuales en torno al color.
También se pueden ver objetos de cerámica de Richard Deacon y Polly Apfelbaum, diseños textiles de Teresa Lanceta, fotografías de Wolfgang Tillmans, libros y documentos relacionados con el tema.
Para situarlo, uno de los espacios de la muestra, el «Gabinete de las maravillas», se dedica a los primeros autores que han teorizado sobre el color desde los siglos dieciocho y diecinueve con obras de Turner, Runge y Goethe (publicó su «Teoría de los colores» en 1810) y pigmentos naturales y sintéticos que se usaron para colorear las obras, madejas de lana de colores, muestrarios, vidrieras.
Un elemento destacado de esta exposición es el documental «Coloramas», de Anibal Santaella, un experimento inmersivo que se proyecta sobre nueve pantallas sobre los fundamentos físicos del color, la historia y sus dimensiones culturales, políticas, ideológicas y artísticas.
Aquí se manifiestan los diversos usos que se hacen del color en distintas civilizaciones: el blanco es pureza en occidente, mientras que en Oriente se identifica con la muerte. El negro no significa luto en todas partes, ya que en los países orientales simboliza fuerza y protección. El color de la piel ha servido históricamente para clasificar y hacer exclusiones, como denuncia la artista brasileña Angelica Dass con su obra «Humanae».
La exposición parte desde los primeros experimentos de Kazimir Malevich e Ivan Kliun y recorre la producción abstracta del periodo de entreguerras, el suprematismo, el constructivismo y la Bauhaus, hasta la actualidad.
En la primera fase de la exposición se pueden ver ochenta obras y 120 documentos y objetos. Cuadros de Malévich, Mondrian, Anish Kapoor, Frank Stella, Thomas Ruff, los tubos fluorescentes de Dan Flavin y los puntos multicolores de Damien Hirst.
Hay instalaciones como las «Memorias imaginadas» de Mitsuo Miura, la «Montaña azul roja verde rosa amarilla» de Ugo Rondinone o la «Cromosaturación» de Carlos Cruz Díez.
Con el arte abstracto el color se liberó de la representación de la realidad hasta que en algunos casos la obra no es otra cosa que el color. La abstracción trata también de dar la vuelta al predominio histórico de la forma sobre el color.
La exposición recoge desde los primeros experimentos de la abstracción hasta los más recientes.
- TÍTULO. Lo tienes que ver. La autonomía del color en el arte abstracto
- LUGAR. Fundación Juan March. Madrid
- FECHAS. Hasta el 8 de Junio