Casi todo parece nuevo o aún en construcción en la sureña ciudad brasileña de Hortolândia, como sus anchas avenidas, el puente atirantado, los grandes edificios y sus parques ribereños, informa Mario Osava (IPS).

La misma sede de la alcaldía, el Palacio de los Migrantes, cumplirá su primer año el 29 de mayo y su principal aparcamiento sigue en obras, pero con la nueva marca de la ciudad: los paneles solares en sus techos.

Municipio de 240.000 habitantes a 110 kilómetros de São Paulo, Hortolândia aprovechó la oportunidad abierta por la tecnología de costos ya abaratados y estímulos legales para generar su propia electricidad para el consumo del sector público.

Las veintiuna plantas de energía fotovoltaica construidas desde 2023, algunas aún en fase de conclusión, representarán un ahorro de ochenta por ciento de los costos de la electricidad consumida por la alcaldía, según Fernanda Cândido de Oliveira, directora del Departamento de Iluminación de la secretaría municipal de Obras.

El restante veinte por ciento será cubierto por el programa de eficiencia energética, que empezó antes y ya sustituyó toda la vieja iluminación urbana por lámparas ledes. De esa forma la ciudad se hará autosuficiente en electricidad, limitando los gastos en esa área a tasas de uso de la red de distribución y mantenimiento.

Además de los 26.500 puntos de iluminación pública la generación propia abastecerá doscientas sedes de servicios municipales, con un ahorra de cerca de 4,5 millones de reales (unos 800.000 euros) al año que serán invertidos en los distintos sectores de la administración local.

Catorce escuelas y cuatro unidades de salud tienen sus techos cubiertos de paneles solares, igual que un estadio deportivo. En total, cinco paneles ya están generando energía y otros ya instaladas entrarán en breve en operación.

La sede de la alcaldía concentrará tres plantas fotovoltaicas, una sobre su propio techo y dos en los aparcamientos, de las cuales una está aún en construcción. En total tendrá 1800 paneles.

También está concluyéndose la planta del nuevo centro de eventos sociales que se está finalizando. Tendrá 1568 paneles solares que ya son visibles desde el puente atirantado, donde sus dos tableros paralelos de cables aéreos están suspendidos con tres columnas horizontales de unión, en una obra que es un símbolo de la modernización de Hortolândia.

Economía y medio ambiente

El primer propósito del programa es económico, ahorrar recursos útiles a otras áreas, pero también beneficiar la población, apuntó Oliveira.

«La energía solar dio en el blanco, un hecho extraordinario», definió Dirson Pereira da Silva, el recepcionista del Parque Ecológico Santa Clara, que tiene una laguna en el centro.

Los siete parques de que dispone Hortolândia, casi todos para proteger sus cursos de agua, confirman su vocación ambiental.

El municipio tiene más de cincuenta nacientes ya identificadas y trata de conservarlas o recuperarlas si es el caso, según Eduardo Marchetti, secretario de Planificación Urbana y Gestión Estratégica. Eso exige mantener o ampliar los bosques ribereños.

Hortolândia es una «ciudad árbol» reconocida en 2023 por la internacional Fundación Día del Árbol (Arbor day), una organización sin fines de lucro con su sede central en Washington, que busca reforestar el mundo.

Árboles contra inundaciones

La ciudad sufría inundaciones por crecidas del riachuelo Jacuba, con pérdidas frecuentes para la población ribereña y el comercio, lo que se superó con la construcción de cuatro embalses y el cuidado de las nacientes y los bosques ribereños, recordó Marchetti, quien ha vivido en el municipio desde su nacimiento.

Los árboles son también una exigencia del financiamiento de los bancos internacionales. Para construir el puente atirantado, por ejemplo, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), puso como condición para su crédito blando la siembra de 120.000 árboles.

Hortolândia nació en 1991, tras un movimiento por emanciparse de Sumaré, un municipio de 280.000 habitantes. Su territorio es pequeño, 62,4 kilómetros cuadrados, indica Josemil Rodrigues, periodista que asesora el alcalde José Nazareno Gomes.

Planificación para la transformación

El desarrollo de la nueva ciudad tuvo un gran empuje a partir de 2005, con el alcalde Angelo Perugini, «un visionario» para sus seguidores.

«La planificación a largo plazo fue clave. La vocación de Hortolândia es de una ciudad inteligente y sostenible», sostuvo. La energía solar forma parte de ese objetivo y convirtió la ciudad una referencia nacional, destacó Rodrigues.

Los paneles fotovoltaicos son una consecuencia lógica de la visión ambiental de los dirigentes en el poder. El alcalde actual, Gomes, fue el secretario de Ambiente de su antecesor, Perugini, elegido cuatro veces para el cargo desde 2005, y quien murió de covid en 2021, cuando comenzaba un nuevo período de gestión municipal.

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