La educación actual se centra en impartir contenidos en diversas materias abandonando habilidades prácticas para enfrentar situaciones cotidianas, lo que plantea interrogantes sobre la eficacia del sistema educativo para preparar a los jóvenes para la vida real.

La brecha entre teoría y práctica

El currículo escolar abarca asignaturas como matemáticas, ciencia y literatura, entre otras, fundamentales para el desarrollo intelectual.

No obstante, aspectos prácticos como la gestión financiera personal, habilidades de comunicación efectiva o conocimientos básicos de salud suelen quedar relegados.

Habilidades para la vida

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las habilidades para la vida como capacidades para comportarse de manera adecuada y positiva, enfrentando eficazmente los desafíos de la vida diaria.

La organización lleva trabajando en ellas desde el año 1993 y con su Iniciativa Internacional para la Educación en las Habilidades para la Vida en las Escuelas (Life Skills Education in Schools) difunde a escala mundial las diez destrezas útiles para afrontar las exigencias y desafíos cotidianos.

Estas quedan divididas en:

  • Habilidades emocionales: empatía, manejo de emociones y sentimientos y manejo de tensiones y estrés.
  • Habilidades sociales: comunicación asertiva, relaciones interpersonales y manejo de problemas y conflictos.
  • Habilidades cognitivas: autoconocimiento, toma de decisiones, pensamiento creativo y pensamiento crítico.

Aprender a aprender

Algunas instituciones ya han reconocido esta carencia y han implementado programas para subsanarla apoyadas en la nueva ley LOMLOE. El Real Decreto 157/2022, establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria en España y define competencias y saberes básicos que promueven el crecimiento personal y el desarrollo individual.

Por ejemplo, la competencia personal, social y de aprender a aprender (CPSAA), es necesaria para autoconocerse y gestionar procesos metacognitivos, el tiempo y la información eficazmente.

Muchos centro escolares no enseñan a estudiar de forma explícita, sino que esperan que los estudiantes desarrollen estrategias por sí mismos, lo que desemboca en métodos ineficaces y frustración.

Incluir en el aula técnicas de estudio como la gestión del tiempo, la organización de ideas o la lectura comprensiva, fomenta un aprendizaje más profundo y duradero.

No obstante, esto es tan solo la base y la forma de aprender a aprender, necesario para enfrentarse a desafíos futuros con confianza y autonomía.

Pero ¿qué asignaturas tenemos para la vida?

Las instituciones educativas podrían incluir asignaturas como:

  • Gestión emocional, saber identificar y regular emociones para mejorar las relaciones y enfrentar problemas.
  • Habilidades digitales prácticas para proteger la privacidad en línea, evitar fraudes y utilizar la tecnología de manera responsable.
  • Mantenimiento básico del hogar, reparaciones simples para fomentar la autonomía.
  • Ecología y sostenibilidad para reducir el impacto ambiental a través del reciclaje, compostaje y consumo consciente.
  • Cívica y derechos para conocer cómo participar activamente en la sociedad.
  • Planificación financiera básica, saber crear presupuestos, ahorrar y entender productos financieros como seguros o tarjetas de crédito.
  • Alfabetización alimentaria, leer etiquetas e identificar productos ultraprocesados y planificar una dieta equilibrada.
  • Cuidados básicos de salud para reconocer síntomas comunes, llevar un botiquín adecuado y la importancia de chequeos médicos.
  • Preparación para la vida laboral, adecuar tu currículum según el puesto de trabajo, superar entrevistas y conocer los derechos laborales.

Aunque en la nueva LOMLOE las habilidades sociales, emocionales y cognitivas están incorporadas, las escuelas priorizan la enseñanza de contenidos al aprendizaje de algunas competencias o a la incorporación de nuevas asignaturas necesarias para el futuro.

Beneficios de una educación orientada a la vida práctica

Incluir asignaturas prácticas en el currículum escolar puede tener múltiples beneficios.

Los estudiantes adquirirán aptitudes para manejar sus finanzas, comunicarse eficazmente y tomar decisiones informadas sobre su salud.

Además, desarrollarían habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas, preparándose para enfrentar desafíos en diversos contextos.

Equilibrio entre teoría y práctica

Sin restar importancia a todas las materias tradicionales, sería interesante encontrar un equilibrio que permita una formación integral.

La teoría proporciona una base sólida de conocimientos, mientras que la práctica ofrece herramientas para aplicar esos conocimientos en situaciones reales.

La inclusión de enseñanzas para la vida práctica en las escuelas es una necesidad que no puede seguir siendo ignorada.

Preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos cotidianos es tan importante como para impartir conocimientos teóricos.

DEJA UNA RESPUESTA

Escribe un comentario
Escribe aquí tu nombre