Francia ha multado a Apple con veinticinco millones de euros después de que los servicios antifraude del país hayan concluido que hubo carencias en la información que suministraba la compañía sobre las actualizaciones del sistema de explotación de los iPhone, que en ocasiones ralentizaban el móvil.
Con el abono de esta multa, la mayor en Francia por un caso relacionado con derechos de los consumidores, Apple ha evitado un proceso judicial en el que, de ser condenada, podría haber tenido que abonar hasta el 10 % de su facturación anual en el país.
Además de pagar los veinticinco millones de euros, la empresa deberá emitir un comunicado durante un mes en su página web, tal y como ha indicado la Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión del Fraude de Francia (Dgcccrf).
Según este organismo, la falta de información sobre las actualizaciones del sistema iOS constituyeron «una práctica comercial engañosa por omisión». El procedimiento fue iniciado por la Fiscalía francesa en enero de 2018 siguiendo una denuncia de la asociación Alto a la Obsolescencia Programada (HAB) tras las miles de quejas de usuarios de iPhone 6, SE y 7 cuyos terminales iban más lentos después de la actualización.
Debido a la imposibilidad de volver a una versión anterior del sistema, muchos usuarios se vieron obligados a cambiar de batería e incluso de teléfono. Aunque inicialmente HAB acusaba a Apple de un delito de obsolescencia programada, los investigadores antifraude descartaron ese cargo y se centraron en el de la falta de información.
El pago de la multa por parte de Apple no cierra, sin embargo, la posibilidad a los consumidores de demandar a la compañía por lo civil para reclamar indemnizaciones.