El cóndor y la caníbal, un cómic a la memoria colonial

El museo Thyssen-Bornemisza ha acogido la presentación del cómic de Víctor Coyote «El cóndor y la caníbal», inspirado en la exposición Memoria colonial, visible hasta el 20 de octubre 2024.

Con El cóndor y la caníbal, el Museo culmina por ahora los encargos de cómic a distintos dibujantes a fin de implementar las exposiciones temporales.

Cómics que contribuyen a enriquecer cada propuesta dotándola de un significado más rico aún con la nueva lectura, al mismo tiempo que la acerca a un público más joven y variopinto.

¿Existe aún el colonialismo?, cabría preguntarse, ¿y el esclavismo? Pensemos, por ejemplo, que el apartheid se prolongó en Sudáfrica hasta el 92 (Mandela y Leclerc recibieron el Nobel exaequo), lo que no impidió que en el mundial de fútbol de 2005 la canción fuera de Shakira, y si seguimos un poco más acá, resulta que, hasta 2015, el gobierno inglés siguió pagando a los colonos los bonos pactados a cambio de eliminar la esclavitud.

Y si vamos a la exposición Memoria colonial, una belleza tan perfecta como la del joven Lyon, ese retrato formidable de rasgos aristocráticos, sólo fue posible en el siglo dieciocho tras tres siglos de ejercer la esclavitud por parte de sus ancestros.

E incluso ahora, ciñéndonos al momento presente, ¿cuánta gente que lleva una vida regalada y que está llena de buenos sentimientos puede asegurar que sus antepasados no sometieron a otros humanos para lograr un status superior?

Hay actualmente una militancia imperial («prensa militante») que niega el colonialismo y la esclavitud. Que nunca fueron colonias porque la reina Isabel así lo dejó ordenado en su testamento.

Víctor Coyote hace en «El cóndor y la caníbal» una obra de ficción pero sin perder el pie de la realidad. En la peripecia argumental, se entrecruzan dos historias: por un lado, el hijo del cacique, un muchacho indígena que estudia escultura en un taller dirigido por frailes franciscanos, y por otro, dos pintores holandeses que trabajan en Pernambuco. Las dos historias llegarán a entrelazarse y entretanto, personajes míticos y fantásticos, como la serpiente y el cóndor, harán su labor.

El estilo católico evangelizador está poco tratado, según Coyote. Es un estilo misericordioso. Y el científico es científico hasta que el cliente pide una ciencia a su medida. Por eso él no se deja llevar por ideas preconcebidas y su ficción trata de ser libre.

Azúcar y cacao de Pernambuco eran en el Ámsterdam del siglo diecisiete, cuando Holanda conquistó estos territorios de Brasil a los portugueses, codiciados como moneda de cambio.

Y los caníbales se han exhibido en circos de Europa hasta el siglo pasado. Y cuando Holanda perdió Brasil, se comentaba en NY las mazas que tenían aquellos caníbales.

Todo esto vino a colación de las críticas negativas o negacionistas de que ha sido objeto la exposición Memoria colonial, a la que se dedica el cómic. Pero la más desenfocada que se puede hacer es, según el autor, la que no valora el arte como obra maestra sino como ideología.

Y el cómic es precioso, una obra de arte, eso ya lo digo yo.

  • Título : El cóndor y la caníbal
  • Aytor: Víctor Coyote
  • Ed. Museo Thyssen-Bornemisza y Astiberri
  • 15 euros (en papel)

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