Los frenos modernos de disco, aunque duran más que las pastillas, tienen una vida útil imitada y hay que cambiarlos antes de que empiecen los problemas, necesitan de un mantenimiento correcto, al igual que los vehículo antiguos se sabía que las pastillas de freno debíann cambiarse con regularidad.
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De qué están hechos nuestros discos
Para entender la vida útil de los discos, primero hay que responder a la pregunta: ¿de qué están hechos? Aquí hay posibles variantes, y la diferencia en el material proporciona una diferencia en el recurso.
- Los discos de hierro fundido aleado: Esta es la opción más común. El hierro fundido puede ser más o menos cualitativo, con o sin aditivos anticorrosión. La superficie de estos discos suele estar cubierta de pintura, que también resiste la corrosión. Pero estas medidas funcionan temporalmente: tarde o temprano, el disco de hierro fundido empezará a oxidarse.
- Discos cerámicos de carbono: no hace mucho se utilizaban sólo en el automovilismo, pero ahora es un producto de masas al alcance de todos. Los discos no están hechos de carbono y cerámica (quién lo iba a decir), sino de fibras de carbono y fenoles. Son muy ligeros y resistentes a las heladas, y además duran mucho más que los de hierro fundido.
Además del material, también es importante la construcción de los discos. Esto también varía. Los más sencillos son los discos macizos utilizados en el eje trasero. En el eje delantero se suelen utilizar discos ventilados, formados por dos discos con canales de ventilación entre ellos. Menos comunes son los discos prefabricados, a partir del rotor y el buje. Este tipo de disco no tiene que ser sustituido por completo, puede sustituir sólo la parte desgastada del rotor.
Sin embargo, primero hay que invertir en un producto nuevo: los discos prefabricados cuestan al menos el doble que los ventilados. Pero los más caros y al mismo tiempo fallan rápidamente son los discos perforados. Suelen utilizarse en deportes de motor, donde la eficacia de frenado es crítica.
Cómo saber si es hora de cambiarlos
Independientemente del tipo de disco que tenga, llegará un momento en que la sección del rotor se vuelva críticamente delgada y pueda incluso romperse. No espere a que llegue ese momento, preste atención al principal signo de desgaste: el llamado patinaje de los frenos.
Concretamente, el pedal de freno da un contragolpe en el pie en el momento en que lo pisas. Y el volante empieza a vibrar. Este síntoma es el que pone de manifiesto que el disco está desgastado, aunque su grosor no haya alcanzado aún los parámetros mínimos especificados por el fabricante.
A veces, el grosor puede ser desigual o el disco puede estar deformado por el calentamiento. En cualquier caso, debe ser sustituido, pero si la situación es anormal – asegúrese de identificar sus causas, para que los nuevos discos no vayan por el mismo camino.