En la Franja de Gaza «simplemente no hay suficiente comida» para sus 2,3 millones de habitantes, sometidos a la ofensiva militar de Israel, indicó este lunes 29 la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (Unrwa en inglés) en su cuenta de la red X (antes Twitter), informa la IPS desde Naciones Unidas.

Por su parte, el jefe de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (Ocha), Martin Griffiths, sostuvo que «el pueblo de Gaza ha estado soportando horrores y privaciones inimaginables durante meses. Sus necesidades nunca han sido mayores».

«Necesitamos esforzarnos al máximo para darle al pueblo de Gaza un momento de esperanza. Ahora no es el momento de decepcionarlos», afirmó Griffiths.

Mientras continúan los intensos bombardeos y operaciones terrestres israelíes en gran parte de la Franja, 365 kilómetros cuadrados junto al Mediterráneo oriental, las hostilidades han sido particularmente intensas en los últimos días en la ciudad sureña de Jan Yunis.

Las agencias informaron de intensos combates entre fuerzas israelíes y milicianos del movimiento islamista Hamás, cerca de los hospitales Nasser y Al Amal, y, según informes, los palestinos huyeron a la superpoblada ciudad de Rafah, en el extremo sur fronterizo con Egipto, a pesar de la falta de un paso seguro.

Los hospitales de Jan Yunis corren el riesgo de cerrar debido a las intensas hostilidades. Otros siete hospitales parcialmente habilitados en el sur de Gaza tratan de atender al triple de su capacidad y enfrentan una escasez crítica de suministros básicos y combustible.

Israel lanzó su ofensiva contra Gaza después de que milicianos de Hamás, basados en la Franja, atacaron el 7 de octubre pasado el sur israelí y, según el gobierno de Tel Aviv, dieron muerte a 1200 personas y tomaron otras 250 como rehenes.

Con la respuesta israelí han muerto más de 26.400 palestinos, al menos otros 64 000 fueron heridos, se cree que hay miles de desaparecidos tras los escombros dejados por las bombas sobre edificios y la población debió desplazarse hacia el sur.

Los gazatíes están privados de acceder a agua potable, comida, electricidad, escuelas, transporte, comunicaciones y, por añadidura, Israel solo de manera limitada permite que desde Rafah ingresen camiones con ayuda humanitaria.

Por otra parte, siguieron sumándose países a la suspensión del apoyo financiero a la Unrwa, tras acusaciones de que empleados palestinos de esa agencia se confabularon con Hamás durante los ataques del 7 de octubre.

De los doce individuos presuntamente implicados, nueve fueron identificados inmediatamente y se rescindieron sus contratos. Se confirmó la muerte de otro y se están aclarando las identidades de los dos restantes.

Suspendieron el apoyo casi todos los principales donantes: Estados Unidos (344 millones de dólares anuales), Alemania (202 millones), la Unión Europea (114), Suecia (61), Noruega (34), Japón (30), Francia (29), Suiza (25) y Países Bajos (21 millones de dólares).

El secretario general de la ONU, António Guterres, llamó a los países que suspendieron la financiación de la Unrwa a que reconsideren sus decisiones, para al menos garantizar la continuidad de las operaciones humanitarias vitales.

«Los abominables presuntos actos de estos miembros del personal deben tener consecuencias. Pero los miles de hombres y mujeres que trabajan para la Unrwa, muchos de ellos en algunas de las situaciones más peligrosas para los trabajadores humanitarios, no deberían ser penalizados», afirmó Guterres.

«Deben satisfacerse las extremas necesidades de las poblaciones desesperadas a las que sirven», añadió el secretario general.

En su apoyo, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que los gazatíes se enfrentan a la amenaza inminente de hambruna, enfermedades y desplazamiento después de casi cuatro meses de bombardeos israelíes.

La Unrwa suele tener 13.000 empleados que prestan servicios a las comunidades palestinas en Gaza, y unos tres mil siguen trabajando, con la tarea de gestionar refugios para más de un millón de personas y proporcionar alimentos y atención sanitaria a civiles que lo necesitan con urgencia desde el inicio del conflicto.

La agencia estima que si no se reanuda el financiamiento de los donantes, no podrá seguir ayudando a Gaza más allá de febrero.

En el escenario militar, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo que al menos la mitad de los milicianos de Hamás en la Franja de Gaza han fallecido o resultado heridos. «Ya hemos matado al menos a una cuarta parte de los terroristas de Hamás, y el mismo número están heridos», dijo sin precisar las cifras.

Israel ha perdido unos 190 soldados desde que sus unidades lanzaron el asalto sobre la Franja.

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