Solo en 2022, las inundaciones ocurridas en Nigeria ocasionaron la muerte de al menos a 662 personas, hirieron a 3174, desplazaron a unos 2,5 millones y destruyeron 200 000 viviendas, informa Leon Usigbe (IPS) desde Abuya.
Ya en 2012, el Banco Mundial informó que la erosión estaba afectando a más de seis mil kilómetros cuadrados del territorio de este país de África occidental, con unos 3400 kilómetros cuadrados altamente expuestos a los recurrentes eventos climáticos.
En aquel entonces, la erosión de los barrancos causaba daños por un valor estimado de cien millones de euros cada año, según el equipo detrás del Proyecto de Gestión de Cuencas y Erosión de Nigeria (Newmap, en inglés).
En el marco del Newmap, el país comenzó a trabajar con el Banco Mundial para rehabilitar tierras degradadas y reducir la erosión y la vulnerabilidad climática en veintitrés de los 36 estados de este país multinacional, con 225 diferentes grupos étnicos y el más poblado de África, con 223 millones de habitantes.
El proyecto contó con cuatro líneas de trabajo:
- Invertir en infraestructura de gestión de cuencas y erosión para reducir la degradación de la tierra.
- Desarrollar servicios de información para fortalecer el monitoreo de la erosión y las cuencas hidrográficas y la gestión del riesgo de desastres.
- Fortalecer el marco estratégico de Nigeria para la acción climática a fin de promover el desarrollo bajo en carbono, y
- Apoyar la gestión de proyectos a nivel federal y estatal con garantías financieras, sociales y ambientales y supervisión, extensión y monitoreo y evaluación de proyectos.
Los resultados informados en 2021 fueron positivos: el proyecto benefició a 35.000 personas directamente y a más de cien mil indirectamente a través de pequeñas subvenciones a grupos de interés comunitarios. El equipo capacitó a 185.058 personas, 42 por ciento de ellas mujeres.
En la primera línea de trabajo, el proyecto duplicó con creces la superficie de tierra bajo gestión sostenible, completó casi cinco docenas de planes participativos de gestión de aguas superficiales y redujo considerablemente la erosión de los barrancos.
En la segunda, redactó directrices para la evaluación del impacto ambiental y puso en marcha más de cien sistemas automatizados de hidrología y meteorología y de alerta temprana de inundaciones en la región.
El gobierno está restaurando tierras en los estados norteños de Bauchi, Jigawa y Sokoto plantando miles de semillas y plántulas de árboles.
En la tercera línea de trabajo, el país emitió bonos verdes para estimular la inversión privada en proyectos climáticamente inteligentes, como la distribución de cocinas de bajo consumo de combustible y el desarrollo de generadores de electricidad basados en energía solar para centros de salud rurales.
En la cuarta, el equipo probó el uso de sensores remotos, técnicas de sistemas de información geográfica y cámaras de 360 grados y drones para supervisión remota y resolución de quejas.
En general, Newmap mostró el apetito de Nigeria por la acción y los resultados.
Piden acelerar las medidas
Actualmente, alrededor de 178 áreas de gobierno local (LGA, en inglés) en 32 de los 36 estados de Nigeria y el Territorio de la Capital Federal se encuentran dentro de las áreas de riesgo de inundación altamente probable, según la Agencia de Servicios Hidrológicos de Nigeria (Nihsa, en inglés).
Otras 224 de las 744 LGA del país se encuentran dentro de áreas de riesgo de inundación moderadamente probable, y 372 están dentro de áreas de riesgo de inundación probable.
Los más de 830 kilómetros de costa de Nigeria están cada vez más amenazados por inundaciones, erosión, contaminación del agua y del aire.
Las comunidades de los estados del delta del Níger que bordean el océano Atlántico han perdido o temen perder sus hogares y tierras de cultivo debido a la erosión del lecho de roca que protege la costa.
Los bosques están desapareciendo a causa de la desertificación. Según Acción contra la Desertificación, sólo la mitad de los bosques que existían en 2007 permanecen en la zona donde opera.
Suleiman Hussein Adamu, ministro de Recursos Hídricos hasta mayo de 2023, había advertido que las inundaciones cobrarían un alto precio en vidas y medios de subsistencia, agricultura, ganadería, infraestructura y medio ambiente.
La frecuencia de los desastres naturales en el país está relacionada con el cambio climático, según Alhaji Musa Zakari, director de gestión de recursos humanos de la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias, responsable del manejo de desastres en Nigeria.
«Nigeria tal vez necesite reexaminar algún enfoque radicalmente nuevo y más eficiente para la gestión de desastres», dijo Zakari en una entrevista.
Nuevos enfoques
En agosto, el Colegio de Defensa Nacional (NDC, en inglés) presentó al gobierno los resultados de su investigación, titulada «Construyendo resiliencia climática para mejorar la seguridad nacional: opciones estratégicas para Nigeria para 2035». Recomendó adoptar estrategias para alcanzar los objetivos de corto, mediano y largo plazo en los programas de adaptación al clima.
El vicepresidente Kashim Shettima dijo que el gobierno actual estaba dando prioridad a las intervenciones sobre el cambio climático para abordar la desertificación, la erosión costera y las inundaciones colaborando con personas e instituciones relevantes.
El gobierno comparte las «preocupaciones por las implicaciones para la seguridad de subestimar las devastaciones del cambio climático», dijo al recibir el informe del NDC.
Parte de la estrategia del gobierno es informar al público sobre las medidas preventivas que salvan vidas y reducen los daños a la propiedad y la infraestructura.
Además, a través de la iniciativa de la Gran Muralla Verde, cuyo objetivo es aumentar el tamaño de la tierra cultivable en el Sahel, el gobierno está restaurando tierras en los estados norteños de Bauchi, Jigawa y Sokoto plantando miles de semillas y plántulas de árboles.
El vicepresidente Shettima señala que «es alentador ser testigo de la alineación entre los hallazgos [de la investigación] y los objetivos políticos de nuestro gobierno, lo que refuerza nuestra creencia de que un enfoque holístico e integral es esencial para abordar estos desafíos de manera efectiva».