El Ateneo de Madrid rindió homenaje el 2 de diciembre 2023 al que ha sido socio destacado y su presidente durante varios años, José Luis Abellán, con la intervención de varios consocios, miembros de la Junta de Gobierno, amigos y familiares. No pudo asistir el homenajeado -acaba de cumplir noventa años- por razones de salud.

A continuación, siguen las palabras que pronuncié[1], que quieren mostrar la influencia que ha tenido Abellán en mi trabajo y el agradecimiento personal por su apoyo constante.

Agradezco también a la Junta de Gobierno del Ateneo y, en su nombre, a Pedro López Arriba, por invitarme a participar en el mismo.

La conexión de José Luis Abellán con América Latina

Conocí a José Luis Abellán a finales de la década de los años setenta. Empeñado en escribir una Memoria sobre el Antipositivismo en América Latina e impresionado por la lectura de su «Idea de América: origen y evolución» (1972), Abellán me ayudó a sacar adelante aquel trabajo académico, sobre el que publiqué un artículo en Cuadernos Hispanoamericanos titulado «El antipositivismo en México» (1982); revista en la que ya había publicado otro artículo: «Esquema sobre la técnica en el pensamiento de Ortega y Gasset» (1979); otro trabajo académico dirigido por Carlos París.

En el Instituto de Cooperación Iberoamericana, la actual Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)) desarrollo la «Antología de Pedro Henríquez Ureña» (1993) en las magníficas colecciones dirigidas por Juan Maestre Alfonso.

Abellán, por su parte, desarrollaba la de su maestro José Gaos, y María Dolores Domingo Acebrón la de otro gran ateneísta, Rafael María de Labra.

La amistad con José Luis continuó y de la misma salen otros proyectos.La incorporación a los seminarios del Instituto Fe y Secularidad propicia, entre otras cosas: i) La creación de la Asociación de Hispanismo Filosófico (1988) con José Luis de presidente y yo de secretario; ii) La participación en los Seminarios de Historia de la Filosofía Española e Iberoamericana de la Universidad de Salamanca, en uno de los cuales presenté una ponencia titulada «La filosofía en el Ateneo de Madrid en el siglo XIX» (1990), publicada en las actas del seminario y en la revista Cuadernos Americanos de México; y iii)) Un libro, «La Escuela de Madrid: un ensayo de filosofía» (1991), en el que José Luis desarrolló la idea y los planteamientos filosóficos y yo los planteamientos históricos.

Cuando José Prat García ocupa la presidencia del Ateneo de Madrid en 1987, refundamos la Sección Iberoamericana, que no funcionaba desde la guerra. Si entre 1923 y 1936 habían participado en la misma socios como Rafael Altamira, Rufino Blanco Fombona o Alfonso Reyes, ahora, con el Quinto Centenario a la vista, José Luis Abellán es el presidente, Guadalupe Ruiz-Giménez Aguilar la vicepresidenta y yo el secretario, y disertan en la misma latinoamericanos universales como Paulo Freire, Leopoldo Zea, Germán Arciniegas o Augusto Roa Bastos, entre otros.

Recuerdo también la semana de actividades en favor del NO en el plebiscito chileno contra la dictadura (1988) apoyando a los exiliados y a los parlamentarios españoles de todos los partidos políticos, o el Congreso de Ateneos Iberoamericanos, o las Jornadas sobre Cuba y su historia a comienzos de los años noventa, que acabarían con la publicación de las actas con el título de «Cuba, la perla de las Antillas», o las Jornadas sobre las Expediciones científicas, que le siguieron a partir de 1991.

En esa época entré, de becario, en la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos (AIETI), en la que Abellán desarrollaba entonces un proyecto muy interesante titulado «El pensamiento español y la idea de América», que aparece en dos volúmenes en la editorial Ántrophos, dedicados a los autores del interior y a los del exilio.

Durante años asumiré numerosas tareas, incluidas las referidas a la cooperación internacional para el desarrollo, siendo vocal de comunicación de la Coordinadora de ONGD de España. Acabaré siendo secretario general de AIETI y editor de la Revista Síntesis, revista documental de ciencias sociales iberoamericanas y, en calidad de tal, miembro de la junta directiva de la Asociación de Revistas Culturales de España (ARCE).

Digamos que salté del pensamiento en lengua española, y especialmente de los pensadores del Exilio, al pensamiento político latinoamericano y a las relaciones entre América Latina y España. Y en ese salto también influyeron magníficas obras de José Luis, como «Filosofía española en América, 1936-1966» (1967), «El exilio español de 1939», 6 volúmenes (1976-1978) y, por supuesto, «Historia crítica del pensamiento español», 7 volúmenes (1979-1991).

Abellán llega a la presidencia del Ateneo en 2001 y yo a la vicepresidencia poco después, pero en marzo de 2005, por «imperativo laboral» presenté mi dimisión. A partir de entonces, ejerceré como responsable del Programa de Estudios sobre América Latina del Centro de Estudios para América Latina y la Cooperación Internacional (CeALCI) de la Fundación Carolina.

Hacia 2014, volví a la Sección Iberoamericana, hasta 2021, y de esa época guardo especial recuerdo del homenaje que se hizo a José Luís Abellán en esta casa en 2019, de la participación de María Dolores Domingo, de la Sección Iberoamericana, en la reedición de las dos obras de Labra sobre la historia del Ateneo -les recuerdo que la Sección Iberoamericana se apodaba «Rafael María de Labra»-, del homenaje a Eusebio Leal, el historiador de la ciudad de La Habana, del homenaje a José Enrique Rodó en el centenario de su muerte o del proyecto «América Latina en la conciencia de la España actual» (2016) que inauguró Abellán con una magnífica conferencia sobre Rubén Darío y el Desastre del 98; proyecto del que saldrá un artículo titulado «Un plan iberoamericano» publicado en Política Exterior (2018).

Querido José Luís.

Hoy, sigo trabajando sobre América Latina y sobre las relaciones de España con la región y, a la vista de lo anterior, no puedo por menos que estar muy agradecido por tu apoyo constante.

Muchas gracias José Luís, por ayudarme a llegar tan lejos.

  1. Tomás Mallo Gutiérrez es el socio del Ateneo de Madrid nº 18683

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