Ángela Caballero Cortes[1]

Pedro Gómez Chaix en una obra titulada «Ensayos de Política Municipal», nos daba cuenta del número y del estado en que se encontraban las escuelas en esta ciudad.

En el año 1875 había «en esta capital once escuelas nacionales», que eran: «la del Salvador y de la Trinidad en la calle de este nombre, la de San Rafael y San Felipe en el Llano Mariscal, la de la Asunción en calle Pulidero, la de la Victoria en el Pasillo de Guimbarda, la de la Concepción en la calle de la Victoria, la de Nuestra Señora de los Dolores en calle Refino, la de niños del Palo, la de niñas del Palo, la del Carmen en calle San Andrés, la de Santa Teresa en la calle Postigo, la de San Agustín y la de San Ciriaco y Santa Paula en la Coracha».

Esta realidad, la falta de escuelas, es descrita, hecha pública y denunciada en numerosa ocasiones por Gómez Chaix. Y nos dice además: «durante el período de treinta y cinco años, que transcurrieron desde 1875 hasta 1909, las escuelas nacionales, en la capital de Málaga no pasaron nunca de veinte (sic) y dos». Las iniciativas de la minoría de la Conjunción Republicano-Socialista, en el Ayuntamiento de Málaga, en los diversos campos de la vida local, fueron importantes. De ellas, hacemos referencia a las emprendidas en el ámbito de la «educación».

Por ello «si la Ley de 23 de junio de 1909, previene que habrá una escuela por cada sesenta niños o niñas (…) Málaga debe tener 124 escuelas públicas (…) cuando las existentes no exceden de veinticuatro, se exige al Ayuntamiento, la creación de más de cien escuelas nuevas».

Pedro Gómez Chaix
Pedro Gómez Chaix

Gómez Chaix defiende la Escuela Nacional y dice que «es la base, la piedra angular de todo el edificio de la Instrucción Pública. En ella se inicia, la verdadera formación del ciudadano. El niño pudiente, se educa en colegios particulares, el niño pobre, apenas adquiridos los rudimentos de las primeras letras, entra de aprendiz en el taller y abandona la escuela»

Pero ¿cuántas escuelas públicas había en Málaga?. En 1875, esta ciudad contaba con unas doce escuelas nacionales de niños y niñas, y en 1883 se contabilizan unas veintena de estas escuelas. Estas cifras son confirmadas por Narciso Díaz Escovar, quien en 1909 fue designado Delegado Regio de Primera Enseñanza y aseguraba que «al ocupar la Delegación, sólo halló veintitrés escuelas en una capital como Málaga».

Aproximarse el estudio de la enseñanza en Málaga, supone observar una de las provincias españolas con mayor porcentaje de analfabetos del país, puesto que esta ciudad llegó a alcanzar en 1910 la cifra más alta de analfabetos con un 79 por ciento, siendo la media española de un 59 por ciento.

La mayor parte de las escuelas existentes en Málaga capital y su término municipal, estaban ubicadas en edificios alquilados.

El Ayuntamiento, según los Presupuestos de Gastos e Ingresos de 1921 pagaba por el arrendamiento de los locales destinados a escuelas, la cantidad de 86.390,25 pesetas. En 1931, pagaba por el alquiler, para el establecimiento de Escuelas Nacionales, la cantidad de 127.268 pesetas. No tenemos noticias, con posterioridad, de construcciones de edificios dedicados a escuelas unitarias, graduadas o grupos escolares.

La creación de escuelas para que la educación y la cultura llegasen a toda la población y sobre todo a las zonas rurales, fue uno de los objetivos de la República. Lo que más la caracterizó en su primera etapa fue el plantear el déficit de escuelas. De ahí, que los dirigentes políticos y la administración, se quejaran en un primer momento de la falta de datos sobre las escuelas existentes y, después, se pasara a gestionar e impulsar su construcción. Ponerse de acuerdo sobre el número de escuelas que se construyeron en la República es algo difícil.

Al proclamarse la República, estaba en vigor el Decreto de 10 de julio de 1928. En él se especificaba que «todos los Ayuntamientos estaban obligados a construir, instalar y conservar las escuelas en locales que reúnan condiciones higiénicas y pedagógicas». La construcción, ya no dependía sólo del Estado, sino también de los Ayuntamientos. El Estado tenía que pagar el sueldo de los maestros, la gratificación de adultos y el material diurno y nocturno, y el Ayuntamiento había de proporcionar el local-escuela, dotarlo de material y mobiliario y ofrecer al maestro vivienda decorosa o pagarle la indemnización reglamentaria. Cada escuela planteaba en su creación, una serie de problemas, y dos eran los más destacados: edificios donde instalar decorosamente las escuelas creadas y la necesidad de dotarlas de maestros.

Pero, esta legislación no se cumplía en esta ciudad. La mayor parte de las escuelas existentes en Málaga y en su término municipal, estaban ubicadas en edificios alquilados. El Ayuntamiento pagaba por el alquiler para el establecimiento de Escuelas Nacionales, en 1931, la cantidad de 127.268 pesetas. En los presupuestos del Ayuntamiento de Málaga, había una partida (el capítulo Diez), dedicada a Instrucción Pública, distribuida en ocho apartados: 1) Prestaciones del Estado a Servicios de Instrucción Pública, 2) Escuelas Municipales de Instrucción Primaria, 3) Instituciones Escolares, 4) Enseñanzas Especiales, 5) Escuelas y Talleres Profesionales, 6) Instituciones Culturales, 7) Instituciones de ciudadanía, y 8) Conservaciones de Monumentos Artísticos e Históricos.

¿Quién era Gómez Chaix?. Hijo de Pedro Gómez Gómez y María Chaíx Bryan, nace en Málaga el 30 de junio de 1864, en el seno de una familia dedicada a la política.

Para comprender su tradición y formación política hay que remontarse años atrás cuando otro malagueño, nacido a primeros de siglo (1804), Pedro Plácido Gómez Sancho, médico, escritor, político y alcalde de esta ciudad en 1843, había debutado ya en la vida activa de la ciudad.

Veinticinco años más tarde en 1868, uno de sus hijos Pedro Gómez Gómez, nacido en Málaga el 12 de diciembre de 1823, será elevado al mismo cargo de alcalde de la ciudad de Málaga, primero por el voto de la Junta Revolucionaria y después por elección popular, cargo que desempeño tres veces durante el período revolucionario, siendo también Senador por Málaga.

Gómez Chaix cursó estudios en Francia, donde obtuvo el título de Bachiller en Letras, y posteriormente, ya en España, el de doctor en Filosofía y Letras. Cursó los estudios de Derecho y Profesor Mercantil.

En 1884, según cuenta, de forma manuscrita Narciso Díaz Escovar, Gómez Chaix ganó un certamen literario en la Academia Sevillana de Buenas Letras. En 1886 obtuvo, por oposición, una cátedra en el Instituto de Santiago y desde 1891 fue profesor numerario y secretario de la Escuela Superior de Comercio de Málaga, vicepresidente de la Academia pericial Mercantil y Letrado de la Asociación General de criadores y exportadores de vinos.

Ligado a la burguesía comercial y a determinados intereses económicos franceses, era uno de los mayores contribuyentes en la provincia y pertenecía a esa «elite social ilustrada». Acaparó innumerables cargos y puestos de responsabilidad en instituciones públicas y privadas malagueñas del primer cuarto del siglo.

A partir de 1891 comienza su actividad en todos los ámbitos de la vida malagueña. Su labor de publicista queda reflejada en numerosos artículos de la prensa local, en la «Unión Mercantil». Como periodista fundó, en 1892, El Progresista, periódico del republicanismo malagueño, que lo nombró presidente y creador del Círculo Republicano Progresista.

En 1903, fundó «El Popular», diario republicano, pieza clave en la empresa de reorganizar el Partido Republicano en Málaga y diario de mayor difusión en la prensa malagueña. Dicho periódico desaparece en 1924, y reaparece nuevamente en 1931. En las elecciones Municipales de 1903, Gómez Chaix, (representante del Distrito Municipal Siete malagueño) perdió su acta por dicho distrito.

Desde 1905 fue el jefe de la Unión republicana y en 1906 secretario del primer partido andaluz. En 1906, era nombrado director de la Sociedad Económica de Amigos del País, cargo que ocupó hasta 1926. En 1914 era diputado y vuelve a serlo en 1916.

Fue también senador del Reino por las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País de Andalucía y Canarias en 1923. En ese año se constituye una fundación que llevará su nombre: El Patronato de la Fundación Gómez Chaix. El objetivo era crear un premio destinado a promover la carrera de Magisterio a niños y niñas de la ciudad.

En 1925 con motivo de la celebración de los ciento cincuenta años de la Fundación de la Sociedad Económica Matritense, Gómez Chaix tiene ocasión de defender la importancia de estas organizaciones.

Muchos fueron los nombres de malagueños pertenecientes al Partido Republicano Radical Socialista, creado por Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz en 1929, que trabajaron junto a Gómez Chaix, entre otros: Armasa Ochandorena, Armasa Briales, Baeza Medina, Mapelli Raggio, Ramos Acosta, Laza Palacios …. etc.

La Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga nace, al igual que otras españolas, en el último cuarto del siglo dieciocho, en un ambiente donde los ilustrados desde el Poder o como «Amigos del País», intentan conciliar la organización estatal con los intereses de una burguesía que parecía florecer.

Estas Sociedades agrupaban a una minoría selecta de ciudadanos, hombres de buena voluntad, deseosos de hacer el bien y centrando sus actividades en los dominios de la agricultura, la industria , el comercio, así como la Instrucción pública.

La Sociedad Económica de Amigos del País fundada por Carlos III en 1789, ocupaba parte del edificio del Consulado, situado en la Plaza de la Constitución. Desde su creación prestó un gran apoyo a la Instrucción Pública. En 1785 empezó a funcionar como una Academia o Escuela Náutica. Esta Escuela sería el precedente del Real Colegio de San Telmo.

En sus orígenes las «Sociedades Económicas» fueron fiel reflejo de la evolución política del país y de la ciudad malagueña. Puede decirse que desde finales del siglo pasado, nombres ilustres del republicanismo malagueño ocuparon sus órganos directivos. Destacar la labor cultural y social que la institución desarrolló y su activa intervención en casi todos los ámbitos de la vida ciudadana, abarcando aspectos tales como la educación y la cultura, los avances científicos o la promoción de iniciativas en favor de las clases más desprotegidas.

Los estudios sobre la vida y actividades desarrolladas por la Económica Malagueña, nos confirman una fase de esplendor que comprende desde 1790 a 1795. Con el lema «hacer felices a los demás», se llevaron a cabo, obras de caridad, el embellecimiento de la ciudad y el establecimiento de escuelas gratuitas para los niños pobres.

En una segunda etapa que abarca de 1797 a 1820, a pesar de mantener sus actividades, comienza la Sociedad Económica a dar síntomas de languidez, fruto también de la crisis que atraviesa la sociedad malagueña de finales de siglo, y la crisis general que atravesó toda la nación. A las inquietudes políticas que vive el país, hay que sumar la decadencia económica, que se unen esos años a distintas catástrofes naturales, como las diversa epidemias que asolan la provincia malagueña en su conjunto.

Las circunstancias azarosas por las que pasó el pais, así como la provincia de Málaga, a comienzos del siglo diecinueve, arruinaron muchas de sus instituciones y concretamente dejaron sin actividades relevantes la actuación de las Sociedades Económicas de Amigos del País. Un intento de su relanzamiento, para su reconstrucción, incluso en circunstancias difíciles, se produce en esta ciudad en 1813, en plena Guerra de la Independencia.

La nueva etapa de la Económica malagueña habría que encuadrarla entre 1820 y 1823, en pleno trienio liberal, el 11 de diciembre se reúne la Diputación de Málaga para poner en marcha la Nueva Sociedad Económica. En esta reunión se acordó la reinstalación de dicha Sociedad Económica. Entre los vocales natos se encuentran el Obispo de la Diócesis, los Alcaldes constitucionales, los jueces de primera instancia, y los señores de la Diputación y su secretario1. El nueve de marzo de 1821, se presentó un nuevo proyecto de Estatutos de la Sociedad Económica, se nombran nuevos socios.

Las actividades que desarrolla la Sociedad Económica en estos momentos se centran en obras públicas, la agricultura, los aspectos culturales: el tema de la enseñanza en Málaga, instrucción y beneficiencia, los problemas humanitarios de su población.

Tras unos años de «tibio resurgimiento» la Económica Malagueña, vuelve a decaer en 1823, con el establecimiento del absolutismo, y retornará nuevamente, durante el reinado de Isabel II. Con posterioridad, casi un siglo después, la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, adquiere una época de esplendor bajo la Dirección de Pedro Gómez Chaix (1906-1926).

Con este espíritu, las personas que rigieron la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, junto a Pedro Gómez Chaix, fueron entre otros: Carlos Rivero, Enrique Mapelli, Francisco Verge, Emilio Baeza, José Hidalgo, Enrique Caracuel, José Denis, Vicente Davó, Cesar Broquert., Antonio Díaz … etc.

De Pedro Gómez Chaix, quiero resaltar su labor desde 1906 a 1926, como Presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, organismo por el que fue elegido Senador. Bajo su dirección, los hombres que rigen en esta etapa la «económica malagueña», inspirados en los planteamientos ilustrados, pretenden que la educación sea el instrumento de cambio. Sus proyectos y realizaciones estaban encaminados a la protección y mejora de los sectores agrícolas, industriales, comerciales, así como al fomento de la cultura y educación.

Siguiendo con las actividades de la Económica malagueña, comentar que se dieron clases gratuitas de Aritmética Mercantil, Nociones de Geografía e Historia, Elementos de Derecho y Legislación, Caligrafía para alumnos mayores de quince años, en clases nocturnas de siete a nueve de la noche. Se organizaron en ella exposiciones de Labores y Trabajos Manuales, se pronunciaron conferencias de Extensión Universitaria, y numerosos actos culturales. Otro de los primeros propósitos de esta Sociedad, entre los múltiples que abarcó en sus comienzos, fue, también, la constitución de una biblioteca pública, reclamada para la «educación popular».

También la «económica malagueña» construyó entre (1907-1919), casas, escuelas, y una biblioteca, para los obreros damnificados por causa de las inundaciones que sufrió esta ciudad.

Fue en la noche del 23 al 24 de septiembre de 1907 cuando tuvo lugar en Málaga una terrible catástrofe. El río Guadalmedina se desbordó inundando el barrio del Perchel y la Trinidad. Las víctimas de esa triste noche pertenecían a las clases más desheredadas. Con el propósito de socorro, y recuperación después de los primeros momentos vividos, surgiría como demostración de ayuda el Barrio Obrero de América, nombre que se debió a las buenas relaciones que se mantenían con los países latinoamericanos. Se construyen esta casas en terrenos colindantes con el Camino de Antequera y Arroyo del Cuarto.

Durante el período de 1906-1926, estando la Sociedad Económica bajo la dirección de Pedro Gómez Chaix, es nombrado con el cargo de bibliotecario Luis Cambronero Antigüedad, al que se le encomienda la redacción del Reglamento de la Biblioteca y Hemeroteca de la Sociedad. En estos años se reciben numerosos libros por parte de organismos como el Ministerio de Instrucción Pública, así como de numerosos particulares que donan ejemplares y colecciones completas para engrosar la Biblioteca de dicha Sociedad. Adopta la Corporación el acuerdo de formar una pequeña colección de libros para instalar en el Barrio Obrero de América, colección que se compondrá de las obras duplicadas de la Biblioteca de la Sociedad cuya lectura ofrezca interés para la clase trabajadora. A cargo de dicho servicio estará el vecino de dicho barrio Eduardo Peralta Ruiz.

A modo de síntesis los hombres que rigen la «económica malagueña» inspirados en los planteamientos ilustrados, pretenden que la educación sea el instrumento de cambio. Sus proyectos y realizaciones estaban encaminados a la protección y mejora de los sectores: agrícolas, industriales, comerciales, así como al fomento de la cultura y educación.

Al igual que la sociedad, la enseñanza presentaba en Málaga múltiples contrastes. El alto índice de analfabetismo, el escaso numero de escuelas públicas, el desinterés cultural, las precarias condiciones de vida de la clase social más numerosa: la clase baja, se acentuaba más con las desigualdades en que vivían las grandes familias, quienes, con una situación acomodada, enviaban a sus hijas a los «colegios de señoritas» y a sus hijos a instituciones regidas, fundamentalmente, por órdenes religiosas. Su situación de privilegio, les permitía el acceso, a los centros culturales y recreativos que, ya desde el siglo anterior, se repartían por la ciudad.

Entre las sociedades malagueñas que llevaban a cabo una gran labor cultural destacaba la Sociedad Económica de Amigos del País. Contaba la Económica con una biblioteca pública con más de quince mil volúmenes y una Biblioteca Circulante creada para los socios en 1926, un amplio salón de lecturas, salas de exposiciones y salón Ateneo, para los socios. Se celebraban al año unas cincuenta conferencias y veinticinco exposiciones, a las que asistían un gran número de personas.

Respecto a las bibliotecas, en esta ciudad han existido algunas privadas muy importantes que, por este carácter, no transcendían al público, sino a un reducido grupo de amistades y personas conocidas. Como ejemplo citamos dos muy completas y de un gran valor no sólo por la cantidad, sino por la calidad de sus obras recopiladas. Nos referimos a la de Narciso Díaz Escovar y la de Juan Barroso Ledesma. Las bibliotecas públicas no se organizaron, hasta el año 1944 y fueron dos: Cervantes y Ayuntamiento. Las demás pertenecían a Sociedades Científicas o de recreos y a centros docentes (Sociedad Económica de Amigos del País, Sociedad Malagueña de Ciencias, e Institutos de Málaga) y por tanto estaban reservadas para socios, o estudiantes, en el caso de estas últimas.

Acerca de los centros recreativos, aunque en la ciudad existían varios «Casinos» «Peñas» y otros lugares de recreos y tertulias como el «Círculo Malagueño», y la «Gran Peña», era sin duda el «Círculo Mercantil» el más importante y representativo de la ciudad por su historia y su «identificación malagueñista». Resultaba muy significativo el contraste entre los llamados «Círculos Recreativos» dotados con todo tipo de instalaciones, y como su nombre indicaba, lugares de recreo, tertulias, lecturas, conferencias, celebraciones.. y la cantidad de asilos e instituciones benéficas repartidas por la ciudad. Unos, dependían de organismos oficiales como la Diputación o el Ayuntamiento, otros regidos por particulares, y religiosas o, en último término, sostenidos por la caridad ciudadana y, casi todos con un objetivo: recogida y albergue de ancianos, huérfanos y niños para, fundamentalmente, cubrir sus necesidades primarias.

Nos encontramos en estos años, con periódicos de tanta importancia y trascendencia en la vida de esta ciudad como: La Unión Mercantil, El Popular, El Cronista y El Diario de Málaga, por la información y tratamiento que a las noticias, tanto nacionales como locales, les dedicaban. La prensa se convertiría aquí -como en otros lugares- desde los primeros momentos de la proclamación de la República, en el instrumento más eficaz de comunicación. Existían en esta ciudad más de una veintena de publicaciones diferentes: periódicos, boletines profesionales, revistas gráficas, diarios de información general y políticos, prensa económica, religiosa, obrera, etc.

Destacar tres importantes diarios que, sin lugar a dudas, representaban los intereses de la burguesía malagueña de estos años: La Unión Mercantil, fundada en 1881, por su propietario José Creixel Olivella, mantenía una línea de opinión dentro de un ideal conservador-monárquico. Su campaña informativa giraba en torno a la defensa de la monarquía. Fue el periódico de la derecha política. Asaltado e incendiado en los sucesos de mayo de 1931, reaparecería nuevamente en octubre, del mismo año.

El Popular, fundado en 1903 por Pedro Gómez Chaix, como órgano de la Unión Republicana, dejaba de publicarse en 1921. Reaparecería de la mano de quién más tarde sería alcalde de la ciudad, Federico Alva Varela. Era el periódico más leído por los «republicanos malagueños» de todas las tendencias, a pesar de ser el órgano del Partido-Radical, mantenía una defensa expresa del nuevo régimen.

El Cronista, fundado en 1891, aparecía como el órgano del Partido Liberal-Conservados. Por último el Diario de Málaga, la Unión Ilustrada, Vida Gráfica, y Amanecer, eran otras publicaciones malagueñas. En 1937, el tratamiento informativo cambiaba radicalmente en Málaga, se iban a publicar, a nivel local, dos periódicos-diarios: el Sur y Boinas Rojas, también aparecería semanalmente la Hoja Oficial del Lunes.

Destacamos el número de sociedades y entidades culturales, públicas y particulares existentes en Málaga, en esta época reflejaban de alguna manera el ambiente, la preocupación y la labor en pro de la cultura que se desarrollaba en la ciudad, si bien era cierto que quienes podían asistir a ellas era la aristocracia, lo escogido de la población, la «élite» en una palabra. En estas instituciones «latía» un deseo de extender la «cultura» a otras capas sociales de la población malagueña.

Entre ellas citamos la Sociedad Filarmónica y el Conservatorio de Música de María Cristina, la Academia Provincial de Declamación, Sociedad Económica de Amigos del País, Sociedad Malagueña de Ciencias, Bibliotecas públicas, Centros Recreativos, lugares de tertulias, como el Circulo Malagueños y el Círculo Mercantil, representativo de la ciudad por su historia y su «identificación malagueñista», entre otros.

La «Económica malagueña» como agradecimiento a la labor desarrollada por Pedro Gómez Chaix, director de la misma durante más de veinte años, decide constituir una Fundación que lleve el nombre del ilustre malagueño y con su producto anual, de aportaciones, crear un premio que se denominará «Premio Gómez Chaix», destinado a costear a uno o varios niños o niñas, que estudiasen en Escuelas Nacionales y se distinguiesen por sus especiales aptitudes, las matrículas, libros y títulos de la carrera del Magisterio, prefiriendo entre aquellos, a los que habitasen en el Barrio Obrero América, creado por dicha Sociedad.

Fueron muchas las obras, discursos, artículos y conferencias que a lo largo de su vida llevó a cabo Gómez Chaix, imposible de enumerar en esta aportación.

Bibliografía

  • CABALLERO CORTES A. (1990) Pedro Gómez Chaix : Director de la Económica malagueña (1906-1926). Biblioteca Popular Malagueña. Servicio de Publicaciones Diputación Provincial de Málaga.
  • CABALLERO CORTES, A. (1995). Política y Enseñanza Primaria en Málaga durante la II República (1931-1939). Granada.
  • GÓMEZ CHÁIX, P.(1930): Ensayos de Política municipal. La supresión y el restablecimiento del impuesto de consumo. Madrid.
  • GÓMEZ CHÁIX, P.(1930): Las Sociedades Económicas del País y su reorganización, 1935.
  • LACOMBA ABELLAN J. A. (1973). «Málaga a finales del Siglo XVIII: Una ciudad próspera» Revista. Jábega, 2. Málaga.
  • LOPEZ MARTINEZ, A. (1987). Las Sociedades Económicas de Amigos del País de Málaga. Biblioteca Popular Malagueña. Servicio de Publicaciones Diputación Provincial de Málaga
  • VARIOS (2002). Diccionario de escritores de Málaga y su provincia. Dirección y edición Cristóbal Cuevas. Editorial Castalia. Madrid.
  1. Ángela Caballero Cortés es profesora Titular de Universidad en la Facultad de Ciencias de la Educación.
  2. Artículo enviado por José Antonio Sierra

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