Julián Ordóñez Ropero[1]
Una semana ha sido tiempo más que suficiente para que lo que fuera presentado como una de las medidas estrella y proyecto ambicioso en la lucha de nuestra comunidad frente al COVID-19, se haya convertido en aliado de propagación del virus por el caos organizativo del propio Ifema en sí y por los daños colaterales de su puesta en marcha.
UGT felicitó en un primer momento la iniciativa de Ifema, pero no es menos cierto que tenemos que reprochar a la Comunidad de Madrid, y así lo hemos hecho, la apertura del centro a costa de los recursos que son necesarios, hoy más que nunca, en el resto de centros asistenciales.
UGT no puede tolerar el desmantelamiento de la modalidad asistencial de Atención Primaria, ni la eliminación de las urgencias extrahospitalarias, todos los SUAP y CUE han sido cerrados, ni el traslado de los profesionales de hospitalaria, todos los servicios son hoy más que nunca, desgraciadamente por la situación actual, insustituibles.
La Primaria es fundamental, la contención que se hace desde esta modalidad asistencial es enorme, su anulación y merma de recursos por reorganización tiene una consecuencia inmediata: el colapso de los hospitales y el contagio de más profesionales y de ciudadanos. No se puede suprimir la asistencia sanitaria en primaria ni presencial, ni domiciliaria, ni urgente de los pacientes infectados por COVID-19, ni del resto de pacientes que padecen otro tipo de dolencias y patologías.
La Gerencia de AP está procediendo a una reordenación asistencial que cierra centros de salud y sobresatura los que quedan abiertos con los recursos disminuidos. Resultado, un caos en atención primaria. Sus profesionales son desplazados voluntaria y obligadamente, y no suplidos.
La gerencia del SUMMA 112 ha dado orden del cierre de todos los dispositivos de SUAP y CUE, y sus profesionales han sido enviados a Ifema, de manera que la atención urgente que presta se limita a las UADS y UVI móvil, para hacer frente a toda la demanda de la Comunidad de Madrid y a los traslados que requieran de soporte vital y vehículo asistido por facultativos. Tristemente, COVID-19 los tiene acaparados.
UGT ha constatado lamentablemente que los profesionales que han sido desplazados a Ifema se encuentran ante un panorama desolador de falta de medios de protección, ausencia de responsables y absoluta descoordinación, y carentes de criterio lógico y protocolos de actuación.
UGT pide a la Administración de la Comunidad de Madrid agilidad, cooperación y coordinación con el resto de administraciones y organismos para que todas estas medidas de ayuda a hospitales de campaña, Ifema, equipos de ayuda y protección civil, no sean a costa de nuestros profesionales de la Comunidad de Madrid, sino que sea una suma real a los servicios que tiene la propia Administración y que han demostrado una eficiencia y una eficacia muy por encima de sus posibilidades, por las dimensiones de sus plantillas y medios a su disposición.
Extraño resulta que la pandemia progrese de manera exponencial y los protocolos que los responsables de las autoridades sanitarias pretenden aplicar a los profesionales sufran cambios que reducen el nivel de seguridad y protección a niveles mínimos, e incluso se obliga a los trabajadores al ejercicio de su profesión sin ningún tipo de medida de protección.
Peor y lamentable resulta que no haya equipos suficientes, ni de una mínima seguridad, que aun en ausencia de un protocolo responsable puedan salvaguardar la salud de los trabajadores y trabajadoras y la propagación de la epidemia.
Desde el principio, UGT ha denunciado en todos y cada uno de los centros de trabajo las carencias en medidas de protección, la falta de los EPI y el peligro de contagio que corren los trabajadores y trabajadoras y sus familias.
Si bien estamos en una situación de crisis sanitaria, en un estado de alarma, hay cosas que no se pueden dejar al margen, sino todo lo contrario, toda precaución frente al virus es poca.
La Comisión Central de Salud Laboral del Sermas debería estar reunida de forma extraordinaria, continua y permanente para la coordinación de los servicios de prevención, actualización de protocolos de seguridad, adaptación de los EPI a la situación de riesgo real en función del estado del paciente, dimensionamiento de las necesidades de reposición de equipos acorde con la evolución de la pandemia y el incremento de recursos humanos, materiales, de instalaciones, la centralización y seguimiento de los profesionales infectados, de su aislamiento, de su posterior negatividad, de la práctica de test a todos los profesionales asistenciales y de todas las competencias que puedan estar relacionadas con la salud de los trabajadores.
UGT sigue activa, duplicando o multiplicando su actividad, al lado de los profesionales y trabajadores, al lado de la ciudadanía, continuará hasta que sea necesario, hasta que el virus no afecte a profesionales y que la ciudadanía de la Comunidad de Madrid tenga las garantías en su atención de que no van a sufrir un contagio por contacto con un profesional sanitario o con todos aquellos que participan en las labores de atención en esta crisis.
- Julián Ordóñez Ropero es secretario del Sector de Sanidad y Servicios Sociosanitarios de FeSP UGT Madrid
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