«El juego»: la pandemia no sienta bien a la pareja

Protagonizada por la malagueña Maggi Civantos («Vis a vis», «Las chicas del cable», «Malaka»), también productora, y el actor uruguayo Nico Furtado («El marginal»), el largometraje «El juego» marca el debut en la dirección del actor, productor y guionista gaditano Paco Sepúlveda y cuenta la historia de una pareja que, recién separada, se ve obligada a convivir por culpa de la pandemia de la COVID-19.

No es un caso aislado, no han sido pocas las personas –parejas sentimentales o no- a las que el confinamiento provocado por la pandemia obligó a compartir espacio por diversos motivos: uno de los más recurrentes es que les pilló en un enclave geográfico distinto a su residencia habitual y otro, también bastante generalizado, el que sucede en esta película, cuando uno de los protagonistas, que han decidido separarse, no ha tenido tiempo de reorganizarse ni, sobre todo, de buscarse el lugar donde continuar con su vida.

Víctor y Eva son una pareja cercana a los cuarenta que, tras una discusión sobre las diferencias en torno a cómo enfocan el futuro, ha decidido terminar con la relación tras siete años de vida en común.

Víctor no ha encontrado todavía un lugar para instalarse cuando la emergencia del confinamiento le obliga a pedir a Eva que le deje continuar en la vivienda.

La convivencia forzada se convierte en una pesadilla; para intentar salir del paso lo mejor posible, inventan un juego con dos reglas fundamentales: empezar de cero y acabar con la relación en el mismo momento en que termine el encierro.

«El juego» es una película sobre el amor, el tiempo, la capacidad de reinvertarse y la rutina que –es sabido- suele ser una de las causas recurrentes de las rupturas sentimentales, junto a la falta de comunicación y, en el mejor de los casos, la aceptación de que, por mucho que se quieran, son dos personas con sus particulares gustos, deseos y esperanzas, que no siempre evolucionan al unísono. Una película sobre las dificultades de gestionar una situación complicada que se ha impuesto.

«El juego[1]» es una historia que sucede durante la pandemia pero no es una historia sobre la pandemia: «Una cosa es que suceda en ese momento y otra que vaya sobre la pandemia –explicó el realizador Paco Sepúlveda cuando la película era todavía un proyecto-. Me venía bien contarla en ese marco porque es lo que obliga a convivir a los protagonistas, dos personas que pasan por una situación muy tensa y que, pese a no estar de acuerdo, se ven obligados a convivir, a verse las caras todos los días después de haberse tirado los trastos (…) Creo que la década de los treinta a los cuarenta años, lleva implícito un cambio. Es uno de los momentos importantes en nuestra vida, cuando sentimos el paso del tiempo y calibramos qué estamos haciendo con nuestra vida y qué, o quiénes somos realmente. Si a esto le sumamos el oficio del arte, como puede ser mi caso o el de nuestra protagonista, Eva, la crisis existencial puede ser mayor. Con la diferencia de que el personaje se dedica al baile, y eso significa que sus expectativas tienen fecha de caducidad, lo que le lleva a plantearse el famoso ‘¿y después, qué?’. Todo ello acentuado por la situación que vive nuestra generación desde la anterior crisis económica».

  1. «El juego» se estrena en los cines de Madrid el viernes 1 de septiembre de 2023

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

DEJA UNA RESPUESTA

Escribe un comentario
Escribe aquí tu nombre