Cine psicológico, político, de intriga, de aventuras, histórico, religioso…«Godland» («Vanskabte Land»), de Hlynur Palmason («Winter Brothers», «Un blanco, blanco día»), inclasificable y genial, es un viaje metafísico a la Islandia del siglo diecinueve acompañando a Lucas, joven pastor protestante danés idealista, y a su guía local, Ragnar.
A los 38 años, el cineasta islandés presento en los festivales de Cannes, San Sebastián y Toronto 2022 este su tercer y asombroso largometraje, que nos mete de lleno en la naturaleza salvaje y en la vida de las gentes de una tierra siempre lejana y desconocida.
Protagonizan esta «película insólita, equivalente a un canto gregoriano que eleva el espíritu» (L’Obs), inspirada en siete fotografías históricas tomadas por un sacerdote danés que llegó a Islandia –entonces perteneciente al reino de Dinamarca- con la misión de construir una iglesia y fundar una parroquia en lo alto de un risco, Elliott Crosset Hove («Parents»), Vic Carmen Sonne («Holiday»), Ida Mekkin Hynsdöttir («Un blanco, blanco día»), Ingvar Sigurdsson («El hombre del norte») y Jakob Hauberg Lohmann («Jinetes de la justicia»).
A finales del siglo diecinueve, Lucas, un joven pastor protestante danés, va a fundar una parroquia en Islandia. Antes de llegar, ayudado por distintos guías -y entre ellos Ragnar, quien acabará siendo un compañero- al destino elegido «en el fin del mundo», atraviesa llanuras, montañas y volcanes. Aficionado a la fotografía, el pastor Lucas acumula testimonios de sus compañeros de viaje y de una Islandia salvaje de paisajes grandiosos, con temperaturas abisales, y barrida por los vientos, la lluvia, y la nieve.
Unas fotografías aparecidas en un granero han servido al realizador para imaginar el periplo de su autor que, siendo un predicador, para empezar tuvo que enfrentarse a la barrera de la lengua –en islandés hay muchas maneras distintas de hablar del «tiempo lluvioso»- , pero también a las tradiciones que desconocía, a navegar en mares hostiles, atravesar ríos en crecida, aprender a montar a caballo, empantanarse en campos encharcados…
A lo largo de un camino que duró varios meses, fue pidiendo a las personas que encontraba que posaran para él, quietos como estatuas de piedra: eran los tiempos del daguerrotipo y de la cámara que se sujetaba en un trípode y se trabajaba con clichés de cristal con un baño de sales de plata, revelados en la oscuridad.
Con imágenes de una belleza que hipnotiza, en «Godland[1]» hay mucho del cine trágico y agnóstico de Carl Dreyer (»La pasión de Juana de Arco», «Ordet», «Medea»), y de la ensoñación iniciática del «Aguirre, la cólera de Dios» de Werner Herzog.
También está presente Bergman en las tentaciones que ponen a prueba los principios del joven pastor Lucas; en suma, hay mucho de esa parte de la historia en que representantes de la civilización europea viajan para sembrar principios morales y religiosos en «exóticos lugares salvajes y paganos».
«Godland» es un drama fascinante, un original fresco de dos horas y 43 minutos de proyección, un retrato naturalista de otro lugar y otras gentes, y una epopeya personal que revive el mito de Sísifo en el avance del personaje hacia la meta, contra todo y contra todos, sin pensar ni rendirse, en contra del viento y en lucha consigo mismo y contra los espectros de la fe y el pecado.
El equipo ha rodado la película siguiendo la cronología del relato, atravesando, como los personajes, los sucesivos decorados y la evolución de las estaciones.
- «Godland» se estrena en los cines de Madrid el viernes 11 de agosto de 2023